Él

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El monstruo era invisible, sólo podía ser visto en el reflejo de un espejo, él quería matar y lo hizo varias veces. su primera víctima fue alguien a quien yo odiaba profundamente; le sacó los ojos con sus manos, los masticó  haciendo que exploten y se escurra por su barbilla. cuando mi madre se dio cuenta que uno de sus hijos estaba muerto sin ojos, no pudo culparme, tampoco supo quien fue el asesino porque él no puede ser visto, no niego que ver su cuerpo sin vida me llenó de satisfacción lo cual hizo que él me mire con gran regocijo abríendo la puerta para las siguientes víctimas. Curiosamente la siguiente fue una mujer que también odiaba, La anciana de mi vecina una mujer despreciable que me hacia la vida imposible de niño, torturándome cuando se quedaba como niñera ella reía al ver mi sufrimiento, pero lo que más me hizo sufrir fue el día en que mató a mi cachorro y me echó la culpa haciendo que mi madre me mande al psicólogo por años contra mi voluntad, Hoy fue asesinada y observo su cuerpo sin vida con una sonrisa en el rostro, no vi como la mató pero me susurró cada detalle al oído: la desolló con un cuchillo oxidado, en su agonía hizo que confesara que fue ella quien mató al cachorro pero siguió diciendo que fui yo, Me fui del lugar antes que descubran el cuerpo. El monstruo rogaba por más sangre, más gritos, más muertes, y yo se los daba cada vez que me lo pedía. Un día mi mejor amigo me comentó que salía con la chica que me gustaba en secreto, sin pensar el monstruo actuó sin mi permiso: le desprendió los labios de la boca que seguro la habían besado , lo dejó con vida para que viera como le hacia lo mismo a la chica, seguido a eso los mató a los dos con el mismo movimiento del hacha. Ver muerta a la chica que quise me afectó pero el monstruo me regañó diciendo que ella era una cualquiera. Después de esas muertes se descontroló y mataba por diversión pero justificando que ayudaba a la sociedad eliminándo a la escoria que la ponía en descomposición, no hice nada ya que era gente que yo no toleraba. El momento en que superó todo sus actos fue cuando mató a mi madre, creo que me escuchó discutir con ella y eso fue suficiente para que actuara, como todas las veces que mata él me contó cada detalle susurrándome al oido incluso liberaba ligeras carcajadas. Intenté alejarme de su lado después de eso pero ya no podía yo hice que creciera. Ahora la humanidad entera le parece una plaga que debe de ser extinta, ya no hay forma de que se vaya, el monstruo vive conmigo y no me mata porque eso sería suicidio.

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