El comienzo

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-¡¿En flamenco?!- exclamó mi hermano saliendo de la cocina con dos vasos de jugo de naranja y una gran sonrisa.

- Sí ¿sino en que la convertiría?-dije yo sorprendida aunque sabía que simplemente se estaba burlando de mi.

- ¿ En sapo tal vez?- ya largando una carcajada

-Qué poco original- dije tomando mi vaso- lo único que falta es que ella sea una princesa- mis ojos se clavaron en mi jugo, a pesar de que todo sonara muy divertido, esa había sido la gota que colmó el caldero llevándome a mi expulsión.

-¿Ya sabes a qué escuela vas a ir?-preguntó sonando preocupado.Mire a los ojos miel de Max largando un largo suspiro.

-Ni la más pálida idea- contesté con una sonrisa triste.

- Bueno no te quiero decir nada pero tengo mucho niveles que terminar y estas ocupando todo el sillón-

-Puedes esperar tu turno, estaba pensando tomar una siesta- un bostezo detrás de esa frase fue la causa de mi caída al piso tras el empujón de mi hermano.

-¡Siempre tan amable!- dije rápidamente sentándome encima de él y comenzando una guerra interminable.

En realidad fue terminable porque apenas entró nuestra madre al living nos sentamos como si nada hubiera pasado.

-¿Volvieron?-preguntó mi hermano ya sabiendo la respuesta.

-Pongan la mesa- ordenó mi madre sacando los platos-trajimos comida-

-Es de delicia encantada- exclamó mi padre incorporándose a la conversación.

En menos de un chasquido la mesa estuvo puesta, en serio amaba ese embrujo. Nos sentamos y comimos en silencio.

Max fue el primero en romperlo.

-¿Dónde están Lili y Cody?-sabía que estaba diciendo eso porque él odiaba el silencio.

-Lili en lo de una compañera y Cody salió con sus amigos-dijo cortante mi madre-Pero les queremos hablar de otra cosa- aclaro cambiando el tono de voz.

-Bueno- comenzó a decir mi padre comprendiendo la indirecta- como saben hoy fuimos a ver colegios a los que podrías ir -no hacía falta que me mire para saber qué se refería a mi.

A diferencia de mi hermano solía ser un poco desastrosa en lo que es conocido como conducta, sin embargo lo había heredado de él así que no podía decirme nada.

-Entonces decidimos que vayas decidimos que vayas a al mismo instituto que Max- continuó mi mamá.

Ok... eso sí que no me lo esperaba, siendo mellizos mis padres se habían dedicado a lograr que cada uno tuviera su espacio empezando por la escuela. Pero la verdad es que Max y yo eramos mejores amigos desde siempre a pesar de ir a institutos separados hablábamos todo el tiempo.

-¿En serio?- se quejó mi hermano fingiendo fastidio-¿ La voy a tener que aguantar también en la escuela?-ese comentario se ganó una patada mía y una mirada de desaprobación de mi madre aunque todos sabíamos que estaba jugando.

Después de eso la cena transcurrió tranquila continuamos hablando del colegio, de los uniformes, de profesores y de todo lo relacionado con el comienzo de año.

Supongo que no estaría mal ir al mismo instituto que Max, pero lo que si odio es empezar el año escolar.

Pasaron dos semanas y el dichoso día llegó. Estaba guardando las últimas cosas en mi valija. Cuando una figura masculina entro a mi habitación.

-Si vienes a decirme que mejore mi comportamiento , ahórrate la molestia-empece a decir al ver a Cody apoyado en el marco de la puerta.

Cody tenía unos 5 años mas que Max y yo, solía ser muy sobre protector y tenia la capacidad de de hacerme enojar muy fácilmente. Sacando sus muchos defectos era el mejor hermano del mundo cuando yo era chica me daba helado a escondidas de mi madre siempre nos habíamos llevado bien pero a diferencia de Max la relación que tenía con Cody era definitivamente de hermanos.

Una Vida Normal?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora