Estaciono el pequeño auto frente al departamento de Krist, quien por el momento, vive solo. Todos entramos, y al ver que Michelle tiembla, me quito el suéter y se lo pongo sobre sus descubiertos hombros. Me mira con el ceño fruncido, y se acerca a mi.
-Kurt tienes... El ojo morado.-
-Supongo que es normal.-
-No, no lo es.- Dice posando su mano izquierda en mi mejilla. Está tan cerca de mi, que tengo que hacer un gran esfuerzo por no lanzarme para abrazarla y besarla. Mierda, nunca había estado tan perdido por alguien en tan poco tiempo.
Se separa de mi, y como si conociera la casa desde hace años, va a la cocina y trae de vuelta una bolsa de zanahorias congeladas y me la pone en el ojo.
-Puedes dormir en el sillón, o si prefieres puedes usar mi cama y yo me quedo acá.- Le dice Krist.
-No quiero molestar. Me quedaré en el sillón.-
Nos dedica a los tres una sonrisa tímida, y sin más, se acuesta en el sillón. Krist y Dave me desean buenas noches, y después se van al cuarto de Krist, pues él tiene una cama y un sillón. Observo a Michelle dormir. Tiene la boca apretada y cabello cayéndole por el rostro. Solo está cubierta por mi suéter, y me entra una pena enorme al pensar en que quizás esta chica ha sufrido demasiado.
Me maldigo a mí mismo por estar con Courtney. Por suerte, aún no estamos casados, y no pienso hacerlo. No estoy enamorado de ella, alguna vez lo estuve, pero hace varios meses que lo único que quiero es alejarme de ella...
Despierto por unos golpes provenientes de la puerta. Me levanto del suelo y observo unos instantes a Michelle dormir. Mierda, es muy hermosa.
Abro la puerta de mala manera, sólo para encontrarme con los claros ojos de Courtney.
Me toma por el cuello y me zarandea.
-¿Por qué no fuiste a casa anoche?- Me grita.
-Me quedé con Krist.-
-¿Y no pudiste haberme llamado?-
-Lo siento, me quedé dormido en cuanto llegué.-
-Mierda Kurt. Nunca piensas en mí y en lo que pueda sentir. Estuve muy preocupada por ti anoche.-
-¿Qué no habías salido con tus amigas?-
-¿Y eso quiere decir que no haya estado preocupada por ti?-
-Vale, lo siento.-
-Ni si quiera te importa. Te espero en la casa.-
Me cierra la puerta en la cara, y cada día la detesto más y más. Me paso las manos por el cabello, y me doy la vuelta, esta vez para encontrarme con los cansados ojos de Michelle.
-¿Por qué nunca mencionaste que tienes novia?- Dice tímida.
-Porque... Yo... No lo sé.- Niega con la cabeza, regresa a sentarse en el sillón y se pone sus zapatillas, para después levantarse, y sin mirarme, se acerca a la puerta, pero tomo su brazo y hago que me mire a los ojos.
-¿A dónde vas?- Le digo suplicante.
-Lejos. No puedo enamorarme de ti, Kurt. No puedo. Y menos ahora que sé que hay una mujer en tu vida.-
-Michelle por favor. Ni si quiera estoy enamorado de ella.-
-¿Entonces por qué sigues con ella?-
-Creo que me da miedo terminarlo.-
-Kurt, eres un hombre muy bueno, y mereces lo mejor del mundo, pero yo no puedo, ¿está bien? Entiéndelo.- Se suelta de mi, y comienza a bajar las escaleras del edificio, y cuando comienzo a correr para ir tras ella, los fuertes brazos de Krist me frenan en seco.
-¡Michelle por favor! ¡Kurt es rico y famoso y guapo!- Me dice Dave con sarcasmo, y aún que sé que lo hace en broma, su comentario me afecta bastante. Krist me obliga a meterme de nuevo a la casa, y me desplomo en el sillón.
-Te dije que Courtney sería un problema.-
-Ya cállate, Dave.-
Krist se sienta a mi lado en el sillón, y me rodea por los hombros.
-Enano, no te sientas mal. Tienes que hacer esto. Arregla tu vida y tus ideas, y toma un camino. Y verás, que si Michelle es el amor de tu vida, el destino la pondrá frente a ti las veces que sean necesarias. Así que tranquilízate...-
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