Esa mañana había amanecido, raramente, feliz. Sentía que hoy podía comerse el mundo y hacer lo que se le viniese en gana. A lo mejor ayer se deprimió un poco con el mensaje de Harry, pero en esos momentos le importaba una mierda ya que no significaba nadie para él y lo dejaría pasar por esta vez.
Nunca debes de tener rencor a algo o a alguien ya que tan sólo serás tú quien lo pase mal ya que a la otra persona no le importa que le tengas rencor, así que vive feliz y ignora a todos. Para Louis ese sería su lema, porque en verdad tiene razón, si odias a alguien no es como si a esa persona le importara, solo pasaría de ti y seguiría sin ti a pesar de que tú estés frustrado por tenerle enfado a él o ella.
Un bostezo escapó de su boca, llevó sus brazos hacía arriba para estirarse y realizó los mismos movimientos con las piernas para que finalmente pudiese levantarse de su cama, restregó sus manitas por sus ojos y aprovechando quitó algunas legañas que había en el lagrimal del ojo.
Bajó a la cocina y hizo su café de siempre acompañándolo con una pasta de crema, realmente sólo eran las siete de la mañana, pero sentía como si no pudiese dormir más, una vez acabó de desayunar se fue al sofá.
Decidido abrió un libro nuevo que había comprado el mes pasado, en la tienda que había en el centro de la ciudad, le encantaba ir allí, el ambiente que se sentía era relajante. Le gustaba el olor a tinta que desprendía un libro nuevo al abrirlo, cerrando sus ojos y soltando una pequeña sonrisa, pensó que podía pasar toda su vida así y no se quejaría. El libro iba sobre un semidiós que decide viajar a la tierra, a Roma para ser exactos, y conoce a una bella muchacha de pelo castaño de la cual se enamora, pero finalmente no puede estar con ella porque a la mujer se acaba enamorando de su hermano. No solía leer esa clase de libros ya que le parecían demasiado empalagosas, pero siempre hay una primera vez para todo. Bueno, realmente no le importaba, ya que si iba sobre dioses mitológicos siempre le interesaría leerlo.
Pasado un rato, dejó el libro a causa de que le había entrado hambre y quería comer algún aperitivo antes de hacer la comida, aunque faltaban como una dos horas para la una de la tarde.
Mientras se preparaba un bocata de queso pensó en Roma, y en que llevaba tiempo pensando en ir a hacer un viaje a ese espectacular sitio, siempre quiso visitar los monumentos y el coliseo, aprender un poco mas sobre esos sitios y el ambiente. Cuanto deseaba poder comer su comida y beber de sus vinos, y si tiene suerte, encontrar a alguien para él. Quizás luego de pensar en eso cogió el portátil y miró el precio de los boletos para un viaje de una semana, y tal vez se lo comente a sus padres más luego, con la esperanza de que digan que si y que finalmente pueda cumplir uno de los muchos sueños que tiene.
Por suerte hoy no le tocaba ir a la Universidad, cosa que le hizo soltar un suspiro de alivio, ya que si hubiera tenido que ir, sabía que habría vuelto a llorar ese día, y no le apetecía hacerlo, más bien ya estaba cansado y tomarse un respiro no iba mal. Aprovecharía ese día para ir a comprar al centro, ya que la falta de alimentos en su nevera y armario se empezaba a notar, decidido salió de su casa, no sin antes cambiarse de ropa y ponerse lo que solía usar él.
Una vez llegando, aparcó en el parking de paga, ya que no quería pasarse media hora buscando un sitio para poder dejar el coche.Tampoco es como que costase mucho dinero, podía permitirse pagarlo, bueno, él no pero como el dinero era de sus padres no le importaba demasiado lo que costara, no era su culpa, sus padres decidieron querer pagarlo todo y el amablemente lo aceptó, aunque principalmente quería saber lo que se sentía poder trabajar y saber que haces algo para poder mantenerte en vida, a veces quería vivir sin dinero para poder esforzarse y saber que sus esfuerzos, finalmente sirven para algo más.
Contento entra al supermercado y agarra un carrito, para poder meter todo lo que necesitaba. Cuando estaba por terminar se le ocurrió comprar algo de chocolate, así que fue hasta el pasillo de los dulces y tomó dos tabletas de chocolate con leche.
