Narra Gonzalo:
- ¿En serio la atacaron? - pregunto preocupado.
- Si, en el consultorio. - me explica Pablo.
- ¿Pero no la estaba vigilando el Mono? - Mariano me dijo que era de confianza y que hacía bien su trabajo.
- Si, pero el tipo se hizo pasar por un paciente y esperó a estar a solas con ella para amenazarla.
- ¿Está bien?
- Más o menos, está nerviosa y no es para menos, ahora se quedó en casa con Melina.
- Pero el tipo... ¿le hizo algo? - ruego que diga que no.
- Le pegó y la manoseó... cuando lo agarre lo voy a matar, te lo juro. - me dice Pablo con bronca.
- ¡Hijo de puta! - golpeo el escritorio con el puño aunque Pablo no puede verme, estamos hablando por teléfono.
- Las cosas se están complicando cada vez más. Las víctimas ya declararon pero ninguna vio personalmente al Tuerto, el Tano se encargaba de mostrar la cara básicamente y el Tuerto maneja lo pesado.
- Mariano estuvo averiguando y quedaron de pasarle un par de direcciones de gente que hay que "visitar"... vos me entendés. - le digo dándole a entender que es gente para apretar.
- ¿Vos vas a venir? - me pregunta un tanto divertido.
- Si boludo - le respondo ofendido - ¿Te pensás que nunca apreté gente?
- Si, pienso eso - me responde riendo.
- Bueno, tenés razón - me rindo - nunca apreté a nadie... pero siempre hay una primera vez ¿No?
- Pasame las direcciones apenas las tengas y vamos juntos, me tengo que ir bro - me dice a modo de saludo.
- Nos vemos.
Corto el teléfono y una vez más me siento a leer las declaraciones de las víctimas. Ya que mi estudio atiende la gran mayoría de los casos ninguna se opuso a que las represente. No hay nada diferente al resto de las declaraciones que ya teníamos, les ofrecen trabajo, las alejan de su hogar, las manipulan, las amenazan, las maltratan. Tal como me dijo Pablo ninguna conoce personalmente al Tuerto, si escucharon hablar de él pero nada demasiado relevante. Me froto la cara con las manos, estamos en un blanco terrible, no nos quedan demasiadas opciones.
Mariano golpea y entra sin esperar respuesta. - Gonzalito, tengo las direcciones.
Al fin una buena - ¿Y que tal? - lo interrogo.
- Son dos tipos que trabajaron un tiempo con el Tuerto, parece que lo conocen personalmente y pueden saber donde ubicarlo. - Me entrega un papel con las direcciones.
- Gracias.
- No es nada, cuidensé lo único.
- Si, quedate tranquilo. Gracias de nuevo - le digo.
Mariano se va de mi despacho y tomo las llaves del auto para salir. Le escribo un mensaje a Pablo para que esté listo.
Bro, tengo las direcciones. En quince te paso a buscar.
Narra Pablo:
Gonzalo toca bocina y me apresuro a subir al auto. Espero que saquemos algo productivo del asunto porque sino estamos parados en la nada misma.
- ¿Muchos tipos? - le pregunto.
- No, son dos nada más. Pero parece que conocen al Tuerto personalmente y pueden saber donde encontrarlo. - me responde extendiéndome un papel con las direcciones.
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Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.
Romance"A veces me pregunto si alguna vez le rompí el corazón a alguien, si alguna vez fui capaz de estrujarlo con cada una de mis palabras hasta reducirlo a un montón de vidrios rotos. A veces me pregunto si alguien arrojó cosas maldiciendo mi nombre, si...