16
Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar
-Giovanni Boccaccio
Un mes después....
- ¡Mamá!- grite desde mi cuarto- ¿no has visto mi blusa azul? - ya había pasado un mes después de mi primer beso con Luke, y aunque al principio aún no se definía que éramos yo sabía que había algo más que amistad entre nosotros.
Ya había pasado una semana cuando decidimos tener esa charla. Si ESA CHARLA, la que definiría el comienzo de algo o su final.
Además, que mi nuevo grandioso amigo me había ayudado un poco, sin él no hubiera salido con Luke desde un principio.
Zedd siempre estaba tras de mí, incitándome a salir con su amigo.
-Está en el ropero-
-Gracias-
Hoy saldría con Luke.
En realidad, salíamos casi todos los días, pero esta vez era especial, esta vez saldríamos los dos solos.
Si no salíamos con Zedd, a veces salíamos con Nicole, pero nunca nosotros dos solos.
Nunca había la suficiente privacidad.
Después de la charla con Zedd, Luke tuvo la oportunidad de contarme su parte de la historia, Me contó todo sobre los ángeles caídos, sobre Zedd y sobre sus intenciones, lo que le apasionaba y lo que no.
Me confeso que estar en la escuela era sólo para aparentar.
Ya era hora, él vendría a recogerme después del almuerzo, fui escaleras abajo y sonreí, pues una cosa que podía hacer Luke era hablarme telepáticamente y había recibido uno de sus mensajes. A eso aún no estaba acostumbrada, pero me gustaba escuchar su voz.
-Mamá, ya llego Luke nos vemos luego- dije y Cuando abrí la puerta ahí estaba él, recargado en su moto y sonriendo en mi dirección-
-Hola hermosa- dijo y se acercó a mí-
-Hola, ¿no podías mandarme mensaje normal?- no sabía porque le gustaba llamarme así, era incomodo cuando había público y todos volteaban a verme. Le respondí con un beso, yo no era muy afecta a poner apodos-
Me dio un casco y me ayudo a subir a la moto.
-Imposible-
hoy era un sábado de esos que me gustan, nublados.
Después de 1 hora de carretera llegamos a un estacionamiento, me ayudo a bajar y me guió a lo más alto del edificio, se podía ver toda la ciudad.
Desde los bosques hasta los edificios más alejados, era muy relajante, el edificio estaba abandonado.
Creo que tenía un fetiche con los lugares abandonados.
-Venia aquí por apuestas-
- ¿y ahora? - pregunte incomoda-
Lo mire y me sonrió.
-Ahora tengo a una novia, no puedo llevarla a lugares ilegales, además tengo que consentirla y cuidarla-
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El Chico Raro I - LUKEZEL
Roman d'amourLUKEZEL DÚOLOGIA DE EL CHICO RARO LIBRO I ¿Alguna vez te has detenido a pensar en que pasaría si todas las historias que te contaban de pequeño simplemente fueran reales? los hombres lobos, los vampiros, los ángeles. O ¿Por qué algunas cosas no ten...