Tenía mi mente en todas partes menos en clase, apenas entraba información a mi cerebro, frases sueltas sin ningún sentido ni relación entre si: ''Sudáfrica es la principal economía de África'' y ''La obra apareció publicada de forma anónima en 1554'' fue todo lo que pude captar de la clase de Sociales; en la de Física y Química no me fue mucho mejor, todo lo que pude sacar en claro es que la fórmula del hidrógeno es ''H''.
Volví a mi casa casi sin darme cuenta, mecánicamente. Pasé la tarde haciendo los deberes y viendo películas sin prestar atención. De todas las películas apenas puedo recordar una escena en la que el delincuente usó el taxi robado para escapar. En un momento dado de la tarde, escuché cómo mi hermana, Hulda, se levantó. Era la hora de pasear a Toby, nuestro perro.
No fui consciente de que era de noche hasta que llegó Maricarmen, la mujer de mi padre. Maricarmen se quitó los tacones y se puso a hacer la cena, mientras me reprochaba a gritos todos sus problemas, que nada tenían que ver conmigo, así que decidí salir a pasear para despejarme.
Caminé sin rumbo hasta llegar a un banco solitario que hay en un parque cerca de mi casa. Me tendí en el banco y cerré los ojos para no ver las estrellas y me quedé dormido.
Al despertarme abrí los ojos como platos, había soñado con la respuesta del primer puzzle en la cueva del videojuego ''Oasis''. En mi sueño me acerqué a la cueva de detrás de la escuela en el planeta Ludos con la llave de cobre en la mano y miré hacia una piedra sospechosa. Debajo apareció el cursor parpadeante, que adoptaba todos los colores del espectro. Había encontrado la primera puerta, la puerta de cobre.