Capítulo XVII

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CUANDO ODIES EL MUNDO

Ya somos dos, hola ¿qué tal? Bienvenido a mi mundo.

¿Lo odias? Aquí estoy yo y créeme, sé de que hablas. Al menos sé sobre la muerte y eso es lo que me hace odiar el mundo de vez en cuando.

La muerte es una mierda, así sin preámbulos. No puedo verle el lado bueno a eso, la verdad es que te estaría mintiendo si te dijera lo contrario. Aunque morirse es como nacer, es algo natural que debe pasar en la vida de cada existencia, de cada ser humano pero aún así sigue siendo algo horrible. ¿Qué es lo que nos hace ser distintos entonces? Creo que es la manera de verlo.

Entonces, dime James...¿por qué odias el mundo esta vez? ¿quién lo ha abandonado como para hacerte sentir así? ¿O te has peleado con alguien? Quizá es una mala noticia...¿sientes que no haces nada bien? ¿acaso es eso lo que te mantiene despierto durante las noches? ¿sigues llorando en silencio?

Está bien odiar el mundo de vez en cuando, está bien estar triste. ¿Cómo haríamos sino para apreciar todo lo demás si no probásemos lo amarga que puede ser la vida de vez en cuando?

Tuya por siempre,

Alexandra.

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Alex,

Si tan solo te pudieses imaginar como luce mi vida en este momento.

Si tan solo entendieses lo lejos que estuviste de entender esto mismo cuando teníamos dieciocho años...ni siquiera yo lo puedo entender con cincuenta y nueve.

Tyra murió por un ataque cardíaco hace un mes ya. Simplemente le sucedió en medio de una clase de piano. Yo no estaba allí, estaba dando clases la universidad cuando recibí la llamada. Este tipo de cosas no se diagnostican y eso es lo que más enojo me produce. No estaba preparado como para contigo, realmente me dejó atónito.

Alexander estaba en California cuando le llamé para darle la noticia. Está viviendo allí hace cuatro años ya, es parte de un grupo importante de físicos jóvenes que estudian cosas que aún no logro entender. Dejó todo y vino al funeral al igual que sus hermanas. Linda por su parte ya estaba aquí al igual que Fleurette.

El funeral fue algo íntimo, después de todo hay muchos que ya se han ido Alex. George nos dejó hace dos años. Todo comenzó con una neumonía, lo internamos en el mismo hospital que estuviste tú...recordé muchas cosas en aquellos días, muchas cosas que no me acordaba de haber vivido. Pasaba todos los días por los pasillos de la mano de mis nietos o quizá solo después de trabajar y los recuerdos me golpeaban la cabeza como obligándome a entender que existieron. Vivir una vida y tener una familia puede hacerte olvidar de ciertas cosas pero estoy seguro de que nunca las olvidé, simplemente dormiste en mi mente por algunos años.

Florence vive con nosotros ahora y por más de que trate de ocultarlo, se la nota más triste que nunca. Llora casi todas las noches, está algo perdida Alex... hay veces que olvida donde está y como se llama. No quiere ir al hospital siquiera, dice que está bien. Ahora con la partida de Tyra se me está haciendo más difícil, no sabes cuanto agradezco que Linda y Andy vivan cerca de casa. Fleurette se instaló también por unas semanas pero tenía que volver a trabajar en Dallas. Es dueña de una cadena de viveros y es de esas personas que viven dedicadas a lo que hacen. Le gusta participar en lo que dirige y no quedarse sentada detrás de un escritorio todo el día, es una gran mujer.

Vino con su hijo Blake, el primero de mis nietos. Blake es hijo de un maldito bueno para nada que dejó a Fleur embarazada y partió a Europa obligándola a hacerse cargo sola. Para ese entonces, Fleurette tenía un vivero en el jardín de casa, con Tyra la ayudamos con lo que podíamos y en ese momento era prestarle un lugar donde comenzar su emprendimiento. Siempre fue una gran amante de la naturaleza, puede pasar horas cuidando de flores y plantas. Creo que el haberse quedado embarazada la ayudó a tomar muchas decisiones con respecto a su vida. Fue cuando Blake cumplió el año que partieron los dos a Dallas y ella consiguió financiamiento para emprender su proyecto. Tener a Blake aquí ha sido una bendición, es un niño muy agradable. Tiene el cabello como su madre y como yo solía tenerlo en mi juventud, ya sabes, ondas castañas oscuras... A veces me dice que deje de teñir mi cabello con tintura blanca pero yo le digo que eso es lo que hacemos los viejos para lucir cool.

