06.

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Louis se encontraba en su casa, con una taza de café a su lado, la computadora frente a él, y con un cigarrillo en su mano derecha. Era un día demasiado frío para su gusto, estaba con un buzo gigante, que le llagaba hasta mitad de sus muslos, y bajo este unos bóxer blancos de Calvin Klein, pantalones no llevaba porque en su casa había calefacción. Ese día decidió no ir a la universidad, porque tenía que terminar el capítulo de su libro, y porque no tenía nada importante que hacer en ella.

Luego de dos horas logró terminar el capítulo de su libro, y feliz caminó hasta la cocina, para prepararse algo de comer.

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Llevó su plato al fregadero y lo dejó ahí, se aseguraría de lavarlo después.

El timbré sonó y él con fastidio fue a abrir, solo cuando llegaba Liam o sus padres el portero no le avisaba, así que tenía que ser uno de ellos, pero no fue así, ahí estaba Harry, con una mochila colgada en su hombro.

-larga...- intentó hablar pero Harry lo interrumpió a mitad, rodeando su cintura con sus fuertes brazos y estampando sus labios juntos.

Louis gimoteó y lo alejó de inmediato.

-Vete a la mierda Harry, maldita sea, no quiero volver a verte por aquí, joder, lárgate .

-Tus piernas se ven exquisitas, como me gustaría que rodearan mi cintura mientras te la meto hasta el fondo, joder.- Dijo mordiendose el labio fuertemente.

Un calor recorrió el cuerpo de Louis, pero no de excitación, de enfado puro y duro.

-Me humillaste delante de todos, lo lograste, ahora déjame en paz, Styles, porque si sigues molestándome te cortaré la polla con un maldito cuchillo especial para cortar carne, jodido idiota.

-Hoy tenemos que leer algo sobre Udiseus.

-Odiseo.- lo corrigió- Ya hablaré con tú madre hoy, lárgate.

-Bueno, hagamos esta última clase- Dijo Harry, mirándolo con una sonrisa.

-Mira, paso de estar con alguien que ha preferido mantener su popularidad a cambio de ver a una persona avergonzada adelante de todos ellos mientras se reían, y en vez de pedirme perdon vienes aqui a decirme que mis piernas se ven exquisitas.- Soltó un suspiro evitando llorar.- Tuviste en cuenta lo que pensaban los otros en vez de hacer caso a que yo también tengo sentimientos, yo también soy persona y puedo llorar de vez en cuando, puedo reir y romperme en segundos.

Louis intentaba controlarse, evitaba mirar a Harry a los ojos porque sabía que se estaba burlando de él, de nuevo.

-Hoy mismo tenía pensado en hablar con tú madre para poner fin a estas clases, tranquilo, le inventaré una excusa ya que a ninguna madre le gustaría saber que su hijo es un insensible de mierda que le importa lo que la gente piense de él, haciendo quedar mal a otros.- Acabó de decir soltando un sollozo.

"No necesitas a nadie"
Se había repetido eso durante toda su vida, pensando que era lo correcto. Nacemos solos y morimos solos, sin nadie a nuestro lado.

-Quizás este sea nuestro adiós, quisiera decir que me ha encantado conocerte pero ya sabes... No me gusta decir mentiras.- Empujó al rizado fuera de su casa para luego cerrar la puerta en su cara, se deslizó de espaldas por la puerta hasta quedarse sentado en el suelo.

"Ya no hay nadie más a parte de ti, ahora eres feliz." Pensó

Rodeó sus rodillas con sus brazos y escondió su cabeza en el hueco para así comenzar a llorar de nuevo. Mamá siempre dijo que estaba bién llorar de vez en cuando, pero para él es mejor si nadie ve que lo hace.

Ibídem (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora