Estaba finalizando mi primer curso en la universidad de filosofía y letras, estaba estudiando filología clásicas, osea Latín y Griego, todos sabemos que no son unas asignaturas que tenga una salida para encontrar trabajo, o te licencias y haces oposiciones para ser maestra o haces investigaciones sobre los antiguos griegos y latinos.
Me llamaba Blanca, bueno me llamo Blanca, soy una chica un poco rara la verdad aunque no se si rara puede ser la palabra soy extraña, o eso dicen todos al verme estudiar filología no se que es lo que haré dentro de cuatro años pero si tengo pensado lo que voy ha hacer este verano.
Me hallaba en la copistería del centro de mi ciudad, no estaba lejos de mi casa, tenia que imprimir algunos apuntes para los exámenes finales y entrega de trabajos, que aproveché para imprimir algunos curriculums. Normalmente todos los veranos desde que tenía 16 años me ponía a trabajar no me hacia falta el trabajo, porque mis padres me podían ayudar y me daban becas, pero este año la beca que recibí no me fue suficiente para pagar la matricula ni los libros y apuntes necesarios. Mis padres me ayudaban pero se que ya no podía pagar mas cosas porque ellos también tenían cosas que pagar.
Yo tengo un hermano menor de 17 años, el es el mejor hermano que una puede tener, tengo una familia que me adora, y un novo que me ama pero eso no lo tengo muy claro. Hay veces que me lo demuestra pero tengo dudas, llevo con el desde que tenia 17 años osea 2 años, antes de estar con el estuve con otros hombres pero nunca había durado tanto, Alberto fue el primer hombre con el que tuve relaciones, los dos hermanos novatos en ese tema, ya que los dos eramos vírgenes.
Me acuerdo a la perfección como fue, el tenia un año mas que yo así que ya era mayor de edad, y sus padres pues tuvieron que irse de viajes de negocios durante una semana, cuando lo hice con el solo llevábamos seis meses juntos pero los dos sabíamos que nos amábamos, andábamos todo el día juntos , en el insti, a la hora de comer, después íbamos juntos todos los días a la sala de estudios, y cenábamos cada día en una casa diferente pero siempre juntos. Lo conocía como conozco a mi palma de mi mano, entonces el se quedo solo en su casa durante una semana, los padres se fueron en un finde así que no teníamos que ir a la escuela, por lo tanto me invente una excusa a mis padres para que me dejaran quedarme a dormir en casa de Alberto, les dije que teníamos un cumpleaños y que me recogería tarde así que les volví a decir que no me esperaran para cuando volviera.
Obviamente era mentira que no tenia ninguna fiesta de cumpleaños lo que quería era estar con Alberto, y despertar juntos un día. Me fui a su casa a eso de la hora de comer el sábado y almorzamos juntos, claro esta como siempre me toco a mi hace el almuerzo, yo sabia cocinar algunas cosas, era una de mis facetas, la cocina, me apasionaba cocinar y a el le encantaba mis platos, así que yo cocinaba y el fregaba. Preparé Espaguetis con tomate, un plato de sus preferidos. Después de haber almorzado entre risas, chistes, mimos, y de fregar la loza fuimos a dormir la siesta.
Dormimos hasta las siete de la tarde luego nos duchamos por separados y nos fuimos a cenar, el me invito y creo que fue la cena mas bonita que habíamos tenido. El me llevo a un restaurante, mi preferido, y pedimos una carrillada para los dos, nunca en la vida había comido tanto como esa noche, el lo tenia todo planeado había hablado con el dueño del restaurante, había reservado mesa y lo mejor de todo había decorado el salón solo para nosotros. El me tapo los ojos antes de entrar y cuando me quito la venda me vi un pasillo de pétalos de rosas en el suelo señalando el camino hacia nuestra mesa, en la que estaba posada un ramo de flores con 12 rosas una por cada mes.
Cuando terminamos de comer nos fuimos y el me llevo a una heladería que hay cerca del restaurante y compramos un helado para los dos. El tenia que conducir hasta casa pero antes de eso hicimos una parada en uno de los puntos mágicos de mi ciudad y allí me volvió a decir todo lo que me quería y que fuera la única mujer de su vida, así que lo besé, nos besamos, con amor, con cariño, con pasión, había una mezcla de sensaciones y nuestros cuerpos se aceleraron, así que nos fuimos a su casa.
Claro esta que eramos vírgenes pero en estos seis meses habíamos hecho cosas pero no habíamos llegado a nada por que no teníamos precaución así que siempre no quedábamos con las ganas de mas, pero ese día sabíamos los dos que era el momento.
Llegamos a casa y nada mas que cerrar la puerta nuestros cuerpos se juntaron, estábamos muy pegados, nos acariciábamos, nos besábamos, no hablábamos, solo nos dejábamos llevar. Yo no sabia que el había comprado preservativos. El me cogió en brazos como a las mujeres recién casadas par entrar en su nueva casa, y entramos en la habitación. El me tiro en la cama y se quito la camiseta dejando ver todos sus abdominales marcados por el gimnasio, me hizo una seña para que yo hiciera lo mismo, así que lo imité y me quede con el sujetador y mi minifalda. El se recostó encima mía y empezamos a besarnos con pasión.
Cuando cuerpos no podían mas empezamos a quitarnos ropa, yo e quite el cinturón seguido del pantalón junto con los calzones, cuando vi loo que iba a hacer me dijo:
-Nena, segura de que quieres hacerlo conmigo? mira que puedo seguir esperando, siempre que la espera sea buena y tu estés ahí!
-Alberto, no ves como nuestros cuerpos se desean? quiero que sea contigo, porque ningún otro hombre me ha demostrado su amor como tu en estos seis meses, y si esperamos no creo que aguantemos mucho, me da igual si es hoy como mañana, pero no aguantaremos mucho tiempo mas.
Entonces el me soltó la mano y me volvió a besar, y saco de la mesita de noche una caja de preservativos. yo me quede alucinada porque el o me había dicho nada de que los había comprado, entoces le quite los pantalones el me desabrocho la falda y la bajo junto con mis bragas. Me dio mucha vergüenza vernos así, estábamos los dos completamente desnudos. estaba muy nerviosa porque seria mi primera vez con Alberto y no sabia como iba a ser para ninguno de los dos.
- Quieres ponérmelo tu o lo hago yo.
-Nunca he visto como se pone los preservativos Alberto, pero si tu me dices como se hace asi aprendo. Y si lo hacemos los dos juntos?
Noté que con mis palabras le excité más, vi su deseo de hacer el amor conmigo en sus ojos y me cogío la mano y me dijo que tenia que pellizcar la punta el preservativo y después extender para atrás, lo hicimos juntos. Me volví a tumbar en la cama y el se volvió a echar encima mía buscando con la mano mi sitio, y pues me metió unos dedos para que me excitara más, mientras el me besaba con suavidad y cuando ya estaba bien excitada me aviso de que la metería que le avisara si me dolía o si tenía cualquier cosa, ahora estábamos a tiempo de parar.
El metió su miembro poco a poco, a mi me gustaba, porque lo hacia con tacto y suavidad, hasta que sentí que algo se rompió por dentro, se me rompió, ya no era virgen ni el tampoco así que el empezó a moverse encima de mi mas rápido, me gusto como gemía y a el le gustaba como ge decia que siguiera al oído. El me besaba con suavidad y yo a el, y nos dejamos llevar por la atracción de nuestros cuerpos.
Los dos llegamos al clímax al mismo tiempo, los dos gritamos nuestros nombres el Blanca y yo Alberto y nos dejamos llevar, el me volvió a besar, pero esta vez en la frente. cuando nos recompusimos de nuestro asalto en la cama, el se levantó y me di cuenta de que le había arañado la espalda y tenia algunas en carne viva y con puntitos de sangre, así que se lo dije y le pedí que me diera el botiquín para curarlas aunque el se negó. Me puse a buscar mercromina y cuando volví vi las sabanas manchadas de sangres.
El me abrazo y me dijo que me amaba demasiado y que no me preocupara por las heridas, aun así se las limpié y cambiamos las sabanas. Esa noche fue como mejor dormimos, él se puso a mis espalda y empezó a darme besitos en en cuello y hacerme cosquillas como solo el sabe hacerlas para que me quede dormida. Así fue me quede dormida al rato.
Así fue como los dos perdimos la virginidad. Lo que no se es que hacia pensando en eso si estaba en la copistería y era mi turno. Imprimí los trabajos y puntes, junto con ellos imprimí 10 curriculums para repartirlos por bares de mi ciudad.
Cuando tuve todos los trabajos impreso volví a casa y allí me esperaba Alberto que me acompañaría a repartir los curriculums
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Sexo en la cocina
RomanceClaudia chica de 19 años que ha cursado su primer año de universidad necesita encontrar un trabajo para poder pagarse su próximo curso de la universidad. La aceptan en un bar, donde hará nuevas amistades y tendrá unas aventuras muy rara en ese ver...