POV'S KEY
Miré hacía atrás, sintiéndome observado, como todos los días en la Universidad, donde una mirada tierna -parecida a la de un cachorrito- desde hace varios meses no se apartaba de mí ni un instante. Para mi mala suerte era en chico bastante atractivo, con unos brazos bien trabajados, su piel bronceada y una voz demasiado sexy. Además de esos lindos detalles que había tenido conmigo, como regalarme chocolates. Y eso me ponía incómodo, nervioso. Pero no porque no me gustara, si no todo lo contrario... Me encantaba... Y eso, también era lo que más me molestaba.
No debía sentirme así por nadie más que mi novio.
-Kibum, ¿qué sucede?- sobresaltado desvié mi mirada de él y la dirigí hacia el frente, donde Minho había aparecido sin que me diera cuenta de ello. Negué automáticamente.
-Nada... Solo estaba un poco distraído...- "con ese par de brazos fuertes". Le sonreí y besé rápidamente, sintiéndome mal por pensar esas cosas aún teniéndolo frente a mí.
Podía sentir su mirada aún en espalda, y no me era necesario mirarlo de nuevo para saber que esa linda sonrisa que me dedicaba siempre que nuestros ojos se cruzaban había desaparecido. Siempre era lo mismo. Cuando nos encontrábamos en los pasillos me sonreía de una manera que me derretía completamente, pero cuando aparecía mi novio su rostro se tornaba serio.
Aún no sabía el nombre de ese chico, y hacia todo lo posible por no pensar en ello y mucho menos averiguarlo. Mientras más lejos de ese chico, mejor.
Con toda la fuerza de voluntad que pude reunir, seguí a mi novio por el pasillo sin voltear. Me despedí de él cuando llegué a mi salón y él tomó el camino hacia el suyo.
Este era mi segundo año en diseño gráfico, mientras Minho estaba en el segundo año de derecho... y ese chico, creo que en el tercer año de música, o al menos eso había oído comentar a unas chicas que estaban babosas por él. Además, siempre está con su guitarra a cuestas y cientos de papeles desordenados y arrugados -al parecer partituras- en una carpeta o en medio de algún cuaderno.
Sacudí mi cabeza, tratando de prestar atención a la edición que debía hacer en la computadora. Edición que terminó siendo la más horrible que había hecho jamás, y todo gracias a que mi estúpido cerebro no quería dejarme pensar en nada más que en él.
Caminé hacia mi casillero, dispuesto a sacar las acuarelas que necesitaría para mi próxima clase. Tomé los pinceles metiéndolos dentro de mi bolso, cuando la puerta del casillero se cerró de golpe, asustándome.
-Hola.- su voz profunda, dulce y sexy en mi oído me impidieron moverme de mi lugar, manteniéndose atrapado entre su cuerpo y los estantes- ¿Por qué tan solo?- susurró cerca de mi cuello, poniendo una de sus manos sobre mi cintura. El escalofrío que sentí cuando uno de sus dedos se coló bajo mi camiseta me hizo reaccionar.
Me giré rápidamente, alejando su mano de un golpe.
-¿Qué haces aquí? Déjame en paz.- dije con voz dura, aún cuando sentía mis piernas como gelatinas.
No era la primera vez que se me acercaba mientras estaba sólo y, aunque le deje claro que tenia novio y no estaba interesado -lo cual temía que fuera una total mentira- siguió persiguiéndome e incluso me regaló una hermosa pulsera de plata que, aunque no me guste admitirlo, la tenía cuidadosamente guardada en un cajón.
-Sólo te vi tan solito que quise hacerte compañía.- murmuró demasiado cerca de mi rostro.
-No... N-no necesito tu compañía...- susurré incapaz de hablar más fuerte. Su cercanía me freía las neuronas. Dio un paso adelante, dejándome completamente atrapado entre su cuerpo y el estante. Podía sin ningún problema sentir su respiración en mi boca. Sentía que mi corazón explotaría en cualquier momento de lo rápido que latía- A-aléjate...- traté estúpidamente de empujarlo, ya que él era realmente fuerte, y sobre todo lo noté cuando pude mis manos en su pecho. Mi respiración se tornó irregular... ¿Cuánto ejercicio hacía para tenerlo así?
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Tentador - [Jongkey]
FanfictionUna mirada atrayente lo observaba cada día en la Universidad, mirada que no pasaba desapercibida y que sabía perfectamente lo que significaba... Con el paso del tiempo esas miradas y encuentros totalmente planeados por su pretendiente anónimo comenz...