Capítulo II; Deja vú.

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Sensación de haber pasado con anterioridad por una situación
que se está produciendo por primera vez...

La suave y fría brisa del atardecer rozaba su rostro, congelando sus mejillas y haciendo que sus ojos se volvieran finas líneas apenas notorias por sus pestañas. Vio una silueta muy conocida acercarse, era de nuevo aquel hombre, aquel hombre que con sólo un toque lograba que se derritiera, aún no encontraba una explicación convincente a su situación, nunca le había pasado ello, y había estado enamorado muchas veces. Soltó el aire suavemente, terminando por cerrar los ojos y sentir cómo el viento, el cual se volvía cada vez más fuerte, le revolvía el cabello.

Estaba en el tercer piso, KyuHyun había ido a comprar algo para ambos, y había regresado exitosamente con un par de sopas instantáneas en ambas manos. Siempre sabía qué pedir, extrañamente, KyuHyun conocía demasiado bien sus gustos, sin siquiera tener que mencionarlos. Sintió que dejaba sus sopas a un lado suyo para después tomar asiento en el borde, como siempre hacían, sus piernas colgando hacia el vacío, el viento helándole hasta los huesos y sus tripas haciendo los típicos sonidos de un ser hambriento. Sonrió, le gustaba su presencia, le gustaba tenerlo cerca.

No se necesitaron palabras, ambos tomaron sus palillos y comenzaron a comer, demasiado concentrados en ingerir el alimento antes de que se helara. Se podrían considerar masoquistas, pues había bastantes salones desocupados, pero ese siempre era su lugar favorito, de los dos. Lo habían descubierto solos, y pretendían que se quedara así. Recordó cuando llegaron el primer día, ambos con un par de caramelos en sus manos, HyukJae tenía un gusto muy particular por las gomitas de colores, el masticarlas le daba una satisfacción bastante extraña. Ese día se habían perdido en sus dos horas libres, decidiendo que necesitaban un lugar fijo para los días que no tuvieran mucho que hacer, fueron en busca de uno, quedando bastante impresionados con la vista producida desde aquel lugar, en lo alto de algún edificio del campus, el cual quedaba encima de una montaña, se podía admirar perfectamente la ciudad, siempre quedaría fascinado por aquello.

Pronto terminaron las sopas y dejaron los botes vacíos y apilados a un lado, KyuHyun le tomó la mano y comenzó a frotarla entre sus palmas, en ese tiempo que tenían de conocerse, a pesar de ser muy poco, habían adquirido demasiada confianza el uno al otro. HyukJae abrió los ojos de manera desmesurada, miró al joven castaño, sentía que ya había pasado por aquello antes, con el mismo ser, el mismo lugar. Tembló, sacudiendo la cabeza y volviendo la mirada al frente.

—¿Sucede algo?

Escuchó la suave voz del menor regresándolo al presente, de repente el panorama había cambiado, el cielo estaba más oscuro y el joven resplandecía de una manera muy rara, la piedra donde estaban sentados y el vacío bajo sus pies eran de igual manera oscuros. Sacudió la cabeza de nuevo, últimamente había tenido demasiadas ensoñaciones. Sonrió, restando importancia al tema, no creía que KyuHyun entendiera aquello. Negó, KyuHyun siempre decía que estaba helado, y tenía la costumbre de tomarle las manos y frotarlas, aunque no solucionaba mucho, HyukJae pensaba que KyuHyun lo tomaba como un pretexto para tocarlo.

Respiró hondo, su mirada volviendo al frente y los pies moviéndose de un lado a otro de manera nerviosa.

—No pasa nada, ¿sabes? De repente sentí que había pasado por esto antes, pero recordé que siempre hacemos lo mismo, así que no me tomes en serio. —Susurró, sabía que KyuHyun se había quedado pensando en ello, era por eso que a veces se guardaba las cosas.

—Es verdad, esto se está volviendo una rutina.

Comentó, una de esas sonrisas ladinas y arrogantes apareciendo en su rostro, su maravilloso rostro. Se soltó a reír, de alguna manera sabía a lo que el chico iba.

En busca del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora