Prólogo

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  No sé cuánto tiempo más pueda resistir esto

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  No sé cuánto tiempo más pueda resistir esto. Mis pies no han dejado de correr desde que salí de aquel lugar. No han dejado de caminar ni un segundo, aunque ya hayan pasado como dos días.

  Me moría de hambre, apenas encontré comida en este lugar de mierda. Tenía sueño, pero no podría arriesgarme a volver a casa. O mejor dicho, a esos pedazos de madera unidos en el cual vivo. Vivía.

  No sé tampoco en dónde me encuentro. Todo lo que me rodea es completamente negro, como si las sombras me estuvieran persiguiendo y los secretos consumiéndome. Sin embargo, no he dejado de correr y esconderme, como lo he hecho desde que nací.

   Mi vida siempre ha sido una auténtica mierda, y lo he echado todo a perder con ella. Seguramente ahora ya ni me dirigirá la palabra y se enfadará conmigo, no dejará que le explique la verdad. Aquella, la cual tendría que haberle confesado desde un principio. Pero no es nada fácil, y mucho menos para mi. No quería ponerla en riesgo ni meterla en asuntos míos.

  A mi alrededor los árboles se mecían con el viento fuertemente, mientras que su sombra no dejaba que observara mucho por dónde me dirigía, provocando que me llevara por delante muchas ramas. La luz de la luna apenas traspasaba de entre las hojas y yo ya estaba que no daba otro paso. Mas no me detuve. Tenía que llegar a un lugar seguro.

   Aún con la chaqueta en mano me di cuenta que tendría que deshacerme de esta misma, sino provocaría mucho más revuelo a la situación. Paré y miré hacia mi alrededor. Estaba completamente perdido, pero de lo que sí estaba seguro, era que esta chaqueta no seguiría el mismo camino que yo. No de nuevo.

   Entonces, encontré el lugar perfecto. Excavé por unos segundos la tierra, sintiendo cómo las hormigas que no llegaba a distinguir subían por mis manos, pero las ignoraba. Una ves que pensé que el poso era perfecto, arrugué la chaqueta y la metí, volviendo a colocar la tierra en su lugar.

  Me alejé de ahí con paso decidido. No todos los secretos y problemas se irán con esa chaqueta, ojalá lo hicieran, el problema fundamental soy yo. Mis pensamientos no dejaban de recordarme toda la maldita porquería en la cual estoy metido. En las personas que lastimé por esa razón, y en los enemigos que me hice por el mismo motivo. Sobre todo, a la persona que más me importa, seguramente para ella soy un dolor de cabeza.

  Sentí, unos minutos más tarde, que ya era tiempo de avisarles. No me di por vencido, esto no se quedaría aquí, pero al menos tendría que hablar de nuevo con ellos.

  Saqué mi celular del bolsillo del pantalón, y observé que apenas tenía batería. Marqué rápidamente y mientras la insistencia me consumía, al igual que todo este momento, hasta que por fin al cuarto tono contestaron.

-¿Niall, dónde mierda estás?- Se notaba lo enojado y preocupado que estaba por mi. Vaya, él sí era un buen amigo.

  Sin embargo, paré de caminar al notar una carretera a unos cuantos pasos frente a mi. Fruncí el ceño, pero en unos segundos más recordé cuál era.

-Oye, ¿me estás escuchando? Mierda, creo que se cortó...

-Louis, tienes que venir...

[...]

   Los minutos habían pasado desde aquella llamada. Me encontraba escondido entre los árboles, percatándome de que esta carretera era casi inexistente para muchos. No pasaba nadie por allí, ni siquiera una sola alma.

  Todo se encontraba en la inmensa oscuridad, más allá de ahí era todo negro, más allá de aquel precipicio. Observé el cielo, dándome cuenta de las nubes que habían, escondiendo a la luna detrás. Un fuerte viento hizo mover a los árboles y por instinto me crucé de brazos, después de todo me encontraba en mangas cortas.

   Como si fuera un recuerdo pasajero, algo llegó a mi mente. El rostro de mi madre, cuando la dejé aquel día y no la volví a ver después de mucho tiempo. Sus lágrimas no paraban de salir de sus ojos y éstos se encontraban totalmente rojos. Mi padre y mi hermano se habían ido el día anterior, y ella se quedaba totalmente sola. Sin embargo, no tuve el descaro de abrazarla, de decirle lo mucho que me importaba. Solo la miré y me alejé de ahí.

   En días como estos no me alcanzan las palabras para explicar cuánto me arrepiento de aquello.

   Luego apareció la imagen de Brillit. Aquella persona que me trajo a la vida de nuevo y me dejó acompañarla a su lado. Dejo que el monstruo que soy la acompañara. Recuerdo la forma en la que sonreía, sus ojos brillaban. Cuando cantaba, podía notar que lo hacía porque sentía que eso era lo correcto, lo contrario a mi: yo soy la única persona en el mundo la cual no hace lo que siente. O también... la forma en la que me besaba. Cuando tocaba sus cálidos labios todo se olvidaba a mi alrededor, y podías sentir que lo único importante que había era nosotros dos.

   Fue entonces cuando me prometí que la recuperaría. Cueste lo que cueste, le explicaría todo y está en todo su derecho odiarme y no perdonarme, pero al menos espero que sepa la verdad. Que ella fue y siempre será la única persona más importante que tengo en mi mierda de vida.

   A lo lejos escuché sonidos, y por instinto me escabullí detrás del árbol. Pero cada ves que los sentía más cerca, logré reconocerlos. Motos se acercaban hacia mi encuentro.

  Me coloqué en la carretera, cuando vi al final de la misma, estaban las luces de las motos. Una media sonrisa apareció en mi rostro. No vino solo.

   Pasaron por mi lado como un rayo y luego frenaron fuertemente a unos metros. Al primero que distinguí fue a Louis, quien apenas bajó de su moto se acercó a abrazarme.

-Idiota, no se te ocurra volver a hacer algo así.

-¿Te has puesto sensible ahora, Louisito?- Lo molesté, y solo obtuve como respuesta un golpe en mi brazo.

-Niall, ¿qué fue lo que...?

-Están todos aquí...- Interrumpí a Liam, y los observé.- Pero falta una persona.

Observé a Lis, a quien en seguida le brotaron lágrimas en los ojos. Ella, y todos entendieron, pero evitaron mi mirada. Fue entonces cuando temí lo peor.

-¿En dónde está?- Pregunté sin controlar ni evitar demostrar lo enojado que me encontraba.

  Si Logan se le ocurría hacerle algo... Lo mataría, lo encontraría en donde fuera que se encontrara y lo dejaría sin vida. O si alguno se le ocurriera lastimarla, yo sería el responsable de romperle la cara.

-¡¿EN DÓNDE ESTÁ?!

  Estuve muchos días sin comer bien y dormir, pero me importa una mierda. Ella es importante, no yo, no merece que la lastimen ni estar metida en nada de esto. Y cada ves que pasaban los segundos y ninguno me respondía, la sangre subía a mis mejillas, y mi corazón comenzaba a latir fuertemente, mientras mis manos se transformaban en puños.

-Se fue...

-¿Qué?- Louis prácticamente lo murmuró que no llegué a entender nada.

-Se fue, Niall.- Dijo ahora mirándome.- Está en Australia.

Destination: Secrets (N.H.) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora