25. (Malas) Ideas

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NOTA: perdonen la  tardanza 

Al día siguiente, que era Navidad, Audrey se levantó tarde, se sintió desubicada por un momento, con un presentimiento, o algo similar, eso le produjo una urgencia, la de bajar las escaleras de inmediato.

Al hacerlo y llegar a la sala de estar, la escena la impactó de inmediato, Alec y Severus platicaban, y lo más extraño resultaba que parecía que civilizadamente.

Ambos hombres voltearon a verla de inmediato.

-Severus ¿a qué hora...? –quiso preguntar.

-Hace un par de horas, creí que ya estarías despierta –dijo él con semblante serio pero amable.

Ella dio un par de pasos hacía Severus aun poco sorprendida -¿y qué... y cómo...? –no concretaba sus ideas, mucho menos recién salida de la cama –es decir ¿de qué platicaban?.

-Pociones –contestó Alec, esa simple palabra se estaba convirtiendo en un meollo realmente importante.

Ahora la chica quería saber si Severus había ido con la intención de suavizar las cosas encontrando un tema en común o si Alec había dado en el clavo para platicar con Severus y conocerlo mejor, la segunda posibilidad resultaba más creíble.

Pero al estar Audrey ahí, la conversación se dio por terminada, no debió ser muy importante. Alec se puso de pie, entonces la chica notó que junto a él, estaba su vieja maleta.

-Es hora de irme, hermanita –dijo el joven.

-¿Hoy? –Preguntó ella –hoy casi no hay vuelos...

-¿Recuerdas? Somos magos... –Alec bromeó ante la insistencia de Audrey acerca de los métodos muggles.

Ella arrugó la nariz y a Severus le fue inevitable sonreír ante el gesto de la niña.

-Te voy a extrañar –ella abrazó efusivamente a su hermano y el sonrió al ser casi derribado por su pequeña hermana.

-Y yo a ti –respondió –espero que sea por pocos días -guiñó, al momento que Severus arqueaba una ceja al escuchar aquello.

Ella prefirió no contestar e ignorar por ahora esa cuestión. Alec dejó el apartamento y partió para Francia.

Pero Audrey aun no se sentía segura de darle aquella noticia a Severus, su mayor temor es que él dijera "que te diviertas en Francia, pero por supuesto que no iré", tenía que encontrar un momento realmente oportuno, tal vez después de un prolongado beso, cuando él adopta esa apariencia de atontado que se desvanece en breves segundos; la chica aun no lo decidía.

Se sentaron en el sofá, ella se recargó en él quien la rodeó con un brazo, platicaron de cualquier cosa, ella estaba decidida en llevar la conversación a un terreno seguro para por fin soltarle aquella idea de Año Nuevo en Francia.

-Creo que el libro que me regalaste me va ayudar a todo el asunto de Remus –él comentaba despreocupado –tiene buenos métodos experimentales.

-Me alegra escuchar eso –contestó ella, con sinceridad pero no le agradaba el terreno que recorría la conversación, quería darle el giro en ese instante pero Severus no la dejó.

-Y tu hermano... –dijo él y Audrey lo dejó hablar, pues escucharlo hablar de Alec merecía su atención –sabe mucho de Pociones, me dio un par de buenas ideas, me sorprende que tú seas tan mala en la materia... –ella no lo miraba pero estaba segura que había sonreído.

-Pero Alec nunca fue bueno en vuelo –respondió ella, defendiéndose y divertida, él rió.

Hubo un breve momento de silencio¿ese era el momento¿había tardado mucho?, necesitaba una señal.

Un Moment Pour Toujour creado por Sufjan TweedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora