UN BAÚL EN EL DESVÁN

Capítulo 3

Alicia y Toño dejaron a Dalal instalada en un rincón del desván nada más oír la puerta de la casa y darse cuenta de que la madre de Alicia regresaba del supermercado. La instruyeron convenientemente para que no hiciese ruido alguno y le prometieron llevarle algo de comida en cuanto pudiesen. También intentaron tranquilizarla diciendo que pensarían en cómo resolver su problema, si bien todavía no tenían muy claro cómo iba a ser ello posible. Ahora corría prisa evitar que la madre de Alicia descubriese lo que había pasado; les horrorizaba pensar que podían haber cometido un desastre de dimensiones extraordinarias.

Cuando bajaron a la cocina la madre ya se encontraba descargando las bolsas de la compra.

−¡Ah!, estas aquí hija... Y tú debes ser el nuevo vecino, ¿verdad?

−Hola señora. Me llamo Toño, encantado.

−¿Qué tal lo estáis pasando juntos? ¿Habéis encontrado diversiones?

−Desde luego señora...−Alicia le soltó un codazo.

−Me alegro. ¿Por qué no me ayudáis a descargar? Luego seguís con lo que estéis haciendo. Por cierto Alicia, trae a Puskas que no hace más que gruñir, no sé qué le pasará.

Puskas se mantenía al pie de la escañera que conducía al desván; estaba claro que olfateaba una presencia extraña en la casa. Alicia le habló quedamente para convencerlo de que el olor extraño que le llegaba era de origen amigo. Ella y su perro mantenían una especial relación y este entendía perfectamente a su pequeña ama.

A continuación los dos amigos ayudaron a la madre de Alicia. Esta, mientras guardaba botes de conserva en un armario, preguntó a su madre.

−Tu padre era historiador, ¿verdad?

−Ya sabes que sí. Tu abuelo fue uno de los mejores profesores de historia de la comarca. Un verdadero experto en la historia árabe de estas tierras.

Alicia miró a Toño con aire de satisfacción y continuó preguntando.

−Os he oído a papá y a ti decir que escribió un libro sobre ello.

−La mejor obra que se ha escrito sobre el tema. Por su tamaño e importancia está guardado en la biblioteca pública. Cuando estudiéis historia en el colegio lo podréis consultar.

No necesitaron escuchar más. Terminada la ayuda solicitada, y con el pretexto de dar un paseo por el barrio, salieron a escape con rumbo a la biblioteca, que quedaba a dos manzanas de donde se encontraban.

La bibliotecaria les avisó de que el libro que les interesaba, dado su gran valor, no podía ser sacado de allí. Tendrían que consultarlo en la propia biblioteca, así es que lo solicitaron y se sentaron con él en una de las mesas. Eligieron una apartada para poder hacer comentarios sin molestar a otros lectores.

El libro, titulado "Historia árabe de nuestra tierra", era de gran tamaño, con tapas de cuero muy vistosas y constaba de trescientas cincuenta páginas. Se encontraba dividido en capítulos, según los diferentes años en los que se había producido la estancia del pueblo árabe. Buscaron el correspondiente a la fecha en la que Dalal les había dicho que se encontraba viviendo y leyeron. Tras un breve tiempo encontraron los que buscaban; Alicia leía y Toño tomaba notas.

Una hora más tarde llegaron nuevamente a casa de Alicia. Todavía faltaba otra hora para la comida y habían estado pensando en la manera de subir otra vez al desván sin que los vieran. La suerte estuvo de su parte: la madre de Alicia charlaba en un lateral de la casa con otra vecina y pudieron entrar sin ser vistos.