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Fanfic Rarl, si no los shippeas/no te gusta y piensas tirar mierda, te recomiendo que leas la historia primero o que simple aceptes los gustos de los demás. Gracias, xx.



Todo había empezado cuando ese extraño hombre de ojos verdes se había cruzado en el camino de los sobrevivientes. Les había ofrecido agua, un lugar en donde quedarse, pero la desconfianza que todos tenía no era flexible, no iba a cambiarla con varias botellas de agua y esperanzas que posiblemente, fuesen totalmente falsas. Claro estaba que este miedo a gente que no fuese de su grupo creció al pisar Terminus, donde intentaron matarlos, no sin antes mentirles descaradamente a cada uno de ellos, de eso se trataba; de mentir para convencer. Rick ya tenía claro que ser buena persona no era una buena opción, y que a partir de ahora jamás lo sería, iba a proteger su grupo, costara lo que costara. El líder simplemente lo amarró y cuestionó, sin miedo a matarlo o, herirlo. El hombre desconocido, de nombre Aaron, no se iba a defender. Le faltaba carácter y fuerza, además, nadie haría un solo movimiento al ser apuntado con armas a cada segundo. Lo único que tenía en mente el joven, era que de esta no salía vivo. Y, a pesar, de haberlas pasado peor anteriormente, el miedo lo consumía. La mayoría sabía que él no se merecía ser tratado de una manera tan atroz, pero el líder dijo algo, y le  puso un punto final. Nadie iba a ayudar a Aaron o a escucharlo como debían hacerlo, hasta que vieran que era totalmente de fiar. A pesar de que esta no era la mejor manera para tratarlo, todos tenían sus inseguridades respecto a Aaron, y se notaba por cómo miraban al chico. Aunque fuese solo un joven indefenso y sin fuerza o carácter, sacaban conclusiones inmediatamente. ¿Qué tal si querían convencerlos con la mirada amable del chico? ¿si tan solo era un señuelo para atraerlos? No debían fiarse por absolutamente nada en este mundo, ya no.

Trató de explicarles que ahí había todo lo que necesitaban para recuperar sus vidas. Comida, armas, casas, duchas, camas, lo que quisieran. Hasta le mostró fotografías, pero estos tipos eran duros, lo cual era totalmente entendible, después de toda la mierda que habían pasado. Varios estaban pensando en cómo matarlo ya, para que no revelará nada importante sobre el grupo de Rick, en donde fuera que viviera. Una locura, eso es lo que era, todos eran monstruos en este momento; no querían salir de un problema para entrar en otro, y Aaron sabía bien eso. Entonces, su idea, fue meter a los hijos de Rick en la conversación. Mala idea, muy mala.

— Escucha, por favor. — dijo,  rogando. — Tus hijos, necesitan estar con más niños, lo sabes. Allá hay muchos, deben tener, no lo sé, la edad de tu hijo. ¿14? ¿15? No lo sé, pero él necesita gente de su edad, lo sabes. — trató de sonar convincente, y no dejar que los nervios le ganarán. — Por favor, hazlo por ellos. ¿De verdad quieres que esa pequeña crezca aquí afuera? ¿Es lo que quieres? 

Rick, al principio, como todos, dudó. Pero claro estaba, que en el fondo, Aaron tenía toda la razón. Carl estaba cada vez más deprimido, y Judith crecía rápidamente. Necesitaba un doctor, y ser educada. Necesitaban algo mejor que una vida rebuscando entre la comida, y no solo ellos, todos. Estaban cansados de dormir en la tierra húmeda, y esperar que un animal de puro hueso, pisará sus trampas, para obtener algo de carne, algo para vivir un día más, o más bien, sobrevivir.


El líder lo pensó, por unos escasos segundos, y se dio cuenta, de que si todo eso era cierto, era una oportunidad grande para comenzar a ser felices. Pero, estaba la opción de que todo fuera una trampa, y Rick, con tan solo pensarlo, se enfureció al instante.Se acercó lentamente al extraño, y le dio un solo golpe, el cual hizo que se desmayará. Todos quedaron atónitos con lo que había sucedido.


Life in Alexandría.

Alexandría era una gran comunidad, tenían hogares, con duchas, camas calientes. Habían cosechas, tenían hasta un médico. Todo esto, todo este "paraíso", fue producto de Deanna, la creadora de todo esto. La persona que hizo sus sueños realidad, la persona que quiso ayudar, la persona que quiso salvar. Y sí, los salvó a todos los que vivían ahí, los que no tenían idea de lo que era vivir allá afuera. Los que no sabían lo que era dormir con una pistola en la mano, o simplemente no dormir. Nadie ahí dentro sabía incluso como sostener un cuchillo. Se encerraban en su mundo de felicidad, y se mentían a sí mismos diciendo que todo iba a ser igual. Pero, algunos ahí, sabían que tan arruinado estaba el mundo en el exterior, detrás de ese gran muro que los mantenía a salvo, por ahora. Luchar no estaba en sus planes, en absoluto. Algunas personas se mantenían ocupadas plantando, limpiando, cocinando, o dándole clases a los menores de edad para que no se quedarán estancados en la ignorancia. Solían tener tres horas de clases 3 veces a la semana, pero era bastante idiota mantenerlos ocupados con eso, dado que los que enseñaban no tenían un conocimiento avanzado, y cosas como arte o música no les servirían para defenderse ahí fuera. 

Habían riesgos, demasiados para ser honestos, pero los habitantes en esta comunidad no lo sabían, o simplemente no querían aceptarlo. Este pensamiento, hacía que el asco recorriera las venas de los más fuertes, de los que tenían que salir fuera para buscar provisiones, o los que habían estado fuera antes de llegar a la tan conocida Alexandría, de todas formas, estos eran pocos. Por más de que odiaban que todos pensaran así, no podían quejarse, debían admitir que se sentían bien, después de un largo tiempo de sentirse como la mierda. Era todo una confusión, y necesitaban a alguien que los sacara de la duda.








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⏰ Última actualización: Jul 06, 2016 ⏰

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