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Louis siempre supo que había personas para todo, con diferentes gustos y adicciones. Él tuvo claro que tipo de persona era desde un comienzo sin saber como podría vivir su vida siendo otra persona, ya que él nunca se podría haber visto como una de esas personas que siempre quedaba con personas y se emborrachaba en cada fiesta, en cambio nunca había ido a una fiesta de adolescentes, prefería quedarse en su casa con un buen libro y una taza de café, irónico porque no le gustaba el café, en cambio se había acostumbrado al olor de este ya que lo mantenía despierto, le hacía sentir vivo de alguna forma.

Aveces sentía una necesidad de algo, pero no sabía de que, aveces dejaba de escribir y se quedaba sentado por horas, buscando soluciones, pero no encontraba ninguna porque ni siquiera sabía cuál era esa necesidad, una presión en su pecho se hacía notar en su cuerpo, no de dolor físico, de otra cosa. Era irónico, le gustaba que le dejasen solo, pero no le gustaba sentirse solo.

Así disfrutará lo que hacía, sabía que su vida era tan monótona, y también sabía, aunque no le interesara por los momentos, que nunca encontraría a alguien que lo aguantara como pareja, a un chico que estuviera dispuesto a estar con él, ya había tenido relaciones, pero siempre lo dejaban por lo mismo, siempre le decían: "Eres un aburrido de mierda" luego se levantaban de la cama, se vestían y se iban sin mirar hacía atrás, dejándolo solo de nuevo, en su frío apartamento, pero ¿Él que podía hacer? Simplemente no le gustaban las discotecas, no le gustaban los ambientes que olían a cigarrillo y todo tipo de drogas, no le gustaba restregarse contra cuerpos sudados en medio de una pista y sentir como la música reventaba sus tímpanos, así fuera un tipo alegre, divertido, no le gustaban ese tipo de cosas, y no pensaba cambiar por nada ni nadie.

Tal vez no encajaba en ese mundo de incultos necesitados, que hacían las cosas que no les gustaba solo para encajar en la "sociedad", cuando en verdad lo que necesitan es ser feliz con lo que les gustaba hacer en realidad.

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Volviendo al tema de la cena. Un poco molesto, Louis pasó por el lado del joven Styles haciendo que sus hombros chocaran, sin mirar atrás consiguió ver donde se encontraban todos, dirigiéndose hacía ellos.

-Vaya, si que estás grande muchacho.- Le dijo John poniéndole una mano en el hombro, y con la otra le cogía la suya en forma de saludo.

Louis pasó de decir algo, ya que le pareció demasiado exagerado. Solo habían pasado algunas semanas desde que se vieron, tampoco es como si pudiera crecer en tan poco tiempo.

Todos pasaron a sentarse, Harry estaba justo frente a Louis, y lo estaba mirando con esa sonrisita maldita, de nuevo.

Cuando la comida llegó, todos empezaron a comer y a hablar de temas que sinceramente no le interesaban, hasta que escucho a John empezar a hablar de Ulises, ahí de una vez empezó a adentrarse lentamente en la conversación:

-John, duró ocho años ahí, antes de lograr llegar a casa, y cuando lo hizo su esposa, Penélope, tenía un montón de pretendientes.

-Lo sé, por eso decidió cambiar, y haciéndose pasar por otro, combatió contra todos y Atenea lo ayudó en eso, dándole fuerzas.

-Y él ganó.- Dijo Anne, la madre de Harry.

-Y luego le dijo la verdad a Penélope.- Dijo Jack.

Harry terminó de comer, y se levantó molesto ya que no llegaba a entender de lo que estaban hablando, aparte habia quedado para ir a una fiesta.

-Hey, señorito, te me sientas que tenemos que hablar.- Harry bufó, cuando escucho la voz de su padre, pero se sentó sin replicar.

-Harry, ya que todo esto te parece aburrido, decidimos hacerlo más divertido para ti, así puedes entender de lo que hablamos en las cenas y todo, le queremos pedir el favor a Louis de que te enseñe sobre la Mitología, él es muy bueno y sabe muchas cosas- Dijo Anne mirado a Harry y a Louis a la vez.

Ibídem (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora