Corro cargando a Give Up en mi pecho cubriéndolo con mi chamarra sabiendo que en unos meses no lo podré cargar más así pero eso ahora no me importa.
El veterinario se encuentra a solo tres cuadras de donde estoy, aunque muera de frío por la lluvia que cae encima de mí, estoy preocupada por el cachorro que tengo en mis manos intentando darle el poco calor que le puedo transmitir de mi cuerpo.
-Resiste Give- le digo al tembloroso cachorro mientras sigo corriendo.
Presionada por la hora. No sé si aún esté abierta la clínica. Abrazo más fuerte a la pequeña criatura y aprieto el paso desesperadamente.Por fin llego a la calle principal del pueblo y respiro más aliviada al ver la luz de el lugar de mi destino. Bajo un poco la velocidad pero palidezco al ver que el veterinario sale de el local para correr a su automóvil que se encuentra justo al frente. Desesperada le grito al señor Tom para que me mire. Lo hace y me reconoce de inmediato. Me mira preocupado y ve el bulto que se forma en mi Chamarra. Así que regresa a la puerta de el local y abre sin usar llave. Entro corriendo a la clínica y suelto el aire.
- Señor. Tiene que ayudarme - entre jadeos y tos. Abro mi chaqueta para así sacar a Give Up de mí y mostrándoselo al veterinario. El lo inspecciona y antes de que me pregunte le respondo asustada- ha bebido anticongelante.
-Oh eso es malo- dice tomando al cachorro y entrando al consultorio- lo haré vomitar. Quédate aquí en lo que preparó la sustancia. - me ordena.
Me quedo junto al ya débil cachorro sollozando. Es tan solo un bebé. Volteo hacia el cuarto de a lado. La puerta tiene un vidrio, puedo ver claramente al doctor preparando algo en un frasco y al mismo tiempo hablar por teléfono. Sale con el frasco mientras termina la llamada.
-...Entiendo. Pero te necesito aquí ahora, te pagaré dos días extra... Bien te veo en 5- es cuando cuelga y me mira- mi asistente llegará en cinco minutos. Haremos lo posible.
Asiento con la cabeza mientras sigo acariciando a Give.
Escucho un rugido de motor. Seguido por un portazo y es entonces cuando entra un chico al consultorio. En este momento ni me importa quién sea. Estoy muy preocupada para fijarme en eso.
-Alex. Necesito que me ayudes-dice el veterinario- Greta, espéranos en la sala de espera.
Asiento y salgo dejándolos en su trabajo aún temblando de nervios y de frío mientras la lluvia cae con estruendo sobre el pavimento.
(...)
Camino de un lado a otro tronándome los dedos sin parar. Hace ya mucho rato que no escucho las arcadas de el cachorro al intentar volver su pequeño estómago.
Por fin se abre la puerta y sale el veterinario. Me mira y se acerca a mí con cara de cansancio. Yo espero lo peor.
-El cachorro está bien- me dice y yo me alivio-, se quedará aquí en observación con mi ayudante. Puede quedarse si gusta pero no es un buen lugar para pasar la noche.- dice mirando el sillón de espera.
Yo estoy decidida. No lo puedo dejar.
-Me quedo- le digo.
-Iré por mantas a mi casa y se las voy a traer. - dice antes de salir.
Entro al consultorio. Give está en la mesa laminada que se encuentra en medio. Un chico alto, tez ligeramente Moreno, y castaño está a un lado sentado en la silla blanca. Cuando me ve se levanta inmediatamente.
- Es un cachorro con suerte. - dice mirándome. Yo solo lo miro unos momentos y le sonrió. Me acerco a Give. -¿cuál es su nombre?- pregunta refiriéndose al cachorro.
-Give Up- le contesta a lo que él ríe un poco.
-Que nombre para su aventura de hoy-se acerca al cachorro y lo acaricia - no te rindas Guve Up. - me mira- creo que es algo irónico.
Río a su verdad, es irónico que su nombre signifique "rendirse" y pidiendo con todas mis fuerzas que no lo haga.
-Me lo dieron hace unos días- le digo- mi hermano tuvo los cachorros de su perro y me regaló este. Hoy lo deje en el patio y mordió la manguera del anticongelante de la camioneta de papa. Me asuste bastante. Vine corriendo.
El chico que se había movido al otro lado de la mesa me miraba con atención.
-Debes tener cuidado. De cachorros son muy destructivos. Muerden todo.- se queda callado unos momentos-¿por qué Give Up?
Sonrío ante la pregunta. Y me encojo de hombros.
-Es algo cómico. - le respondo. El ríe ante mi ocurrencia.
-Sí que lo es. Pero es original. Es un cachorro hermoso. No es muy común el husky café en lugar de negro.
Ambos nos quedamos en silencio mirándolo respirar pacíficamente. Ajeno a sus travesuras que me llevaron un gran susto.
El señor Tom llego y me dio unas cobijas. También trajo algo de chocolate caliente y un par de bolsas de dormir.
Se lo agradecí profundamente. Y después de retiro dejando a Alex a cargo.
Acomode la bolsa de dormir en el sillón y Alex también se acomodó en el otro sillón. Arropados en las cobijas nos quedamos dormidos y a la vez al pendiente del rebelde cachorro.
...................