XXXII. Jeju

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[Omnisciente]

Ese mismo día iban a irse, dejarían Seúl por tiempo indefinido para luego relajarse en la Isla de Jeju. Las maletas estaban listas, los muebles del hogar de Kyungsoo ya estaban cubiertos con sábanas blancas y ellos subían a la furgoneta negra que los llevaría hacia el aeropuerto. El ambiente entre los amigos era tenso, callado, Nathalia ni siquiera había mirado a los chicos, sólo a JunMyeon, quien se había sentado a su lado puesto que la chica no quería estar junto a nadie mas.

Stephanie miró en dirección a su hogar, las hierbas del jardín dejaban ver lo descuidada que se encontraba y era notable el polvo las ventanas. Suspiró. Extrañaría su hogar, tampoco era una despedida permanente, pero le molestaba tener que irse.

-¡Esperen! -habló Stephanie, mientras el conductor paraba la furgoneta-, he olvidado algo en mi casa...

Stephanie salió por la puerta del auto pasando por sobre JongIn y Sehun y corrió a su hogar, abriendo la puerta con sus llaves y corriendo escaleras arriba, mala idea pues su rodilla le comenzó a molestar, pero lo ignoró y buscó en su habitación por lo que había ido a buscar.

Paró la búsqueda repentinamente, notando algo que no había notado. Sus cajones estaban abiertos, menos uno, la puerta de su baño dejaba ver y escuchar como el agua salía por la llave de agua, una pared llena de fotografías con sus amigos y familia ahora estaba vacía, su cama estaba deshecha y notar aquel vidrio roto dentro de su baño le causó más nervios de lo normal. Una papel. Un pequeño papel colocado sobre su cama llamó su atención, con dos simples palabras:

Cajón cerrado.

Stephanie, llena de miedo miró el cajón que notó, era el único que no estaba abierto y se dirigió a él, con sus manos temblorosas abrió el cajón y quedó petrificada. Sintió miles de choques eléctricos por todo el cuerpo y cerró bien los ojos, cómo si eso fuera a apartar la imágen de su mente, volvió a abrir los ojos y mirar de nuevo lo que había visto segundos antes. Alterada, sólo pudo pensar en una cosa que hacer:

-¡Chanyeol!

Eso había sido suficiente cómo para todos los del auto escucharla, y su novio tanto como su mejor amigo corrieron fuera de la furgoneta y dentro de la casa de la chica. Los nervios carocomían vivo a Kyungsoo cuando miró a su mejor amiga de rodillas en el piso con las manos en su cabello, tomándolo con fuerza y cerrando los ojos. La chica les apuntó a el cajón con su dedo y Kyungsoo fue el primero en mirar dentro del cajón y entendió el por qué de la reacción de su mejor amiga. Dentro del cajón se encontraba una prenda de su madre y otra de su padre, y un pequeño oso con el cuál ella solía dormir por las noches, los tres objetos estaban dentro del cajón, rasgados y cubiertos con un líquido rojo, que, Kyungsoo sabía, era sangre. Pero no solo estaba eso, si no también habían un par de zapatos pequeñísimos, bañados de sangre, que eran evidentemente para un bebé, con una nota con gotas del mismo espeso y rojo líquido:

Me enteré del bebé,
dile a tu amiga que
¡felicidades!
-Eun :)

Stephanie sollozaba fuertemente, con Chanyeol tratando de tranquilizarla. Kyungsoo tomó la nota y la guardó en su bolsillo, no importándole mucho que podiera mancharle el pantalón. Ambos chicos miraban a Stephanie llenos de preocupación, pero no podían quedarse ahí, tenían que irse y tenían que hacerlo de inmediato.

-Tenemos que irnos, Sol...

-Les hará daño... -sollozó la chica, llena de preocupación con unas lágrimas escapándose de sus ojos.

A pesar de todo [EXO Chanyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora