Capítulo 31 En la Madriguera

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La señora Molly corría de un lado a otro por toda la cocina, era sábado y todos sus hijos vendrían a comer junto con sus familias, era una vieja tradición, Kreacher le ayudaba momentáneamente, ya que Harry y Hermione comían siempre ahí, el señor Weasley por su parte acomodaba en el patio frontal unas largas mesas y sillas pues cuando se juntaba toda la familia no cabían dentro de la casa, Potxi le ayudaba con la limpieza, era el elfo joven que Ron les había regalado por su aniversario número cincuenta de casados.

Los primeros en aparecer fueron Bill y Fleur junto a su pequeña Victoria de cinco años, la niña corrió y se lanzó a su abuelo.

― ¡Viki! Con cuidado, puedes lastimar a tu abuelo ― Fleur regaño a su hija, le preocupaba que fuera a tirar a su suegro. Seguía tan hermosa como desde el torneo de los cuatro magos, sus rasgos habían cambiado poco, lucía una hermosa barriga de cuatro meses de embarazo.

―Déjala, aun soy fuerte como un roble ― y dicho eso levanto a su nieta.

― ¿Ya llego Teddy abuelo? ―la niña inspeccionaba con la mirada todo el patio en busca de su primo.

―No mi solecito, aún no llega ―la niña hizo pucheros y cruzo los brazos ― pero tu abuela ha cocinado unas ricas galletas ― coloco a la niña en el piso y esta corrió hasta la casa.

― ¡Hola papá! ―Bill abrazo a su padre y lo beso en la cabeza, él era después de Charly el más alto de todos ― deja eso, yo lo hago.

―Pero si no soy un torpe, aun puedo, mírame ― con dificultad levanto la mesa, pero enseguida la soltó y se sujetó la espalda ― pero si ya estás aquí hazlo tú.

Poco a poco fueron llegando todos, Percy junto a su esposa Audrey también embarazada, George con su prometida Angelina, Charlie, a este, George le había comprado un traslador mágico, no funcionaba como el de Harry y Hermione que los llevaba a cualquier lugar, este solo lo trasportaba desde cualquier lugar a la Madriguera, aun así había costado una fortuna, pero no había sido nada comparado con el arca de la familia Weasley que había hecho crecer "Sortilegios Weasley".

Harry llego con Andrómeda y Teddy, había ido a desayunar a casa de esta y pasar la mañana con Teddy, Harry no había descuidado al pequeño, todos esos años se había hecho cargo de los gastos de Teddy y no había faltado ningún domingo a pasar todo el día con él. El pequeño estaba por cumplir seis años y adoraba a su padrino, así como toda la familia Weasley lo quería a él como un miembro más, para los señores Weasley era considerado el primer nieto y para sus hijos el primer sobrino, todos sabían que no había nada que ellos pudieran hacer para Teddy no se sintiera huérfano pero harían los imposible porque se sintiera amado y miembro importante de una familia, y lo habían logrado, pues siempre que Teddy llegaba a la Madriguera su cabello se ponía rojo y se volvía un Weasley más.

― ¡Tío Charlie, tío Charlie! ― el pequeño corría en busca de su tío.

― ¡Hola campeón! ―Charlie cargo a vuelo al pequeño y le dio un sonoro beso en la mejilla.

― ¡Mira lo que me compro mi padrino! ― Le mostro una escoba entrenadora pequeña que no se elevaba más de un metro.

― ¡Waoooo esta fantástica! ―Bill se acercó a ellos y la tomo para examinarla.

― ¿A que si verdad? ― dijo radiante el pequeño.

― ¿Me dejaras montarla? ―pidió Charlie y todos estallaron en risa.

― ¿Por qué tanto ajetreó? ―oyeron la voz familiar de la pelirroja que acababa de aparecerse con un joven que solo Harry reconoció.

― ¡Tía Ginny! Ya tengo una escoba y un día seré tan bueno como tú ― si había alguien a quien admiraba con devoción después de a su padrino era a su tía Ginny, soñaba con un día jugar profesionalmente como ella.

"La regla es, no enamorarse Malfoy" #DramioneawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora