toma mis alas

El principio del fin

Hace mucho tiempo mucho, antes de la Tierra, mucho antes de los hombres, existió un lugar en el que todo coexistía en paz, una falsa paz bajo el yugo de las restricciones. ¿Qué lugar es ese? Sencillo, el mismísimo paraíso; porque hasta los lugares mas idílicos tienen su retorcida oscuridad.

En él habitaban unos seres alados de inmensa belleza e incomparable lealtad, todos hijos de un mismo padre (aunque ellos lo llamaban dios), todos siempre fieles a su señor, siempre cumpliendo todas las normas. El más fiel de todos fue Lucifer, el más hermoso, pues su nombre ya lo dice. Lucifer, el que trae la luz. Tanto amaba a su padre que velaba por su bien, en vez de acatar sus ordenes como el buen soldado que ansiaba ser. Tras un tiempo, el padre de tales seres, aburrido, decidió crear pequeñas criaturas, distintas todas, con la intención de mantener la pureza y la gracia, las cuales perdieron tras entregarles libre albedrío.

El joven ángel, creyéndose en el olvido, comenzó a sentir celos de estas nuevas criaturas y se juró a sí mismo ante cielo y paraíso que mostraría a su padre el terrible error que cometió. Escapó del paraíso con los primeros caídos, otros ángeles leales con los que se instauró en el lugar donde la luz jamas llega. Porque eso eran ellos, las sombras de la luz. Crearon el averno, un lugar opuesto en su totalidad al paraíso, y comenzaron a reclutar las almas mortales de quienes, como ellos, desobedecieron las normas del padre. Nacieron así los primeros diablos.
El padre, sintiéndose deshonrado por su hijo, azotó aún más el látigo sobre los ángeles que a su lado permanecían, ajustó las correas, más normas, más castigos y un único resultado. Se crearon legiones de ángeles y arcángeles privados de voluntad propia, fieles soldados despojados de corazón, mas si alguno, por ligera casualidad, desobedeciese las normas, sufriría el mismo destino que desde siglos persigue a Lucifer, perdería su gracia, sus alas y finalmente su inmortalidad. Tras este suceso, se generó el principio de la lucha eterna. Conocerla como queráis, el yin y el yang, el bien y el mal o ángeles contra caídos, Una lucha inmortal.