Capítulo 3.

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Despierto, son justo las 7:00 AM, me dirijo a tomar una ducha de agua caliente mientras en la radio de la sala transmiten "Don't worry, be happy- Bob Marley", en mi cabeza seguía esa hermosa figura, esa hermosa chica: Isabel Walker. La imaginaba allí, sentada, junto a la ventana del salón de clase, con su libro en mano y sus audífonos puestos, deslumbrando esa belleza natural que sólo ella le transmitía, esa belleza que podías contemplar toda la mañana, toda la tarde, toda la noche... Toda la vida, esa belleza que sólo ella tenía, que sólo encontraba en ella.

Salí del baño, tome una camisa negra con figuras blancas, algo extrañas, en fin... Lo extraño se me hace agradable, luego tome unos jeans negros, mis vans y un gorro que me regalaron el cumpleaños pasado, lo encontré antes de venir a vivir aquí, me gusta.

Tome mi iPhone, mi mochila y baje a la cocina a tomar un poco de jugo de naranja.

Allí estaba mamá y papá (El hijo de puta que odio), supuse que mi hermano seguía durmiendo, es una de sus costumbres, se aprovecha de que ya se graduó para dormir hasta tarde, como lo envidió, prefiero dormir y escapar un poco de esta realidad de mierda.

-Buenos días mamá -Dije cortésmente-

-Buenos días mi pequeña -Respondió con una sonrisa-

-Buenos días... -Dijo papá en un tono amargado-

-Ya me voy al colegio, los veo luego, te quiero mamá.

-¡MÍA, MÍA! -Gritaban afuera de mi casa- Salí a la puerta, era Luna, Estaba allí, traía unos shorts blancos, una camisa violeta y unos converse blancos, traía su cabello suelto, su cabello es rizado, esos rizos naturales que parecen que apenas has salido de una peluquería, eran tan perfectos, su cabello lo tenía rojo, aunque no del todo, sólo gran parte de las puntas, el resto era un negro intenso.

-¡Shhhh!, baja la vos Luna, aún está muy temprano y algunos vecinos no se han despertado.

-Lo siento -Se disculpó con su cara sonrojada- Quise pasar por ti hoy, y si me permites los próximos días de clase.

-Pues, si eso quieres puedes hacerlo.

-Bueno, pasaré por ti todos los días, excepto en los que no vaya al colegio.

-¿En serio?, creí que pasarías por mí también cuando no estés, es increíble cómo no acerté -Dije con vos burlona-

-Puedo enviarte una parte de mí y te vas con ella, no sería mala idea -Respondió con una expresión seria-

-Seguro que no ja, ja. -Respondí- Basta de charlas sin sentido, se nos hará tarde.

Salí de donde estaba y apresuramos el paso. 10 minutos después ya estábamos en el instituto, esperamos a que la multitud de chicos y chicas entrarán, entre la multitud la buscaba a ella, no la vi, tal vez porque había entrado mucho antes de que nosotras llegáramos.

Nuestro salón quedaba en la tercera planta del instituto, así que tendría que poner mucho esfuerzo para llegar a él, el ejercicio nunca ha sido mi mejor talento. Mucho antes sólo dejaba de comer por varios días para adelgazar, lo cual no funcionó mucho.

Al llegar al salón de clases allí estaba, con su cabello hecho un desastre, no se notaba demasiado ya que le relucían algunos rizos, venía con un pantalón negro, una camisa vinotinto, sus botas negras y un gorro negro, claro está, sus audífonos, pero esta vez no tenía ningún libro, tal vez porque el día anterior lo terminó.

Nuestra distancia en el salón de clase consta de 5 sillas a la derecha, ya que yo me hago en la primero fila y ella en la última. A mi derecha hay una chica llamada Laura Britt, es de esas típicas chicas que tiene a todos a sus pies pero no le interesa estar con alguno, tal vez sea porque ya tiene a alguien o simplemente no quiere, tiene su cabello corto y castaño oscuro, siempre está muy arreglada, es muy decente, me gusta mucho el vocabulario que usa al expresarse, es un poco alta, aunque no en todo el sentido de la palabra. Atrás de mi hay una chica llamada Abril Acosta, bueno, tiene vos de chiquilla, lo cual es tierno, su cabello es corto y negro, su piel es morena, sus ojos son completamente negros, te puedes perder en ellos, es algo indecente, en el sentido de que siempre dice lo que piensa sea bueno o no. Y pues adelante está Luna, no necesito decir mucho de ella, solo que habla mucho y por esta pequeña característica nos hemos ganado algunos sermones en el poco tiempo de clases.

¿Y si quedamos como amigas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora