Capitulo 10 - Teatro para ciegos.

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Veo a Sophia. No responde a mis llamados. Esta amarrada a una silla de hierro, como de odontólogo. Lo primero que capto en su cuerpo es que le falta las dos piernas y esta muy golpeada en la cara. Muchas cortadas por todo su cuerpo.

— ¿¡SOPHIA!? - Grito cada segundo para ver si me oye. Ya no me importa que venga el asesino, tengo que ayudarla.

Se que esta viva oigo su latir. Es un milagro que este viva mientras aun se desangra por las piernas. Quito mi bufanda, la rompo y la uso como vendaje para las piernas de Sophia.

— Huye... - exclama Sophia con muy poca voz.

Me quedo callado. No la dejare ahí sola.

— Huye, el ya viene... - exclamó entrecortado.

— No te dejare aquí sola. - exclamé, mientras seguía colocándole los vendajes.

— Vete, pide ayuda, dejame aquí , ya yo estoy muerta. - exclamó muy débil.

— No lo estas, estas aquí conmigo aun. - exclamé.

Nos miramos mutuamente como si nos conociéramos de toda la vida.

— Te sacaré de aquí. - exclamé.

Es ese momento donde no importa lo que te pase, con tal ella este bien todo esta bien.

La cargue en mi brazos como si de una boda se tratara.

— Gracias... - exclamó antes de desmayarse.

Mi corazón bombea como loco. Estoy nervioso. Sudo mucho.

Pero no tengo miedo.

Abro la puerta que estaba entreabierta. Bajo las escaleras rápidamente con Sophia en mis brazos.

Llegue al pasillo del ascensor. Presione el botón para llamar al ascensor.

Espere.

El ascensor abrió ante mis ojos. Pero estaba oscuro sin luz.

Siento algo en mi cuello. Me caigo con Sophia en brazos. Veo una sombra caminar a mi lado. Cierro los ojos.

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