El ermitaño

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 Su mundo había empezado a secarse. Ya en ese entonces el agua del lago en la que jugaba con los patos había bajado. No se daría cuenta de eso hasta que David se lo señalara el día que lo conoció.
Sin embargo, esa noche no estaba David; ni siquiera conocía su existencia. Cuando lo conoció supo que David era todo lo que no era él pero igualmente se veía a si mismo reflejado en aquel entonces un adolescente que ya había pasado demasiado. 

 Damon nunca fue un gran mochilero de su inconsciente. Sus viajes por el mismo no habían sido más que un viaje a la tienda a pocos kilómetros de su hogar que hasta el momento solo tenía recuerdos hermosos. David, en cambio, había explorado su desierto, sus cuevas y, también, los museos y parques que constituían sus memorias, sus ideales y sobre todas las cosas su vida.

 No hay peor ciego que el que no quiere ver-había dicho una vez David en unos de los que Damon llamaba "momentos de abuela". Pero los clichés no eran algo que David recitara a la ligera.
 Damon había sido un ciego hasta esa noche. No vio las "señales", no vio la cara de su madre cuando su padre se servía la tercera copa cuando ni había llegado la hora del almuerzo, no escucho las discusiones provenientes del cuarto de sus padres; no vio ni quiso ver.

 Abrió los ojos por primera vez. Recibió la pequeña dosis de realidad y aún así quiso ser ciego otra vez. Un ciego no puede conocer una expresión de dolor, la cara de la muerte, el horror de la realidad. Ermitaño de su realidad inmediata sale a la vida para descubrir que la luz no es más que una demencia azul que lo hiere, quema sus retinas y él desea ceder y volver a la oscuridad donde aquel espectro de colores no pueda alcanzarlo. Anhela la oscuridad porque descubrió la horrible verdad y preso de la misma desea una cosa: la demencia. Sólo un loco podría disfrutar de esta insana verdad.

 Si bien él recién recibiría la primera de las muchas dosis de realidad algo mas había ocurrido esa noche. El comienzo del fin de su ceguera; el comienzo de su resurrección.

Alerta: DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora