Toda mi vida me han gustado las manzanas, es especial las verdes; ese sabor único, su textura y por su puesto su color, siempre me han cautivado. Además que grandes de mis recuerdos las involucran tales como la caída de mi primer diente: comiendo manzanas tranquilamente bajo un cerezo.
Mi primer y mejor amiga Sango: el primer día de clases en el jardín de niños y tan solo quedaba la última manzana, tanto ella como yo nos debatimos por ella, la cual luego de un rato terminamos compartiéndola.
Y por sobre todo mi primer, futuro y único amor... Inuyasha Taisho: Él era el bombón de la universidad; y eso que tanto él como yo éramos del primero; todas las chicas babeaban por él, yo entre ellas, pero tenía muy claro que nunca se fijaría en alguien como yo, o eso creía. Fue un 12 de Abril, el día en que mi más profundo sueño se hizo realidad.
Me encontraba tranquilamente leyendo bajo un gran árbol en uno de los patios del campus, obviamente con la última de mis fieles manzanas la cual descansaba semi-mordida en mi mano derecha, pero de un momento a otro se me fue arrebatada, busqué rápidamente al culpable de tal robo y para mi sorpresa no era ni más ni menos que él Inuyasha, quien ahora la sostenía con una sonrisa en su rostro; antes habíamos entablado pequeñas conversaciones, ya que eramos compañeros en la misma aula, pero todas aquellas solo me ayudaron a saber su gusto por la música y otras cosas incluido su gusto por las frutas, cosa que me enamoro más, pero para mi desgracia siempre que comenzábamos a hablar llegaban unas suripantas quienes se interponían; pero esta vez no sería así, mire a mi alrededor y me di cuenta que el patio estaba casi desierto los mas cercanos eran Inuyasha y mi manzana.
—Podrías regresármela—le dije lo mas calmada que pude ya que mi corazón no paraba de latir.
—¿Qué cosa?—contestó en un tono cínico mordiendo la manzana.
—Lo que te estas comiendo, mi manzana.
—¿Tanto te gustan?
—Sí, mucho—le respondí.
—Bueno, quizás te la devuelva, pero con una condición.
—¿Cuál?—el solo hecho de estar así con él me ponía demasiado nerviosa, mas de lo que deseara.
—Acércate—me dijo en un tono seductor—No querrás que alguien nos escuche—río—no sería bueno para ti.
Camine hasta quedar a casi un metro de él.
—Más—dijo— ¿O será que no quieres tu manzanita devuelta?
Me acerque hasta que la punta de mi pie toco el suyo, mientras él se encontraba aun apoyado en el árbol, mire hacia arriba y trate de arrebatársela pero fue un intento inútil
—Tranquila—se carcajeó—No querrás que se caiga al suelo.—¿Cuál es tu condición?—pregunté quería mi manzana pero realmente este jueguito suyo me agradaba.
—Más bien es una petición.
—Tú solo dila.
—Bésame—en ese instante mi corazón se paró, la sangre se me subió al rostro y estaba completamente segura de que caería desmayada.
—¿Q-Qué?
—Eso, es muy sencillo— mi mente decía que no y mi corazón ya lo besaba súbitamente, era una complicada pelea de nunca acabar.
Lentamente me empiné hacia él, mi mente aún se debatía ente hacerlo y no. Fue ahí, a dos centímetros de esos rojos y carnosos labios que me acobarde y tan solo lo bese en la mejilla.
—Listo, ahora regrésamela—exigí. Al parecer el estaba en shock, pero de un momento a otro esta cambio totalmente a una seria.
—No, eso no fue un beso.
—Para mi sí, lo es.
—Tenemos una versión completamente diferente de eso.
—Tu nunca definiste donde.
—Al decir bésame significa en la boca.
—Tu no me...— No se en que momento pero ah estaba el abarcando mi boca con sus labios, su mano cuidadosamente se poso en mi cintura acercándome él, nuestros labios se movían armoniosamente, su lengua roso mi labio interior y yo sin pensarlo abrí mas mi boca...
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—Kagome ¿Qué tanto escribes?—preguntó mi ahora marido.
—Tan solo una tarea de la universidad Inuyasha—respondí.
—¿De que se trata?
—Una de las cosas más importantes de mi vida.
—Supongo que eso seré yo ¿no?—reí, siempre piensa que todo se trata de él.
—No se trata de manzanas.
—¿Y por que las manzanas?—preguntó y en su cara se formó una expresión de extrañeza. No pude evitar
—Por que gracias a ellas llegaste a mí.
—Si, tengo que admitir que gracias a ellas tengo a esta hermosa señora Taisho en mi vida.
—Aunque debo admitir que fue una gran idea la de colocar el anillo en una manzana.
—Y fue aun mejor tu respuesta, no sabes cuan feliz me hiciste.
—¿Hiciste?
—Y Harás por toda mi vida, Te Amo—y me besó uno de esos besos fugases y cariñosos.
—Y te amo a ti—reí—Ahora déjame terminar de escribir ¿si?, Oh y tráeme una manzana.
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Manzanas (One-Shot~InuyashaxKagome)
RomanceOne-Shot ¿Qué tanto puede hacer una manzana? Todos los derechos Reservados ©