Quién supiese como acabar con todo ese dolor que se lleva dentro, cómo hacer que desaparezca, que se desvanezca como si de una ráfaga de aire se tratase. Quién supiese cómo vivir siempre feliz, como tenerlo todo, y como no defraudar a aquellos que creen en ti. Ojalá tuviese una respuesta para todo esto, ojalá no fuese persona, ojalá no me preocupara por todo lo que me rodea, pero, "ojalá" es solo un deseo, no una realidad. Por ello, tenemos que tragarnos esos "ojalá", y ¿cómo lo haremos?, me diréis pequeños lectores. Os seré sincera, nunca he sabido como afrontar las idas y venidas de la vida, por lo que yo no os seré de gran ayuda.
Simplemente soy una más, como tú, como él, como cualquier individuo que llegue a leer esto. Tan solo soy una persona que escribe para acabar con ese dolor que guarda en lo más profundo de su pecho. Quizás sea una joven que no sabe luchar, o que tiene miedo de hacerlo. Seré una persona cobarde por no saber hablar con la gente, por no saber ver el lado bueno de las cosas, por no creer en las personas, por no saber confiar, ni en el resto ni en mi. Porque se que tarde o temprano me van a fallar, o tal vez la que falle al resto seré yo. Tal vez el problema sea solo mio. Pero tal vez es solo otra irrealidad, otra excusa para huir, otro ejemplo de la cobardía humana.
Diréis, ¿a qué viene esto entonces? ¿a qué quieres llegar?
Por llegar, llegaré al punto en el que todo está en calma, en el cual estás solo, frente al espejo, viéndote, creyéndote, viviendo... Sabiendo que estás ahí, y que nadie puede hacer que eso cambie. Ni tu ni nadie debe hacerte cambiar de idea, y sí, se que lo sabes, pero no siempre te lo crees. Créeme, hay veces en las que te encierras en tu burbuja y solo crees lo que quieres creer, hay veces que te exiges lo que ni por todo el oro del mundo podrías hacer, hay veces que te oprimes e impides extender tus alas, y hay veces, solo hay veces en las que rompes con todo, dejas de creer, dejas de vivir, dejas de verte, y empiezas a ser otra persona. Una persona que parece ser fuerte, que impone, que lidera, una simple persona que carece de personalidad. Un clon, un doble, una tú fuera de la realidad. Te conviertes en lo que te gustaría, pero mientras tanto te destrozas por dentro. Sabes que está mal, sabes que no va a servir de nada, sabes que al llegar a casa la frustración va a acabar con tu nuevo perfil, y, ¿Qué consigues? Llorar, gritar, romper cosas, sacar esa furia avivada por el ansia que te inunda por dentro.
¿Y después qué?
Nada, absolutamente nada. Sigues siendo la misma persona, la misma que se creía superior, la misma que se infravaloraba, la misma que lloraba, la misma que odiaba, la misma que envidiaba, la misma que vivía y la misma que no afrontaba la realidad. No has cambiado, solo has tenido miedo, solo has creído que fingiendo todo lo malo desaparecería. Pues lo siento, no va desaparecer, lo malo te va a perseguir por siempre, y por ello, ponle cara desde el principio, enseñale quién manda, no dejes que él sea quien te domine primero.
Creo que ya has entendido el concepto, y creo que a partir de aquí eres tú quien elige, pero esta es mi historia, así que voy a contarte lo que yo voy a hacer. Me propondré no encerrarme en mi burbuja, no fingir ser lo fuerte que muchos creen que soy, y dejar de pedirme aquello que sé que es imposible para mi. Pese a mis propuestas, sé que recaeré, sé que volverán los malos tiempos, sé que volveré a encerrarme en mi habitación a llorar, pero no por ello dejaré de intentar llevar a cabo mi cambio. Afrontar lo que venga es el segundo paso, si te caes te levantas, y si no te puedes levantar tu solo con el tiempo llegará alguien que te tienda la mano. Deja de preocuparte y no hagas idioteces, el tiempo te ayudará a entenderlo, y entonces, ni la más mínima palabra hiriente resonará en tu cabeza como antes hacía.
Así que, se fuerte, yo creo en ti, y a partir de ahora, también creo en mi. Creamos en nosotros, creamos en el resto, creamos en el mundo, creamos en vivir... A partir de ahora, creamos que todo va a ir a mejor... Por ello me despido, ya he hecho mi trabajo, ya me he desahogado, ya puedo seguir mi vida, y al igual que yo, espero que tú hagas lo mismo pequeño lector. Espero haberte ayudado, y si no ha sido así, lo siento, pero las palabras se me quedan cortas para explicarte todo lo que me gustaría...