Parte 3: Esperanzas perdidas.

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Por fin un momento de relax en el cual pudo retomar la escritura y su "vida social". Como siempre: cero mensajes en el correo, cero visitas en su blog y cero ganas de hablar con alguien. 

Se dispuso a cerrar el portátil cuando un nuevo mensaje instantáneo de Facebook se mostró en pantalla. «Joe», leyó. Se hizo de rogar y, a pesar del esfuerzo, no pudo esperar más y abrió la conversación.

Tres horas transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos, cuyo tema predominante era idioteces de amor no correspondido.

Una tarde en clase de inglés, Angele recibió una llamada perdida de Joe. Esbozó una sonrisa al leer el nombre que tantas veces había escuchado y dicho en el instituto. Se acordó entonces de que él podía llamarla las veces que se sintiera de bajón; después de la ruptura que tuvo con su novia, estaría dispuesta a escucharle. Cuando dieron las 21:00 cogió los libros, se arregló un poco en el baño y salió pitando del aula para poder llamarle y hablar con calma. Esperó unos instantes para recuperar el aliento y marcó su número.

─ ¡Hola Angele!

─ Acabo de ver tu llamada. Lo siento, estaba en clase de inglés.

─ No te preocupes, me acordé en cuanto marqué.

─ Qué fuerte... ¡Ni te acordabas en un principio! Esa memoria prodigiosa ha fallado ─fingió molestia. Joe rió.

─ Últimamente me estoy poniendo las pilas para sacar el curso y, quieras o no, el cerebro va perdiendo espacio ─bromeó.

─ ¡Anda ya! Para dos asignaturas que tienes y se te atrofia el cerebro, el mio entonces se va a desintegrar ─Joe soltó una carcajada que ella acompañó al instante─. Bueno, ¿qué querías?

─ No te lo vas a creer Angele. Estoy la mar de contento en estos momentos.

─ ¿Y a qué se debe esa felicidad? ─indagó curiosa.

─ Antes que nada, perdóname por no haberte hablado estas semanas. He encontrado curro y ahora estoy muy liado...

─ ¡Oh!, ah... no te preocupes hombre. Me suponía que estuvieras... ocupado ─titubeó─. Cuéntame eso tan importante Joe, me tienes intrigada.

─ ¡Ah, sí! ¡He vuelto con Ronnie!


Pasó un mes después de la nueva reconciliación. Ahora la que seguía rota era Angele. 

¿Cómo pudo ilusionarse otra vez con él de esa manera? ¿Cómo pudo abrir la puerta de su corazón OTRA VEZ? Y lo más importante que se preguntaba: ¿cuándo dejaría de ser tan ilusa?

Por mucho que su mejor amiga la intentara animar llevándola de fiesta, por mucho que Will la dijera cosas graciosas para sacarla una sonrisa, por mucho que su hermana y su madre la dieran consejos alentadores como: "él es un chico del montón; no se merece a nadie como tú", y por mucho que su prima se la llevara de compras por el centro de la ciudad, ella seguía triste y desolada. En los estudios iba de mal en peor y no se mostraba tan radiante como antes; y eso que cuando conoció a Joe él estaba con Ronnie. Pero esta vez era diferente.

A tan solo una frase esperanzadora quedó todo aquello vivido y sentido. Una frase esperanzadora que ahora no tenía significado alguno. Es más, ¿antes significaba algo?

La cruda realidad.Where stories live. Discover now