Capítulo 5

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Unas gotas me cayeron a la cara haciendo que me despertara, estaba empapado y hacía mucho frío en esa cueva. Me incorporé y me adentré en la cueva. El suelo estaba lleno de agua y cuanto más avanzaba más subía el nivel del agua, cada vez me costaba más avanzar. Todo estaba muy oscuro y la luz de la entrada de la cueva ya no llegaba, hasta que vi un pequeño resplandor azul que provenía del fondo de la cueva, me acerqué y encontré lo que estaba buscando. Un mineral azul el cual desprendía una luz azul zafiro, el mineral estaba creciendo en las paredes de la misma y había muchísimos de estos. Intenté arrancar uno y aunque me costó bastante logré arrancar un trozo.

– Vale ya tengo lo que quería, ahora debo volver. Pero no puedo volver por donde vine, la cuerda está rota - seguí adentrándome en la cueva, utilicé aquel mineral como linterna. El agua empezó a bajar y ya no me costaba caminar como antes. Había agujeros en las paredes de la cueva, alumbré por uno para ver si aquel túnel me llevaría al exterior pero solo había huesos de roedores y excrementos.

– Esto me da mala espina, algo malo me va a pasar seguro - ignoré esas señales para que me diese la vuelta y seguí recto. Al rato escuché algo acercarse rápido hacia mí pero no vi nada, seguí caminado pero volví a escuchar que algo se acercaba pero esta vez eran más ya que el ruido era mayor, me di la vuelta rápidamente pero no había nada en el suelo, de repente una pequeña piedra me cayó en la cabeza. En ese momento me di cuenta que lo que me estaba siguiendo no estaba en el suelo, tragué lentamente saliva y apunte al techo. Entonces los vi a ellos, conté al menos ocho de ellos.

– No podían ser Dilophosaurus o Titanoboas no, tenían que ser Pulmonoscorpius - el Pulmonoscorpius es una especie gigante de escorpión extinto que vivió en el periodo, subperíodo. En vida, esta especie llegaba hasta 1 metro de longitud, y tenía una semejanza superficial a los escorpiones modernos. Se cree que el Pulmonoscorpius llegó a un tamaño tan grande debido a una mayor concentración de oxígeno atmosférico en el Carbonífero. Esta fue del 35%, mientras que hoy es sólo el 5%. Se cree que sería un cazador diurno, debido a la presencia de ojos compuestos laterales relativamente grandes, que se han atrofiado en los escorpiones modernos, que son principalmente nocturnos. Como todos los escorpiones conocidos, se supone que Pulmonoscorpius era depredador. Sin embargo, debido a que el aguijón es comparativamente mucho mayor que sus pinzas, probablemente fue utilizado para inyectar veneno y, posiblemente, comenzar la digestión de sus presas, en lugar de capturarla y destrozarla con sus pinzas. Debido a su gran tamaño se supone que pudo cazar pequeños tetrápodos. Su nombre significaba literalmente escorpión que respira.

Eché a correr lo más rápido que pude, si había algo que odiase eran los escorpiones y menos gigantes, siempre me parecieron asquerosos con esas pinzas y ese aguijón. Eran bastante rápidos y cada vez aparecían más. Estaban por todas partes y me habían rodeado.

– Este es mi fin, aquí moriré – en ese momento recordé la imagen de mis dos hijas – no puedo morir aquí – entonces les planté cara pero sabía que no podía pelear contra esos bichos porque su veneno era letal y había al menos veinte de ellos, una voz me habló de repente.

– Salta – no sé de donde venia y tampoco porque quería que saltase, entonces miré a mi derecha y vi que había vuelto al principio, a mi derecha estaba la entrada de la cascada, entonces entendí lo que quería decirme aquella voz, miré a la cascada y dije:

– Vale, definitivamente me he vuelto loco.

– Salta, salta – otra vez esa voz.

– Quien sea que este diciendo eso podría ayudarme en vez de hacer que me suicide – dije con voz de desesperación. Entonces miré el mineral que había cogido, brillaba muchísimo más que antes. Los Pulmonoscorpius abrieron un pasillo entre ellos como para que yo pasase.

Conquistando el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora