Parte 1

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Corría fines de Noviembre, exámenes, estrés, nervios, y todo eso que pasamos los estudiantes...

Al parecer, Tinder es una aplicación que está de moda (conocer gente), está bien, la descargo en mi móvil, parece divertida. X o <3 según sí o no. Muchos chicos lindos. Vi uno que tenía cualidades de ser lo que andaba buscando: en lo físico (delgado, alto, con barba, cabello rizado, ojos claros, etc) me atreví a darle like y PUM, "Tienes una nueva compatibilidad". Enseguida empezó la charla, era un chico Smart: inteligente, serio, simpático. Pasamos cuentas de Facebook, luego números para whatsapp. Hablábamos todo el día, todos los días.

1 de Diciembre: Primera vez que nos íbamos a ver.

Ahí estaba yo, sentado en Plaza España, esperando, cuando él llega, me saluda y por dentro yo estaba como "DIOS, es tal cual las fotos y quizás mejor"

Fue una cita agradable. Cafés, buena música, paseos por la ciudad, sentarnos en parques. ¡Nos besamos!

Fin de la cita.

Volví a casa súper emocionado, estaba contento.

A esto le llamo yo "el encanto de la primera cita" que es cuando, regresas a casa, con esa imagen perfecta del otro, estamos idealizando a la persona (así lo llama la psicología), estamos imaginando que esa persona es perfecta (si es que la cita resultó encantadora), pero, ¿qué hay debajo de tal idealización? Hay pocas posibilidades de que sea tal cual imaginabas, por lo general, terminan siendo un desastre. Siempre esperamos más del otro.

2015/2016 ¿NUEVO ENGANCHE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora