Capitulo 19
Como el día estaba bastante caluroso opté por colocarme unos shorts y una polera que hiciera juego. Me miré al espejo un par de segundos. No me veía mal, pero tampoco excelente.
Vi mis piernas y me asusté. Nunca en mi vida había estado tan delgada, se notaba que me faltaban un poco de calorías.
Después de unos segundos entró Raimundo a la habitación, yo estaba tirada en la cama.
A Raimundo lo que costaba elegir su ropa (una polera negra ajustada, unos pantalones negros ajustados en la parte de abajo y las zapatillas de siempre), todo se quedaba muy bien. Era como si la ropa que él tenía fuera creada para él.
-¿Tu noviecito te va a pasar a buscar?-preguntó mientras se quitaba la polera gris que llevaba para colocarse la negra.
Yo no le dije nada, ya que la espalda de Raimundo era su mejor atractivo. No sé por qué pero verlo así hizo que mi estómago se achicara.
-Si-dije y solté una risa muy tonta. Ya no las podía controlar, y me sentía muy tonta cuando se salían de mi boca-¿Te vas a ir ahora?-pregunté rápido para que mi estúpida risa no se notara.
-No, claro que no-dijo como si fuera obvio.
-¿Por qué?-pregunté extrañada.
-Se nota que no sabes nada de fiestas-se volvió para mirarme pero un segundo después la quitó-hay que esperar a que lleguen las mujeres bellas-terminó de decir y se mordió el labio inferior
-Idiota…-dije bajo pera para que él alcanzada a escuchara
Guardó el pantalón que había sacado para ponerse y supuse que se quedaría con el que andaba trayendo. Un jean azul marino.
-Raimundo…-era hora de entregarle la carta que Felipe me había dado para él.
-¿Qué?-no sé en el tono que dije su nombre, pero él se mostró preocupado.
¿Cómo comenzaba a decírselo?
-Tu…-tocaron la puerta.
Alfonso.
-Te vinieron a buscar-dijo Raimundo desganado.
-Si-dije nerviosa-nos vemos.
-Nos vemos.
Salí de la habitación, me despedí de mi madre (que estaba dormida), de Amelia y salí en busca de Alfonso. Cuando abría la puerta ahí estaba él con una polera verde oscuro, unos jeans azul claro y una flor en la mano.
-Hola-dije tímida.
Él inmediatamente sonrió al verme y se acercó a mí, antes de darme un corto beso interpuso la flor que traía en las manos entre nosotros. Yo sabía que era para mí pero no sabía qué decir ya que jamás me habían entregado una flor.
-Un pequeño regalo-dijo sonriendo de medio lado.
-Gracias-dije y noté como las mejillas se teñían de rojo.
Él me tomó de la mano y entrelazó nuestros dedos. Así caminamos hasta donde era la gran fiesta. Cuando llegamos estaba repleto de gente, parejas y amigos . Muchos de ellos bailaban al ritmo de la música, que era rápida. Como estaba oscureciendo las luces se podían apreciar, era luces de todos los colores que se movían muy rápido tratando de llevar el ritmo de la música. Las mujeres y los hombres se reían mientras bailaban al ritmo de la canción que sonaba en ese momento.
-¿Quieres bailar?-preguntó Alfonso con tono juguetón.
Reí y entre risas contesté.
-Bueno-inmediatamente Alfonso me tiró hacia la pista de baile y comenzó a moverse al ritmo de la música. Yo trataba de hacer lo mismo pera la verdad, es que soy muy tiesa. Alfonso al verme estalló en risas y yo paré de bailar, o el intento de éste.
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En un lugar muy lejano.
Teen FictionBelén Calvet es una chica de 15 años, próxima a cumplir 16. Se ve envuelta en muchos problemas son pobres, su hermana está muy enferma y su madre es asmática. Su mejor amigo, Raimundo la ayuda en casi todo pero el igual es pobre, no sabe como consol...