El Guardián

Capítulo 9: SteamTech

-Pásame el ketchup chaval- dijo César Castillo, mientras se preparaba la hamburguesa- ¡Y el pepinillo!

Me levanté de la mesa y le acerque el pepinillo y el ketchup, con una sonrisa en la cara. Mi padre había venido pronto a casa, y eso me hacía muy feliz. Hacía tiempo que casi nunca comíamos mi padre y yo a la vez, el trabajo de papá, sobretodo desde que le hicieron Capitán, le quitaba mucho tiempo de estar en casa, y como mamá murió cuando yo era pequeño, casi siempre tenia que prepararme la comida solo. Pero hoy era diferente.

César Castillo era un hombre chapado a la antigua, un auténtico militar. Siempre fue serio, de mirada dura, seguro de si mismo y inspiraba respeto allá donde fuese. Su aspecto físico sin duda acompañaba, casi dos metros de altura, fuerte, con gran espalda y un pelo que, aunque ya estaba empezando a tener canas, aun conservaba ese rubio oscuro tan típico de la familia Castillo. Sin embargo, mi padre tenía otra cara, un lado blando y muy secreto que solo mostraba a algunas personas, como yo. Era entonces cuando dejaba de ser César Castillo, el duro Capitán de la Guardia Civil, para convertirse en Papá. Sin embargo, la persona que mas conseguía sacarle ese lado tierno, había sido mi madre, hasta que faltó. Estabamos comiendo mientras mi padre me contaba una de sus historias de la mili, cuando sonó el movil. Malas noticias.

-¿Que dices Pablo? ¡No me jodas!- debía de ser algo importante para que mi padre perdiera los nervios de esa forma- ¡Llama cagando hostias al Sargento Vila y moviliza a todo el cuartel, y que Gómez dé parte al Comandante! ¡Llego al cuartel en cinco minutos!

-¡Jaime, tendrás que comer solo hoy, algo muy gordo esta pasando en el edificio SteamTech, hablamos luego!- Y con un portazo mi padre, ahora de nuevo el Capitán César Castillo, salió como una exhalación de la casa.

Por unos segundos me quedé plantado en el mismo sitio, en silencio, hasta que una vocecilla sonó en mi cabeza.

"¡Vamos Jaime, este es nuestro trabajo!"

Con una sonrisa fui corriendo a la mochila donde guardaba el traje y el casco, y en unos minutos el Guardián estaba saltando entre las azoteas a toda prisa, de camino al edificio Steamtech.

SteamTech era una compañía muy famosa de España, conocida por todo el mundo. Hasta hace unos años, se dedicaban a fabricar tecnología puntera para uso principalmente militar. Sin embargo, pronto se descubrió que SteamTech se dedicaba, en secreto, a impulsar la guerra en el mundo y a realizar terribles experimentos con seres humanos para probar tecnología. Tras una larga serie de juicios, una cuantiosa multa y el despido de unos cuantos miembros importantes de la empresa, milagrosamente SteamTech no fue disuelta. Bajo la promesa de no volver a dedicarse a esa clase de negocios, ahora eran los principales fabricantes y distribuidores de ordenadores, videoconsolas y moviles.

Para cuando lleguéa la azotea de enfrente la Guardia Civil ya había rodeado el edificio, pero aun no habían entrado. Tenían montado un auténtico ejército ahi fuera, rodeando por completo el lujoso edificio Steamtech. Varios agentes de élite, con chalecos antibalas y rifles de asalto, se movían entre los coches hacia la entrada, solo para ser repelidos enseguida con ráfagas automáticas de balas desde el interior de SteamTech. Fueran quienes fueran los que estaban ahi dentro, iban bien armados y totalmente en serio.

Me detuve por un segundo y afiné el oido. De todos los sentidos, el oído era el que mas había mejorado con mi transformación, ahora podía oir a muchísima distancia, y si me concentraba podía oirlos como si los tuviera delante. La situación parecía complicada. Oí a un guardia decirselo a su superior, que no se atrevían a entrar, que podía haber riesgo para la población civil si estallaba un tiroteo. Supe que ese era mi momento, de un salto alcancé la pared de SteamTech y me colé por una ventana sin vigilar.