No te vayas

Nada pasó y todo cambió

—¿Eh? Karamatsu, ¿qué pasó? escuchamos que alguien gritó, ¿fue Ichimatsu? ¿qué hiciste para que se enojara de esa manera?— El segundo hermano fulminó con la mirada a su hermano mayor mientras continuaba con su pasó logrando ver la puerta para después salir a paso veloz de su casa sin rumbo fijo.

—¡Vaya! algo tremendo debió pasar ahí adentro, jamás había escuchado gritar de esa manera a Ichimatsu niisan, ni mucho menos ver de esa manera a Karamatsu niisan— Choromatsu al igual que los tres hermanos restantes estaban confundidos solo les quedo esperar ahí hasta que Karamatsu regresará y explicara que pasó o a que Ichimatsu por fin saliera de la habitación.

—¡Maldita sea, ese Mierdamatsu!— El cuarto hermano golpeó la pared tras decir eso, estaba confundido, a pesar de que su hermano mayor hubiese dicho que él le gustaba se arrepentía de haber dicho que le daba asco. Salió a disculparse con el mayor, pero ya no estaba en casa, en fin, para él no era importante disculparse, después de todo fue culpa de Karamatsu ¿no? 

—¡Ah, Ichimatsu niisan!— Jyushimatsu el quinto hermano sorprendió a todos al decir eso, al parecer ya había salido del cuarto Ichimatsu y por nada del mundo perderían la oportunidad de preguntarle qué fue lo que pasó con el otro hermano.—¿Qué pasó con Ichimatsu niisan?

—El idiota se comió la comida de mis gatos—Que mentira tan más patética... No podría decirles lo que pasó allí dentro, no podía.

—¿En serio? fue un grito muy fuerte Ichimatsu niisan— esta vez habló el menor de los seis mientras miraba con preocupación al mencionado.

—Si, me altere demasiado.— no podría decirles lo que escuché dentro,  jamás. Sin embargo no todos creyeron esa ridícula mentira, por lo menos no Osomatsu, pero esta vez lo dejaría pasar. No quería meterse en problemas con esos dos.

"No debía haber dicho eso", "Todo esta arruinado", "Me odiara más de lo que ya lo hace", "Quiero morirme". Cosas como esas pensaba el ahora destrozado Karamatsu mientras se dirigía a un parque. Caminaba con los ojos llorosos, caminando sin ganas, a penas llegando a una banca cercana para tumbarse en ella. 
—Todo fue mi culpa, sin tan solo me hubiera callado, si tan solo no me hubiera enamorado...— recordando aquel suceso de tan solo hace unos minutos fue inevitable para él seguir conteniendo sus lágrimas, permitiendo que cayeran por sus mejillas hasta que llegaran a humedecer su pantalones.

—Toma— una delgada y suave mano le tendió lo que parecía ser un pañuelo. Al subir su mirada se encontró con una chica de cabello negro con una linda sonrisa. 

—Gracias my lady— recibió el pañuelo, para inmediatamente colocarse sus lentes de sol y continuar una charla tranquila con ella.

—Ya es muy tarde... ¿creen que Karamatsu este bien?— El mayor de los seis hermanos preguntó preocupado, pues la mirada llena de odio que esa mañana le había dedicado su hermano Karamatsu no era para nada graciosa, al contrario, era una de la cual temer.

—Brother, don't worry, he regresado— el chico llegó como si nada hubiera pasado esta mañana, completamente feliz, relajado. Al menos eso era lo que quería aparentar, por dentro quería morir, quería olvidar todo, pero no era tan fácil. Intentó buscar rápidamente a su hermano, a la persona que amaba, encontrándolo en una esquina mientras jugaba con su pequeño gato.

—Al final no debí preocuparme tanto— dijo Osomatsu para así irse a su habitación.— Bien, vayamos a dormir.