Linsey tenia un poder, podia leer las mentes, cosa que siempre aprovechaba para burlarse y tratar mal a sus compañeros, por lo mismo, nadie se acercaba a ella, ya que les daba miedo y a la vez ira.
En uno de esos dias cualquiera, donde todo parece ser igual de monótono que siempre, el profesor de Linsey da un anuncio.
-Jóvenes y señoritas, hoy ha llegado una nueva alumna, ella viene de otro pais, sean amables con ella, y eso te lo digo en especial a ti Linsey -Dijo el profesor regalándole a Linsey una de sus miradas de desaparición.
La chica ingresó, era de estatura media, su pelo largo y se veia seria
-Hola, soy Sarah -dijo la chica para luego tomar asiento.
Todos observaron expectantes a la chica, parecía indiferente ante todo y todos.
Linsey, como era de esperar, entró en su mente. Lo que ella vio la dejó helada.
Din-Ding, feliz canto, Din-Dong, mi hermosa canción Din-Dong, una traviesa niña quiso saber más de lo que debia, Din-Dong, no sabia en lo que se metía, Din-Dong, ella se dará cuenta y Din-Dong tu estaras muerta.
Esa canción era lo único que logró descifrar de la mente de Sarah, por más miedo que le daba decidió llegar más lejos, queria saber que era eso que cantaba en lo profundo de la mente de su nueva compañera.
-Hola pequeña, no deberías estar aquí, ésta fue tu peor decisión -Dijo una voz a lo lejos de un pasillo recto y largo.
Linsey intentó salir de la mente de Sarah pero no podia.
-Din-Dong, bienvenida a mi paraíso rojo, soy Din-Dong -Saludó un bello payaso de hermosos colores.
-¿Qué hago aquí?, ¿Por qué no puedo salir? -Preguntó la niña con un evidente tono de horror en su voz.
-Porque Din-Dong se siente solo, son muy pocas las personas que pueden venir al paraiso rojo de Din-Dong -Dijo el payaso- Para poder irte tendras que regalarle algo a Din-Dong para que su palacio rojo éste más adornado.
-No tengo nada.
-Eso no le gusta a Din-Dong -dijo el pasado transformandoce poco a poco en un ser deforme, de colores opacos y cubierto de sangre.
El payaso corrió hasta Linsey que estaba paralizada del miedo y le cortó la cabeza.
-¿Linsey? -preguntó Sarah
Linsey calló de su pupitre aterrorizada. Se puso de pie al notar las risas de sus compañeros y ver a Sarah tendiendole la mano
-Solo era la imaginación de Sarah -susurró Linsey
Pasaron las clases, iba todo normal hasta la hora de la salida.
-Linsey, cuida tu cabeza esta noche, a Din-Dong no le gustó para nada que no te quedaras en su paraiso rojo -Dijo Sarah saliendo del establecimiento.
Linsey estaba aterrorizada, ¿era verdad todo lo que le estaba pasando?, o ¿solo una cruel broma en venganza?.
Cuando la chica llego a su casa estaba sola, lo cual era raro ya que su madre y hermano mayor siempre estaban.
Caminó un poco y encontró una nota."Hoy no estaremos en casa cariño, fuimos a ayudar a tu tia Julia que se cayó y creemos que se fracturó la cadera, y ya sabes que para conseguir atención rápida en un hospital es casi imposible... En fin, nos quedaremos a dormir aquí, así que estarás sola, cuidate.
Mamá.-Perfecto, justo lo que necesitaba -se quejó Linsey.
Subió a su habitación rapidamente, cerró las ventanas y las puertas para sentirse segura.
-"será mejor que me cambie de ropa" -pensó
Al abrir su gran amarmario salió Sarah.
-Perdón, pero si no es a ti, Din-Dong me asesinara a mi -Dijo Sarah con lágrimas en los ojos.
Acto seguido, salió Din-Dong de la sombra de una esquina.
-Al fin tendré la cabeza de una niña -Rió Din-Dong
El final es predecible, ¿Debería contarse?, bueno... En resumen, nuestra amada Linsey desapareció de la faz de la tierra. Din-Dong quiere que sus preciados adornos estén en buen estado.
Yo soy Sarah y éste es el resumen de como comencé en este mundo del asesinato junto con mi único y mejor amigo,Din-Dong.
Ten cuidado de "La Chica Nueva", nunca confíes en nadie, ni en ti mismo.
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Cuentos Sadicos Cortos [Cancelado]
Short StoryBueno, me gustan las historias que tienen sangre, se me ocurren muchas muy frecuentemente, y ¿Por qué dejar que se pierdan en mi imaginación?, creo que es una buena idea exponer mis cuentos cortos a otros que tal vez quieran nutrirse de un poco de...