Capítulo treinta y cinco

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¡PERDÓN por desaparecer tanto tiempo!

No podía sentir otra cosa que no sea terror, ya no sentía miedo, solo terror. Por mi vida, por la de Ian, por la de todo el mundo a cual queríamos.
Le dije varias veces a Ian si nos podíamos ir de este lugar, tenía un gran nudo en la garganta y mis ojos parecían cataratas. Damon seguía diciendo cosas que no entendía e Ian seguía cubriéndome con su cuerpo y sin responder a ninguna de las agresiones.
En ese momento recordé quién era Damon: era el primo de Ian que había jurado venganza contra él después de haber perdido a Katherine ya que ella le había confesado que estaba enamorada de Ian. Ahora podía entender el odio que se veía en los ojos de Damon y la postura que optó Ian.

De pronto, toda la familia de  Ian estuvo detrás de mí. Alice, la más pequeña (físicamente) de los Hale, me tomó de los hombros y trató de alejarme de Ian. Pero este me sostenía de los brazos con fuerza, sus manos parecían mármol alrededor de mis muñecas.
- Ian, debes dejar que se vaya de aquí. Estará conmigo, te lo prometo – dijo Alice lentamente y con su voz tan baja que apenas pude distinguir lo que decía. Finalmente, Ian accedió a soltarme. Alice me puso tras su espalda y caminó lentamente hasta donde se encontraba el doctor Carlisle Hale, su padre. Este le dijo algo que no pude entender por la rapidez con la que hablaba –. Debemos irnos de aquí – una calma extraña invadió mi ser –. Te llevaré hasta nuestro hogar, allí nada te va a pasar.
- No, me quedaré aquí. No quiero que lastimen a Ian – al diablo con la calma.
- No puedo luchar contra ella, tiene una fuerza de voluntad increíble. Debes dejar que se quede – dijo Jasper en el oído de Alice. No habló lo suficientemente bajo como para que yo no lo escuchara.

- Damon, ¿qué te trae por aquí? – dijo Carlisle después de haberle dicho algo a Alice y Jasper. Se acercó a donde estaba Ian, parecía una estatua perfecta.
- Tío Carlisle – sonrió –, pregúntale a Alice o a Ian, ellos te sabrán contestar perfectamente. ¿No que sí, primitos? – se produjo un silencio en que los tres se miraron con odio – ¿En qué estaba? ¡Ah, sí! Piénsalo bien, sabes que cometiste un gran error al dar a conocer el secreto de la familia a una humana. Eso se paga con la muerte. Tuya y de la bella Emily –¡¿QUÉ?! Mi rostro palideció y mi corazón empezó a latir más fuerte que nunca –. No te asustes, Emmy. Él tiene otra opción – dijo para luego desaparecer entre los árboles. Me alejé de Ian mirándolo sin entender nada. Lo único que entendía era que estaba aterrada el triple de lo que estaba antes.
- Emily, te puedo explicar – dijo Ian después de salir de su posición de estatua.
- ¡Mejor explícame en qué lío me has metido! ¡No logro entender nada! – las lágrimas brotaban de mis ojos con más fuerza que antes – ¿Qué es todo eso del secreto que no podías dar a conocer? ¿Por qué me quieren matar a mí? ¡Ian por Dios! ¡Ese loco entró a mi casa sin llaves, sin nada! Me matará en cualquier momen…
- ¡Ya cállate! – me gritó Rosalie interrumpiéndome –. Cuéntale la verdad, ya no hay nada que perder – dijo desapareciendo de la misma manera que Damon. Fue tan rápido que ni siquiera pude ver hacia donde se dirigía.
- ¿Qué verdad? – el silencio inundaba todo el maldito bosque – ¡¿Qué verdad, Ian?!
- La verdad de lo que soy, Em.
- ¿Quién eres?
- Un vampiro – sentí como mi corazón se paraba por un segundo pero mi sangre seguía su recorrido “normal”.
- Te, te, tengo que irme – tartamudeé. Mi respiración se aceleró.
- Juro que puedo explicarte todo si me das un momento – dijo siguiéndome. Toda su familia nos miraba sin decir nada, eran como estatuas. Ahora podía entender todo.
- ¡¿Qué más me tienes que explicar?! ¡Eres un vampiro! ¡Tomas sangre! ¡Vives de eso!
- No es así como dices. Puedo contarte todo lo que quieras saber con detalles. Pero por favor no te alejes de mí, no lo soportaría.
- Quiero irme a mi casa – dije sin poder mirarlo a los ojos –. Pero sola. No quiero que me acompañes.

