Identidad Desconocida.

1° Capitulo: Objetivo casi logrado.

Jamás pensé que una enfermedad pudiera llegar hacer algo tan difícil de llevar. Mi mamá nunca lo supo hasta después de que nací, descubrieron que no todo estaba bien en mi, que tenía una anomalía en los ojos donde el iris de mi ojo derecho era distinto al del izquierdo, así es, mis ojos tenían colores completamente distintos, mi ojo derecho era color miel, mientras mi ojo izquierdo tenia un color celeste, los doctores dijeron que era una enfermedad genética llamada Heterocromía. No tuve problemas con eso hasta la hora de entrar a la escuela, siempre fui tímida a la hora de hablar con mis compañeros de colegio, pero cuando lo intentaba se alejaban, como si me tuvieran miedo, y lo único que hacia era estar sola en un rincón. Era tanta la soledad que sentía que no podía evitar llorar en ocasiones, estar sola en una clase repleta de personas no es algo que haya disfrutado, pero de apoco me tuve que ir acostumbrando. Mi madre decía que ellos eran los que perdían la oportunidad de tener una amistad conmigo, pero vamos, mi madre no entendía nada de como se sentía tener un defecto como el mío, claro que todos tienen problemas o defectos no lo niego, pero ¿Tan horroroso era el mío para ser vista como un mutante?, pues así es como me sentía.

Fui creciendo, la gente de la escuela ya estaban acostumbrados a verme pasar por los pasillos, las miradas y susurros no faltaban ¿Pero que podía hacer yo? los rumores, los apodos ya se me hacían normal. Para algunos era una simple estudiante, pero otros se tomaban muy en serio la labor de molestarme. En los años todo fue disminuyendo, pero nunca faltaban los idiotas.

-Oye Liz, despierta. -Sentí un leve codazo.

-¿Mm?- Digo con los ojos cerrados. -Dejame...

-Despierta Liz...-Vuelve a empujarme. -¡Lizbeth!

-¿QUÉ MIERDA QUIERES LOGAN? -Abro los ojos y me giro desesperadamente hacia él.

-¡Sshh! No grites vas a despertar a medio avión, por cierto ya llega... -Se queda callado por un momento mirando detenidamente mi barbilla, su rostro se transforma en una de asco. -Oh Liz tienes baba colgando de tu barbilla, rezo por el hombre que tenga que verte asi todas las mañanas.

Me paso mi manga por mi barbilla para quitar la baba.

-Ese eres tú, idiota.

-Oh, cierto. Y más te vale -Me dió una mirada entre amenzante y divertida.

Hago caso omiso al comentario de mi hermano. Algunos podrán decir: "Aw, pero que es lindo tu hermano. Quiero uno envuelto para mi solita." Pero no, yo les aconcejo que no. Tenerlo las veinticuatro horas del día es agobiante, además de tomarse muy en serio su papel de "Soy tu hermano mayor y tengo la obligación de protegerte a toda hora y en cada lugar del día". Es como tener un guarda espaldas profesional, pero gratis.

Me asomo y veo por la ventanilla del avión. Era de noche pero eso no impedía apreciar las luces de la gran ciudad de Londres, al contrario, la hacían lucir más hermosa aún. Ojalá que veinticuatro horas de viaje valgan la pena, porque mi trasero está pagando el precio.

Para mamá le complicaba un poco cambiarnos de hogar, más si estaba a miles de kilómetros, pero el trabajo que le esperaba era mucho mejor del que tenia antes. Nuestra tía Margaret se enteró "misteriosamente" y nos ofreció ir a quedarnos a su casa mientras mi mamá nos buscaba un hogar para nosotros. Pero mi madre se negó y nosotros tuvimos que convencerla hasta que por fin aceptó.

Eran las nueve de la noche y las luces de la ciudad desde arriba la hacían lucir realmente hermosa. Bajamos del avión y fuimos a recoger nuestras maletas. Nunca había estado en un aeropuerto y ver a las personas con esos carteles blancos de esos que salen en las películas, donde tenían escrito el nombre de quién sabe quién del que estén buscando me parecía emocionante. Metimos las maletas al taxi que nos esperaba afuera del aeropuerto y nos subimos. Me puse mis audífonos y sonó la canción A Sky Full Of Stars de Coldplay,observe el paisaje que tenía en frente y bostecé lista para tragarme al mundo. Sin darme cuenta me quedé dormida.