Pasaron ocho meses de clases aburridas, trabajos grupales, exposiciones individuales y exámenes finales y extraordinarios. Angele consiguió aprobar y sacar una media lo suficientemente alta como para no preocuparse por si no le concederían la beca.
A veces dudaba sobre si la universidad era el camino correcto puesto que su verdadera pasión era el arte. Disfrutaba cantando, bailando e incluso escribiendo.
Después de casi un año sin verle y sin hablarle, Angele consiguió olvidarse de Joe. Ahora estaba más centrada en sí misma, aunque le estaba resultado muy complicado porque cada libro que leía, había una historia de amor. Cada canción que escuchaba, hablaba del amor de una chica. Cada película que veía, había incómodas escenas de sexo compensada con incómodas escenas románticas. Casi todo giraba alrededor del amor.
Una noche de verano, mientras Angele deshacía su maleta, su móvil empezó a vibrar. Dejó dos camisetas que tenía en mano sobre la cama y se dirigió hacia la cómoda para coger el móvil; cuando leyó el nombre de quien llamaba, no podía dar crédito. Sus manos empezaron a temblar, incluso su voz se quebró cuando descolgó.
─ ¿Angele? ─dijo Joe.
─ Hola... ─dijo en un hilo de voz débil pero lo suficientemente alto como para que la oyera.
─ ¿Qué... qué tal! Hace mucho que no hablamos... ─dejó caer.
Angele recordó aquella vez que le dio su teléfono después de haber estado tan abatido tras la ruptura con Ronnie, para que él supiera que podía contar con ella para lo bueno y para lo malo, que para eso estaban los amigos... Y no tan amigos. También recordó cuando la llamó para decirla que había vuelto con su novia. ¿Para qué estaría llamando esta vez?
─ ¿Sigues ahí?
─ Sí ─volvió en sí─. Es verdad, hace mucho que no hablábamos ─contestó con un tono borde e hizo énfasis en el verbo pasado─. ¿Qué quieres, Joe? ─se apresuró a preguntar.
─ S-sólo quería saber qué tal estabas... ─titubeó nervioso; le estaba intimidando sus contestaciones.
─ Estoy muy bien, gracias ─se hizo la dura.
En el fondo la había pillado por sorpresa su llamada y toda esperanza de volver a escucharle volvió a sus ser, pero la estaba matando por dentro. Ella no quería hablar con intenciones de recuperar la amistad porque Angele no quería. Joe tiene novia. No iba a hacer ningún tipo de locura por amor sólo porque un hombre atractivo la llevara por el jardín de la alegría. No quería sufrir más por alguien no correspondido. Estaba harta.
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La cruda realidad.
RomanceRelato sobre una joven llamada Angele. A tan sólo cinco meses de cumplir diecinueve aún no ha conocido al amor de su vida. Ni si quiera ha tenido el placer, y nunca mejor dicho, de que un chico la pidiera liarse o acostarse con ella. Ante esto s...