La Cuerda

Mira como camina en esa cuerda floja, puede que en cualquier momento caiga.

Y no regrese.

Pero las cosas no son tan malas como todos se lo imaginan mis queridos espectadores, la joven que ven ahí, es una gran acróbata, la eh visto tantas veces caminar por ahí que sé de memoria cuantos segundos pasan por cada paso que da. ¡¿No este emocionado espectador?! Ella no está temblando, levanta los brazos con tanta delicadeza... observe como ella da el primer paso, pie derecho, siempre el derecho, porque ¡Jajá! Usted y yo sabemos que no queremos contemplar una catástrofe.

El equilibro para los acróbatas es importante, como ya dije, no queremos verla caer, ¿se lo imagina? Adiós a todos, pero no creo que sea su último adiós ¿sabe espectador? Amo este circo, en especial a la mujer que camina por esa cuerda, ella dice La verdad, si caigo de la cuerda, no me importaría, antes domaba a los leones, sé que para usted es extraño escucharme a mí hablando de leones, pero nací en este circo, rodeada de luces y fieras. Se callaba, y continuaba además de eso, la éxtasis de todos, en realidad, quieren ver que pases la cuerda, que los leones no te arranquen un brazo, disfrutan eso, disfrutan ver como corres el riesgo de dar un último suspiro frente a ellos, sin una acción heroica, sin hacer nada importante... solo la adrenalina de verte en un espectáculo sin sentido alguno. Pero me gusta verlos así, aunque tenga la vida hecha una rutina teniendo que pasar cuerdas y cuerdas, cada vez en una altura mayor, alimentando su adrenalina del "tal vez" verte por última vez.

El "ultima vez", miro a una pequeña con vestido rojo contemplándola a ella en la cuerda, cuando era un niño no me importaba cuando finalizaba la vida, y tampoco sabía que esta tenía un desenlace, mi madre estaba enferma, yo estaba ahí Oso, ¿Qué está pasando? (le decía Oso a mi padre)"tu mami está enferma" me acerque a su cama y me susurró "no quiero estar... aquí... otra vez" y minutos después sus ojos se dilataron por completo, y me entere (con la ingenuidad de un niño de tierna edad) que los finales en la vida humana son tan corrientes como el papel.

Mi madre quiso que arrojáramos sus cenizas al mar una vez que la incinerábamos. (o eso me hizo creer Oso.)

Pero es hora de contemplar a la estrella en la cuerda, está a la mitad de la cuerda, la orquesta resuena como un trueno, ¡los chiquillos miran encantados, los adultos están silenciosos! Y ella está a punto de pasar a la otra orilla de la cuerda, da un paso al aire y...