Mi Lugar.

Gris.

Todo ocurrió de una manera tan inesperada.

La típica chica solitaria, triste, cansada, aburrida, y fatigada de las cosas tan normales que sucedía en su día a día.
Una chica encerrada en su propio mundo, sin hablar con nadie, sumergida en las cuatro paredes de su habitación... En eso transcurría su vida.
Sus pensamientos eran lo más grises de todo el universo, apagados, y sin vida alguna. No vivía, no sonreía, no se atrevía a nada. Vivía como en modo ausente. Los años transcurrían, y ella simplemente seguía sin chispa. En varias ocasiones pasaba por su mente actos suicidas, pero nada que preocuparse, también era cobarde, por lo tanto así pensara en morir en sus propias manos, jamás se atacaría ella misma.

Frágil como un jarrón, débil, sumisa ante cualquier persona, y con sumisa no quiero decir que en la cama, pobre, esta muchacha ni en su vida sexual era activa.
Pues así es la vida de Juliana, cuyos sueños también se vieron frustrados ya que tenía la obligación de estudiar lo que dijeran sus padres.
Todos los días se sentía reprimida, asqueada, burlada, y sin importancia alguna.

Pero, eso no quería decir que el alma de Juliana estuviese perdida, para nada, todo lo contrario. Ella era sentimental, cariñosa, entregada, se puede decir que lo más tierno que existía, dulce, llena de carisma, sólo que estaba hundida en la depresión, y no sabía como salir de allí.

Sin amigos que pudieran ayudarla, ni su propia familia que estuviera al pendiente de llenarla de sonrisas, ella se fue entregando más a la tristeza.