Me entrego hacia ti oscuridad

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Jonás avanzó decidido hacia Morderek, con una mirada que destilaba furia contenida. Levantó su mano con autoridad, haciendo que el mago oscuro se elevara en el aire, incapaz de moverse.

-¡No vuelvas a hacerle algo así a mi esposa, te enteras, cobarde!, espetó Jonás con una voz llena de determinación, su rostro reflejando una ira que rara vez se había visto en él.

Morderek tragó saliva, sintiendo el peso del enojo de Jonás sobre él. Aunque intentó mantener su postura desafiante, la presencia dominante del archimago le hacía temblar por dentro. Conrado y Nawin intercambiaron miradas sorprendidas, mientras Salamandra, aunque agradecida por el gesto de su esposo, tiró suavemente de su túnica para llamar su atención.

-Déjame encargarme de esto, dijo Salamandra con una sonrisa determinada, mostrando su independencia y resolución.

Jonás asintió con una leve sonrisa, cediendo el protagonismo a su esposa. Salamandra era una mujer aventurera e independiente, y él lo sabía mejor que nadie. Ella era dueña de su vida y su destino, siempre lo había afirmado. Aunque admiraba la defensa y el cuidado de su marido, quería que Morderek pagara por sus acciones. Sin dudarlo, Salamandra se elevó hasta el mago oscuro y le propinó un sonoro bofetón que resonó en el aire.

Aunque Morderek inicialmente quedó desconcertado y no tuvo tiempo de reaccionar, pronto su rostro se oscureció con rabia, y la oscuridad se elevó a su alrededor, envolviendo a todos en una pequeña burbuja de temor. La noche caía rápidamente, y con ella, el mal latente de Morderek se hacía cada vez más palpable. Con una palabra fuerte y poderosa, hizo retroceder a todos, creando una barrera invisible que los separaba de él.

La luna llena brillaba en el cielo, pero dentro de la Torre, la oscuridad de Morderek eclipsaba todo a su paso, sumiéndolos en un manto de sombras y pesadillas. Habían caído bajo su influencia, alejándose de él mientras él proclamaba su venganza.

-Me habéis hartado, gruñó Morderek con ira, sus palabras resonando con un eco siniestro en la sala. -He intentado ser cordial, he tratado de realizar tratos, incluso he dado privacidad a mi bella dama. Pero nada. Me lo pagáis así.

-¡Lo que eres es un traidor! ¡Y devuélveme ya a mi hija!", bufó Salamandra con vehemencia, desafiante ante la oscuridad que la rodeaba.

Morderek ignoró sus palabras, concentrándose en su conjuro oscuro. Levantó su báculo con determinación, susurrando palabras en un idioma arcano que helaban la sangre y erizaban la piel.

-Con el poder de la noche y de la luna me entrego hacia ti. Haz de mi oscuridad el ser más poderoso sin igual, haz de mi oscuridad el poder obtener todo sin dudar, haz de mi oscuridad el poder robar su potencial, haz de mi oscuridad vencer a mi rival, para por fin concederme a tu eternida", clamó Morderek con una voz impregnada de malicia y deseo oscuro.

Los ojos de Morderek brillaron con malicia mientras su báculo se llenaba de sombras, listo para robar el poder de sus rivales. Con un gesto decidido, apuntó hacia sus enemigos, preparado para sumirlos en la oscuridad y reclamar su dominio sobre ellos.

-Tu... tu potencial será mío - espetó Morderek, señalando a Jonás con un gesto oscuro y retorcido.

Jonás lo miró con incredulidad, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Sabía lo que Morderek estaba intentando, sabía que buscaba arrebatarle su poder, convertirse en un mago oscuro con la fuerza de un archimago. ¿Cómo podría ser eso posible? Pero lo que estaba claro era que era aterrador. En un instante, Morderek lanzó hacia Jonás un poderoso ataque, un viento oscuro que lo hacía levitar, arrastrándolo inexorablemente hacia el mago oscuro y su maligno báculo.

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UNA CONVERSACIÓN ENTRE LA ESCRITORA Y JONÁS:UN FÚTURO INCIERTO

Jonás: Hola, ¿puedo hablar contigo?

Escritora: ¡JONÁSSS! ¡SÍ, CLARO! ¿Qué puedo hacer por ti?

Jonás: Ante todo, ¿cómo estás? ¿Cómo va escribiendo?

Escritora: Muy bien, gracias por preguntar. Pero dime, ¿qué te preocupa?

Jonás: Me han comentado que eres pedagoga y me preguntaba si podías...

Escritora: Convertirte en pedagogo, ¿verdad? ¡SIII CLAROOO!

Jonás: ¡QUE NOOO! Ya tengo demasiadas cosas que hacer y responsabilidades, pero me preguntaba ¿cómo se puede educar desde una crianza respetuosa?

Escritora: Vaya pregunta tan concreta y específica, veo en tu interior un pedagogo maravilloso. No te preocupes, te haré saber la respuesta en poco tiempo, ¡QUE ILUSIÓN!

Jonás: ¡QUE NOOO, NO QUIERO! De verdad lo agradezco mucho cómo narras mi personaje y todo eso, pero solo era curiosidad. Solo quiero mejorar como padre y pensé que me podrías ayudar.

Escritora: ¡JOO ES QUE ERES TAN TIERNO! Deseo conseguido... ¡haya las respuestas, futuro pedagogo!

Jonás: UFFF, bueno, está bien, supongo que el conocimiento es poder.

Escritora: VES, YA EMPIEZAS A HABLAR COMO UNO. ¿Alguna cosa más, amigo? Mi tiempo es limitado y pocas veces soy tan generosa.

Jonás: Bueno... ya que estamos... darme un par de capítulos íntimos y románticos con mi mujer no estaría mal...

Escritora: UY UY, TE ME HAS VENIDO ARRIBA.

Jonás: Perdón, perdón, mejor me voy ya, debes de estar muy ocupada...

Escritora: No te preocupes, no pasa nada. A lo mejor te doy algo bonito antes de que Morderek te robe todo el poder. Me lo pensaré... o mejor aún, ¡te pongo a bailar la Macarena!

Jonás: Emmm, no es lo que esperaba, pero gracias supongo...

Escritora: ¡JAJAJAJAJ! ES QUE ERES TAN BUENO. Bueno, te dejo, mi querido futuro pedagogo. Tengo que meditar si escribir el baile de la Macarena o la Patrulla Canina. ¡Hasta luego!


Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora