Conociendo a Nico di Angelo

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(soy ravie yeah, subiendo weas aquí hasta que me dejen entrar a ao3 lmao)

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[ Notas al final]

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"Conociendo a Nico Di Angelo"

[Experiencias vividas por un hijo de Apolo]

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Luego de bastante tiempo conociendo al joven hijo de Hades, Will Solace llegó a varias conclusiones respecto al comportamiento y la forma en la que reaccionaba respecto a las cosas que lo rodeaban.

Principalmente, Will aprendió qué cosas no debía hacer con tal de evitar un Apocalipsis de esqueletos en el Campamento Mestizo.

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(1) No le digas que se ve adorable.

Will era un fanático de las cosas que tenían buena apariencia; desde la ropa ―aunque siempre usara jeans desgastados y sandalias de playa― hasta lo más mundano que te pudieras imaginar, un claro ejemplo, su cabaña.

Por eso, cuando Nico salió en pleno invierno ―una época oscura para los semidioses de la cabina de Apolo― con un suéter tejido por alguien en extremo ocioso, prácticamente se le escapó de los labios un atropellado:

―Te ves adorable.

Sus mejillas enrojecieron al darse cuenta de lo que había dicho. Nico se sonrojó también e hizo amago de querer quitarse la prenda.

Y seguro lo hubiese hecho, de no ser porque Rachel Dare ―quien había vuelto del Campamento Júpiter unas semanas atrás― le dirigió una mirada tan fría que hasta Leo sonreiría nervioso y no haría nada.

―Sólo para que conste, Solace ―Nico se acercó a él con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Soltando una risita, se dio cuenta de que tenía que apoyarse en las puntas de los pies para verlo cara a cara―, no soy adorable. Los hijos de Hades no somos adorables.

―Está bien, Di Angelo.

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(2) No te le quedes mirando fijamente:

Nico acostumbraba a lastimarse durante los juegos de Captura la Bandera. Era difícil jugar sin poder invocar un ejército de esqueletos, así que dependía únicamente de su manejo de la espada y aunque era bastante bueno en ello, ni siquiera él podía contra las trampas de los Stoll.

Es por eso que se le veía a menudo en la enfermería del campamento, esperando para ser atendido por alguno de los campistas que corrían de un lugar a otro buscando vendas o ambrosía para los heridos.

Curiosamente, los turnos de Will solían coincidir con los accidentes del italiano y era quien lo revisaba. En más de una ocasión, el hijo de Hades se llevó uno que otro regaño por haber desacatado las indicaciones del Solace.

Y el día en que uno de los mestizos de la cabaña de Hefesto lanzó una bala con el cañón nuevo que habían hecho ―con Leo como trabajador principal, por supuesto― justo al hombro de Nico, fue cuando el rubio vio al chico sin camiseta.

Una situación bastante extraña para todos; Will normalmente actuaba con rapidez, sin embargo, aquel día, sus ojos se quedaron fijos en el torso lleno de cicatrices, admirando la piel que recobraba el color poco a poco gracias a sus cuidados.

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