-Mira a quién tenemos aquí.- Cerró los ojos y suspiró cuando escuchó la voz de Zayn.- No te sientes ya suficientemente gordo como para estar comprando eso, Tomlinson?- Escuchó la fuerte risa de Niall, se volteó decidido a responderle mal pero se encontró con una sorpresa Harry estaba ahí y Liam también, junto a Zayn y Niall y supo que no podía hacer más nada, solo tenía que tomar su carrito e irse de ahí lo más rápido posible. Zayn vio sus intenciones cuando este se volteó y rió más fuerte.- Escucha, chiquillo, porque no agarras todas estas para tú linda dieta.- Dijo agarrando una cantidad de tabletas de chocolate y las tiró todas al carrito de Louis.
-Si, lindo, llévate todas esas y te las tragas para que engordes más.- dijo Niall, chocando los cinco con Zayn.
-Escucha estúpido.- Se volteó para encararlos, vio como Harry y Liam lo veían en silencio, sonrío con tristeza y se volteó de nuevo para agarrar todas las tabletas de chocolate que Zayn había echado a su carrito y se las tiró a los pies cuando se volvió a girar.- No pienso permitir que me sigas humillando, jodido cabron, ni tú ni tus malditos amiguitos, siempre me he defendido y esta no es la excepción.- Zayn lo miró sorprendido, Louis desde que empezó a "hablar" con Harry y a darle clases no lo insultaba más porque parecía que desperdiciaba el tiempo que tenía para defenderse mirando a Harry.- Sorprendido eh, bien inútil. Escúchame maldito, o te calmas o te calmo a golpes tú decides, ya déjame en paz, y ahora dejen de mirarme como imbeciles que son y lárguense
-Señores.- Dijo una muchacha mirándolos a todos, es mejor que paguen por esos productos que han tirado al piso, no permitimos un comportamiento así aquí.
Louis le sonrió a la mujer y luego a los chicos, sacó su billetera y sacó algo de dinero de ahí, tal vez mucho más de lo que esas tabletas junta podían costar.
-Tenga.- casi gritó por lo furioso que se sentía, le arrojó los billetes a la mujer y salió de ahí dejando el carrito en medio del pasillo y saliendo del supermercado.
Ahora si se podía sentir una mierda, estaba solo y nadie lo vería es que joder, único que intento evitar en todos los días que pasaba en la Universidad, y justamente le pasaba hoy que por una vez tenía el presentimiento que iba a ir todo bien, le jodía no poder hacer nada para que su depresión se fuera, sólo quería pasar un rato solo y disfrutar se su vida por una vez sin que nadie le dijese o hiciese algo. Deseaba poder algún día despertar y decir "Se acabó" "Ya no más dolor" y seguidamente encarar a aquellos que alguna vez le hicieron daño.
- Dejalo ya Louis, no te atormentes más con mierdas!- Chilló mientras se daba un leve golpe en la cabeza con su palma de la mano.
Llego a su casa y dejó las llaves en el mueble y las bolsas sobre la mesa, se había ido a otro supermercado antes de llegar a casa para evitar mas inconvenientes como el de antes.
Se acordó de lo del viaje a Roma y antes de que se le olvidara le envió un mensaje a su madre para informarle, ya que no queria ir solo.
Louis: Mamá necesito hablar contigo.
Luego de mandarle el mensaje a su madre arreglo todo y luego se sentó a ver si le había respondido, encendió el móvil y una pestañita verde le avisó que le había llegado un mensaje, sin esperar le dio click y la ventana de WhatsApp se abrió.
Mamá: Dime, amor.
Louis: Me gustaría viajar a Roma, encontré los boletos a un buen precio y nada estaba pensando que podíamos ir al menos una semana.
Mamá: Que buenas ideas tienes, amor, claro que si. Sabes que, El Lunes nos vamos, amor, así que prepara todo.
Louis: GRACIAS GRACIAS GRACIAS.
Mamá: Todo por verte feliz, amor, bueno ahora terminaré un proyecto del trabajo hablaré con tu padre para ver si quiere ir.
Louis: GRACIAS MAMÁ.
Louis le respondio finalmente con muchos emojis de caritas sonrientes y corazones de todos los colores, quería expresar la felicidad que sentía en ese momento pero al ser mensajes no lo podía hacer.
Con todo el cariño, Kathe y Ash.