Alexander por su parte nos visita al menos tres veces por año y pasa con nosotros las fiestas, la mejor excusa para reunir a la familia. Él está de novio hace años con una chica bastante más joven que él, una tal Kimberley que fue alumna suya en California. Al principio no nos agradó mucho la idea el saber que tenía diez años menos que ella pero al tenerla en casa para el cumpleaños de Alexander, nos apreció una chica encantadora y entendimos que el amor no se elige...llega cuando llega. Sé que en algún momento lo sabía entender más que ahora pero debes saber disculpar a este hombre...es verdad eso que dicen, que la edad nos hace olvidar lo importante.

Linda estudió nutrición, se especializó en nutrición infantil y vive en Houston como nosotros. Lleva ya ocho años de casada con un médico que conoció en una de sus prácticas, su nombre es Andy Dobson. La primera vez que lo trajo a casa con Tyra creímos que era algún tipo de broma ya que son prácticamente iguales. Rubios, ojos claros...lo único distinto en su aspecto físico es que él lleva lentes y es mucho más alto que ella. Pero si no fuese por eso, cualquiera juraría que son hermanos.

Andy y Linda nos brindaron dos tesoros más, Tyler y Zoey. Verás...siguieron con la tradición pero como nosotros decidieron darles sus propios tintes. Sus nombres completos son Tyler James y Zoey Sarah. Resulta ser que mi nombre aparece en el de Tyler y la inicial de mi segundo nombre en el segundo de Zoey. Estoy muy contento de que Tyra haya conocido al menos a tres de nuestros nietos. Digo 'al menos' por que está claro que me gustaría tener más...quien sabe, quizá Alexander nos dará una sorpresa en un par de años.

Hace ya casi un mes, volví a la mansión Goodman por última vez antes de vender la casa. Florence apenas puede moverse así que fuimos con los chicos a desvalijarla por completo. Todos estaban allí, Alexander, Felur con Blake, Andy, Linda, Tyler y la pequeña Zoey. Vaciar una casa donde han pasado tantas cosas no es fácil pero no me pareció algo triste, ¿sabes? De alguna manera ellos estaban allí y no podía reprocharle nada más a la vida. Les pedí que me dejasen ingresar a tu habitación solo, hasta ese entonces nunca les había contado sobre ti. Sabían que esa era la casa de los abuelos y que allí vivía su hija, una persona muy especial pero no sabían más que eso.

Volver a pisar tu habitación...digamos que sentí muchas cosas. Pispié tus libros, tus cuadernos, prendí cada una de tus luces y volví a observar tus posters y cuadros. Había pasado una vida y sin embargo todo parecía intacto, me sentí un adolecente otra vez.

Ya era de tarde cuando dejé pasar a los chicos que ya habían terminado con los otros sectores de la casa. Estaban todos asombrados, tocaban las decoraciones y me ayudaron a guardar todo en cajas. El pequeño Tyler parecía maravillado con uno de tus libros, incluso me pidió si podía leérselo.

Al terminar con tu habitación sentí la necesidad de contarles, no entendía como me había llegado a distraer tanto como para olvidarme de hacerles saber quien eras. Estábamos sentados en la sala de estar cuando les conté todo, ya estaba atardeciendo. Me sentí como cuando eran niños, contándoles historias...solo que esta era verdad y era tan real que a veces parecía no serlo.

Guardamos las cajas con tus cosas en el ático así como también hicimos con el piano de Tyra. Era demasiado reciente y no tenía ganas de sentir el golpe bajo cada vez que cruzase la sala de estar...estoy viejo Alex. Todo se siente tan distinto y duele tanto sentir que la vida se pasa. De hecho, creo que eres lo único que nunca 'pasó'.

Te lo he dicho una vez...eres como polvo de estrella. Ya no te veo y hasta a veces olvido que estás aquí conmigo pero no hay manera de que abandones el universo.

Esta fue tu última carta. No sé si alguna vez pensaste que 'Cuando odies el mundo' sería la última pero a mi me resulta un tanto irónico.

Estoy en mi habitación, solo...me acompaña Copo de nieve, el hijo de primer gato Pelos. Florence duerme en su habitación y Linda se quedó dormida en el sillón. Creo que debería despertarla, después de todo su familia la está esperando para cenar.

Hasta pronto Alex.

Sigo pensándote como siempre.

Con amor,

James.

Una canción para Alex - II libro de Más allá de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora