Capítulo 54. Has llegado un poco tarde, ya estoy destrozada

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Capítulo 54. Has llegado un poco tarde, ya estoy destrozada

Dos meses. Dos meses desde que Javier regresó. Un mes para la boda. Solo un mes.

Todo ha cambiado tanto...

Ninguno de los dos somos los mismos.

Él está con Maya.

Yo me voy a casar con David.

Al principio pensé que podría llevar bien el hecho de que Javier hubiera regresado, con novia incluida.

Ambos habíamos hablado, habíamos quedado en que era mejor dejarlo todo como estaba, solo amigos, pero todo cambió una noche en la que yo había salido con Jenny a una discoteca y allí nos encontramos a Javier y a Edu. Mi amiga se había ido con Edu a bailar, mientras que Javier y yo nos quedamos en la barra bebiendo.

Flashback...

Estaba sentada en un taburete observando cómo la gente bailaba y bebía por toda la discoteca. Mi vista se quedó en Jenny y en Edu, ambos bailando juntos y bien pegados, sonriéndose como dos tontos enamorados mientras que yo estaba aquí, muerta del aburrimiento sintiéndome incómoda por tener la vista de Javier encima de mí.

-Esos dos terminan juntos de nuevo. –Grito para que Javier pueda escucharme. Él asintió aún con su mirada puesta en mí. –Iré a fuera un poco...

Sin dejar que me contestara me puse de pie y me dirigí hacia la salida de la discoteca y salí de ella. No sé a dónde ir, mi casa está casi a una hora de aquí caminando, y el coche es el de Jenny, por lo que descarto eso de ir a mi casa.

-¡Alison! –Me giré para ver a Javier correr hacia a mí. Cuando ya estuvo a mi lado paró y sonrió agarrándome de la cintura con su mano y arrimándome a él.

-¿Qu...Qué haces? –Murmuré poniendo mis manos en su pecho.

-Lo que tenía que haber hecho desde que llegué. –Y sin decir nada más sentí sus labios pegados a los míos.

Me pilló por sorpresa pero no tardé en seguirle el ritmo. Lo que empezó por un beso lento y suave siguió siendo fuerte y lleno de deseo.

No me había dado cuenta de cuánto había echado de menos sus labios, a Javier hasta ahora.

Esto se siente tan bien, pero tengo que pararlo. Esto no puede continuar.

-Javier... -Murmuré apartándome de él. –Esto está mal. –Le digo.

-¿Acaso está mal besar a la chica que amo?

-Está mal cuando ella se va a casar y tú tienes novia.

-No te entiendo Alison. Cuando llegué dijiste que...

-No dije nada. –Le corté. –No puede ocurrir nada entre nosotros. ¿Es que acaso no lo entiendes?

-Me confundes. –Dice con el ceño fruncido. -¡Joder me confundes y me haces daño! ¡Di de una maldita vez qué es lo que quieres, Alison! ¡Aclárate de una vez!

-¡¿Sabes qué?! ¡Me he aclarado! ¡No quiero volver a saber nada más de ti! ¡Solo amigos! ¡¿Qué es lo que no entiendes de esa estúpida palabra?!

-¡No puedo ser tu amigo! ¡No quiero! Tú no eres solo una amiga más, Alison. Tú eres todo para mí. ¡Todo, joder! ¡Yo te amo!

-¿Es que no lo entiendes? ¡Me voy a casar! Además, ya no eres el mismo. Ya no te conozco. Ahora fumas y a saber qué otras cosas haces. ¿Dónde está el chico del que me enamoré? No queda nada de él. Nuestra historia se ha acabado, eso es lo que ha pasado. Nada está bien y yo estoy destrozada por dentro, así es cómo me siento. Siento frío y estoy avergonzada. Has llegado un poco tarde, ya estoy destrozada.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora