Prólogo

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"Vivir entre enemigos. Es lo único que necesitas, es el último movimiento, la última llamada a la Ira. Que no te lloren, que te mueran entre risas... El único morir que te deja Pendiente de una venganza explícita, personal y... ¿Por qué no? Con saña impartida."

-Luz.

"No puedes parar, tampoco es que lo desees. El basto deseo de que la molestas moscas desaparezcan, llenar ese vacío putrefacto con unos instantes de instinto... solo... llenar. Y luego redimirse. Un círculo vicioso."

-Raphael.

"¿Corromperme? Mi vocabulario no lo incluye. Hacer lo que sea necesario, alzarse sobre todas las cosas tendiéndose una escalera dorada. Ambición. Llegar a poder alcanzarlo todo, tengo los medios... o los tendré de cualquier forma."

-Rubén.

"No es difícil ser listo. Es difícil ser inteligente, pero una vez encuentras la forma de serlo, o simplemente lo eres sin más, no importa el resto. Puedes mostrar pena y enseñar a los demás a Ver... o simplemente disfrutar del Conocimiento regocijándote en él y en el desconocimiento ajeno. Tú y tu baño de ti mismo."

-Martha.

"Es diversión, simple diversión. ¿Qué importa lo que piensen los demás? Es por y para ti. Es placer, sin culpa, una y otra vez. Cambiar cada vez que te aburras. Solo, acompañado, MUY acompañado... Hay tantas posibilidades... y tanto donde jugar..."

-Desirée

"Bueno sí. El hecho es que me da igual. Hago lo que quiero. Cuando quiero. Y si lo que quiero es no hacer nada, no lo hago. Y si lo que quiero es quedarme perdida, pues me quedo perdida en mis pensamientos. No hay nada mejor que conocerse a uno mismo, conocerse interiormente... Lo conoceréis como siesta."

-Helena

"No hay amigos. No hay conocidos. No hay empatía. Todos buscan adelantar, y si no pueden, les valdrá con dejarte atrás. En esta carrera de liebres y tortugas no hay lugar para los miserables, no hay lugar para los insectos, no hay lugar para los que miran arriba añorando ser la sombra que da la muerte y no el muerto."

-Alejandro

--o--

Miras el reloj. Es casi la hora. Revisas todo tu papeleo de nuevo, recordando todo el largo proceso burocrático y de esfuerzo que te había llevado hasta allí; llamadas, notas, trabajos... tanta investigación, tantas trabas. Respiras hondo y miras la habitación. Todo listo, un ambiente neutro. Dos sofás, una mesita de café, una banqueta, un diván, una silla de madera, y varias sillas con asiento de goma-espuma frente al escritorio, tras el que debes sentarte. Todo diáfano, mucha luz natural. Vuelves a mirar el reloj. Deberían haber llegado todos. Miras hacia la única puerta que hay y te limpias las gafas por enésima vez, pero solo consigues ensuciarlas más por el sudor de tus manos. Hora de empezar. Abres la puerta que da a la sala de espera de la consulta y 7 pares de ojos se posan sobre ti.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2016 ⏰

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