Al llegar a la salida del bosque que daba hacia mi casa, sentí como alguien o algo pasaba rapidísimo detrás de mí. Sentí terror por mi vida, no quería voltear a ver si alguien estaba detrás de mí, pero la curiosidad pudo más. No había nadie.
- Quizás no dejes que Ian te cuente como somos – dijo alguien detrás de mí. Era Alice Hale –, pero para entender a lo que te enfrentarás tengo que explicarte todo.
- No quiero que nadie me explique nada, Alice. Solo quiero que me dejen en paz para procesar toda esta información que mi cerebro no entiende.
- Necesito que me escuches, Emily. Es por el bien de todos. Incluyendo el de tu familia.

Finalmente, accedí a que Alice me contara su historia y el por qué de toda esta locura. Descubrí que si a un vampiro no lo invitas a entrar a una casa en la que un humano es dueño, no puede pasar por la puerta. Se quedan como trabados.
- Eso es algo odioso. Es uno de nuestros defectos. Imagínate si necesitamos salvar a alguien y no estamos invitados a entrar – rió.
- Estás aquí para explicarme lo que son. Aunque no entiendo qué es lo que necesitas explicarme porque ya sé suficiente.
- No sabes nada, Emily. Nosotros no somos como los demás vampiros que quizás conoces por todo lo que investigabas y esas cosas. Nosotros somos una familia demasiado diferente a los demás. Nos alimentamos de sangre animal porque nos parece desagradable tener que asesinar a una persona para alimentarnos. No quiere decir que no lo hemos hecho antes, durante nuestra transición, pero jamás lo volveríamos a hacer – me di media vuelta después de haberme parado de mi silla, no entendía qué me estaba pasando –. Carlisle nos adoptó a cada uno de nosotros después de que nos convirtiéramos en lo que somos. Él ya era un vampiro hacía más de doscientos años, es uno de los originales. Los primeros vampiros en la faz de la tierra. Esme llegó a su vida poco tiempo después, la perseguían unos hombres que querían asesinarla por robar una pieza fundamental de un reloj de un museo muy famoso de Inglaterra. Él la encontró casi muerta a la orilla de un lago e hizo que beba su sangre, ya que él había quedado totalmente enamorado de su belleza. Desde ese momento jamás se separaron.
- ¿Y Emmett? Lo he visto en una pintura – recordé – de la guerra que se produjo aquí.
- Emmett se convirtió en vampiro después de que uno de los originales lo hipnotizara para que trabajara para él. Emmett no tenía otra opción, si quería salvar a su familia de una de las enfermedades que estaba atacando a su pueblo debía luchar contra los humanos aquí, en Rosewood. Pero fue engañado, Klaus jamás salvó a su familia por lo que Emmett enloqueció y trató de matarlo las veces que pudo antes de conocer a Rosalie y los demás. Rosalie es una especie de calma para él, su refugio. Es lo más importante de su existencia – ¿por qué será que ellos a la vida le llaman existencia? –. Rosalie llegó antes que Emmett y al mismo tiempo que Jasper. Rosalie era la esposa de uno de los candidatos a alcalde de un pueblo cercano a Mystic Falls. Un día Rosalie se cansó de ser la cara bonita que estaba al lado del alcalde mientras que en la intimidad jamás la había tratado con amor, jamás la había abrazado. Decidió ir a un bar nocturno (los cuales estaban prohibidos) a pasar el rato en forma de rebeldía contra su esposo. Esa noche se armó un revuelo enorme en ese bar y Rosalie murió debido a un impacto de bala que iba directo a la zona del estómago. No sabemos cómo la han convertido pero ella jura que le dieron de beber sangre vampírica luego de que alguien la sacara de allí aún consiente.
- ¿Y tú y Jasper? – todavía no quería preguntarle sobre Ian. Temía por lo que me diría.
- Jasper se convirtió mientras era soldado y custodiaba la frontera de Washington. Según lo que me ha contado, unas muchachas muy bellas (característica típica de los vampiros) le pidieron que las ayudara con unas cosas en su establo que quedaba muy cerca de donde él estaba. Lo llevaron allí y lo atacaron por la espalda. Luego de haber escuchado un ruido fuera del establo dejaron de beber su sangre y desaparecieron. Él recuerda que una de las cuatro mujeres no había bebido de él, por el contrario, le dio su sangre para que no muriera.

El final se acerca, algo malo está por pasar...

La oveja y el leónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora