Rosa, la niña

32 3 0
                                    

Aveces me siento tan disperso, dentro de una bolsa de aire lleno de un líquido denso que llena nuestros males.

Cada palabra invisible actúa sobre nuestras lenguas hasta llegar a oídos de gente que toma tregüa, pensando, apuñalando por la espalda, hasta ser un sonido al que no le importa si el aire desgarra.

Y te veo, lentamente tus pensamientos van subiendo, vacía, pero llena, muerta en vida, te das cuenta que la brisa te va hundiendo, mirás a un bebé reir, el estomago revienta y sentís una cabeza ¿tu corazón? ¡no! ¿son las tripas? ¡es un arma! ¿un arpón?es amor.

Se oscurece y pregunto donde está la rosa que decidí no cortar, aquella que guardé, que me dijo: tus lagrimas son más ligeras que el oceano, pero éstas siempre se hundirán.

Caés, caés al mar
Pero aún hay motivos, hay alguien a quién cuidar.

Yo... ella... ¿los demás?

Son sueños prosperos, una viñeta que se pasa entre la angustia y las ratas, esas ratas de ciudad que te muerden e infectan hasta no dejar carne, hasta quitarte la paz.

Pero mi pasión más grande es protegerla, una niña está dentro de esos petalos, una hermana, un amor.

Miro vampiros, ocultos en sus capas donde la hipocrecía se acopla, donde la humanidad alcanza, donde tus pensamientos rozan, donde el estereotipo espanta, donde la sangre flota, donde vivír desgarra.

Y los veo, algunos esclavos de esos "raros peinados nuevos", a quien realmente temen es al espejo, al silencio, al veneno, ajo y estaca... pero sin duda a llevar el amor al sol, con eso afronto los vampiros, con eso espanto mi temor, con eso rompo la balanza.

Versos y más versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora