Capítulo 6

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Me despierto a las 6:00 de la mañana y me parece muy temprano para ser un domingo. Decido que iré a la iglesia y como el culto no empieza si no hasta después de las 8:00 am, me dispongo a cocinar una arepa muy finita pero del diámetro de un CD. La relleno con queso como siempre las prepara mi abuela y me sirvo un vaso de agua porque la crisis de mi país, mi adorado país, me ha dejado sin azúcar para hacer jugos.

Después de comer, voy a la iglesia y despejo mi mente, luego regreso a la casa y me pongo a limpiar el baño que utilizó Sebas. Termino y me pongo a hacer tareas ya que necesito sacar 20 en este reportaje para pasar la materia lisa.

Tocan la puerta y una sonrisa se traza en mis labios, se quien viene y se que quiere jugar.

Me levanto y abro la puerta para encontrarme a Sebastián con el cabello desordenado, una camisa negra, pantalones de playa y unos deportivos negros.

¡Los hombres y su rara forma de vestir!

—Hola mi pequeña calentona— susurra mientras se acerca para darme un cálido beso en los labios.

Pasa como Pedro por su casa y yo cierro la puerta. Cuando me volteo lo tengo tan cerca que corta mi respiración y el corazón  empieza a latir más de prisa dentro de mi pecho.

—¿Y? ¿No piensas saludarme?— pregunta divertido.

—Hola, Sebas— digo mientras paso por su lado dirigiendome hacia la cocina mientras trato de parecer casual alzando mi barbilla.

Me toma del brazo y me voltea— saludame con amor.

—¿Amor? ¿Cuál amor? Si no siento tal cosa hacia ti— miro a todos lados con nerviosismo y el se ríe de mi inocencia.

—Lo se, tonta. Pero por lo menos saludame bonito.

—Hola mi amor, mi vida, mi príncipe. Te extrañe mucho. ¿Como pasaste el día?— beso sus labios y luego le sonrío de la manera más hipócrita que consigo.

Él entrecierra sus ojos y se voltea para sacar panes y nutella de una bolsa de papel que trajo consigo.

Abro los ojos viendo la nutella como si fuera la primera maravilla del mundo y le sonrío con entusiasmo.

¿Nutella? Esta bien, soy tuya.

—Si te vas a portar pesada, mejor vete despidiendo de la nutella. Vine a hacer las paces así que deja tu sarcasmo— dice con indiferencia.

—Esta bien, esta bien. Por el amor a la nutella me comportaré contigo. Pero un movimiento en falso y te iras con una patada en el trasero y sin mi adorada amiga— me refiero a la nutella pero aprovecho para tirarle una pequeña punta acerca de su oportunidad de tener sexo hoy.

—¿A que te refieres, Amanda?— me mira con una ceja levantada.

—A la nutella mi amor— le digo con todo el sarcasmo que llevo en la sangre.

—Si, bueno. Vamos a tu cuarto— me hace una reverencia para que pase primero y lo hago, se que me está viendo el trasero y sinceramente no se por qué, no tengo mucho que digamos pero allá los hombres con sus cosas.

Entramos y nos acostamos en la cama. Él prepara los panes mientras yo busco una película, se que lo último que haremos será verla. Pero eso no tiene mucha importancia ahora.

Finalmente pongo Votos de Amor ya que es una película de, dah... Amor. Por lo tanto no creo poder concentrarme en ella. Si hubiera puesto Buscando a Nemo de seguro mis planes serían arruinados por mi obsesión con Dory. Empieza la película y nos arropamos con mi edredón comiendo pan.

No soy suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora