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-Hubo un tiempo en que los héroes no se medían por su fuerza o por el tamaño de sus músculos, sino por su espíritu y el tamaño de su corazón...-

Cada palabra había sido dicha, cada lagrima había sido derramada, hasta el momento que el silencio invadió el corazón de cada persona en la nación.

No sólo se había perdido a un héroe, algunos pocos habían perdido a un gran amigo, otros pocos a un compañero y solo unos cuantos a un hermano.

El Capitán América se había ido y había dejado de ser la leyenda viviente.

-Él está bien?- ella fue la primera en llegar a verlo luego de que unos habitantes de la zona lo encontraran en medio del hielo.

El cuerpo del hombre se encontraba cubierto por decenas de paños tibios para hacerlo entrar en calor, las pulsaciones de su corazón seguían siendo bajas, pero seguía luchando para seguir con vida. No iba a dejarse vencer, no le iba a dar el gusto a otros de verlo muerto.

-Lo mas importante ahora es que recupere el conocimiento- explicó el médico a cargo sin quitar la mirada de los buenos resultados de los exámenes anteriormente hechos-. Su amigo tiene mucha suerte de seguir con vida.

Peggy suspiro aliviada cuando lo vio parpadear, luego de varios días inconsciente, él se encontraba con vida junto a ellos.

-Hey, con cuidado- murmuro ayudándolo a acomodarse en la camilla, apenas si lograba mover los brazos y a duras penas logro sentarse correctamente-. Fue un buen susto el que nos diste.

-¿Donde estoy?- susurro confundido el rubio mirando a su vieja amiga-. ¿Ya estoy muerto?

-Por suerte no- río la agente Carter mirándolo.

Steve jamás se había sentido tan feliz y herido al mismo tiempo, miro a su alrededor para asegurarse de que nada fuera un sueño y la alegría enviado cada fibra de su cuerpo al ver en donde de se encontraba. Había vuelto a casa.

-¿Peggy?- el capitán miro a su amiga y la abrazo con las pocas fuerzas que tenía-. Estas viva- río entre la emoción y el dolor de moverse-. ¡Yo estoy vivo!

Quizás todo había sido parte de un sueño, o quizás lo que había vivido luego de que lo encontraran en el hielo, setenta años después de caer en el, si había sido real.

-Claro que lo estas- asintió ella confundida por el comportamiento del soldado-. ¿Estas bien?

-Mejor que nunca- sonrío, aun cuando cada parte de su cuerpo dolía como los mil diablos, pero nada de eso importaba. Iba a volver a ver a Lizzy, su amada Lizzy.

Believe |Capitán América/Steve Rogers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora