Ahogada entre los bordes de mis sábanas, pensaba en lo jodida que puede llegar a ser la vida a veces, y que el "a veces" suele ser eterno. Pensaba en las horas que me pasaba sentada en la ventana, observándolo todo, viendo no se que. Recordando aquellos momentos y aunque era consciente de que no volvería a pasar, seguía reclamando mi deseo al 11:11 que me volviera al pasado para poder revivir todo aquello que me hacía feliz. Debilitada por tantos golpes, pero fuerte por tantas veces que levanté mi cabeza dirigiéndome solo hacia el horizonte. Resulta que me posee un sentimiento insípido, algo áspero y desabrido, tan imposible de tragar... Y si, estoy a la deriva, se lo que quiero y donde quiero estar, pero no hago nada para cumplir mis metas o para crear nuevas, no tengo tiempo ni ganas de seguir soñando, y es un delito, que si lo cometes la vida te descubre, te caga, se aprovecha, te extorsiona, te hunde hasta que por fin desapareces.
ESTÁS LEYENDO
Mi gran esperanza
RomanceMi vida cambio despues de tanta mala racha. Comenzó a mejorar aunque los desastres seguían ahí... Pero con un toque más de dulzura.