Dulce mirada

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Javier era estudiante de universidad, estaba en cuarto semestre de la carrera de Ingeniería, había tenido un inconveniente en la universidad y había dejado de ir a clases por unos días.

Alejandra los fines de semana dormía hasta tarde y cuando despertó vió que su madre estaba arreglando la casa y le preguntó:
-¿Quién viene?
- Matilde. Era la tía de Alejandra.
Alejandra se alegró mucho porque de todas sus tías, Matilde era la que mejor le caía bien, decidió que debía dejarles solas, seguramente tendrían mucho que hablar y prefirió salir.
Así que dijo:
- Saldré un rato
- Está bien. Dijo su madre como si entendiera porqué lo hacía.

Todavía no sabía a dónde ir, cuando le llamo un amigo también del barrio, Mario.
-Aleja vén a mi casa, vamos hacer una pequeña fiesta! Dijo Mario.
- Está bien! Ahora voy. Élla respondió animada.
En el fondo élla se imaginó que podría estar Javi, así que se arregló un poco, cogió el paraguas y salió.
Al llegar a casa de Mario, estaba su hermano, un amigo de ellos que no conocía y Javi. Cuando lo vió al fondo del salón se sintió feliz de verlo.
Saludaron todos e hicieron un círculo para estar juntos, pusieron música y comenzaron a beber wodka, cantaban y reían todos.

La estaban pasando muy bien cuando de pronto la madre de Mario entró.
- Solo bebiendo, eso no está bien! Dijo muy enfadada la señora, casi gritando a Mario y a todos.
Alejandra se sentía mal, quizás sí estaba mal, pero la estaban pasando muy bien y mejor prefirió irse, pero los chicos le dijieron:
- Tranquila, no te vayas
- Si tranquila, siempre nos dice lo mismo! -Javier intervino.
Todos comenzaron a reír y continuaron divirtiéndose.
Costó un poco recuperar el ambiente tan divertido en el que estaban antes, pero volvieron a reír, a pasarla bien, también conversaban, explicaban lo que solían hacer cada uno y así se conocían un poco más.

Al pasar unas horas, el hermano de Mario y su amigo se quedaron dormidos en el sofá. Mario comenzó a portarse un poco extraño por los efectos del alcohol, se sacó la camiseta y empezó hacer bromas, Javi y Alejandra intentaron calmarlo.
Finalmente Mario se quedó dormido, el suficiente tiempo para que ambos pasaran un momento agradable solos.
- ¿A qué hora llegaste Javi?
- Estoy aquí desde la mañana, no fui a clases y mis papas no lo saben.
- ¿Por qué? Dijo Alejandra con preocupación
- Tengo que volver a dar un examen, ya te contaré.
- Está bien. Contestó
Después de un momento cambiaron de tema.
- Al final todos se han dormidos. Dijo Javi
Ambos se miraron y rieron.

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