Camino esposado hasta las primeras bancas de la sala, la mirada de todos sobre mi llega a ser un peso demasiado duro sobre mis hombros, dos guardias a mi lado velando por la seguridad, claro, yo no me podía escapar puesto los regaños caerían como lluvia sobre ellos. Empapándolos o rebalsándolos de reproches sobre el supuesto estafador que ha huido y burlado la seguridad de la corte. Mucho cuchicheo entre unas señoras ya de edad, no dudaba que su tema principal fuera yo, sin descaro me veían a la par de mover sus labios para hablar uno que otro rumor que debieron haber escuchado sobre mí.
Luego unos segundos, sentado, esperando a la mujer que llevaría mí caso.
Me volteo a ver a mi madre que solo transmite angustia, hago una mueca y retomo mi posición, nunca pensé y creí estar pasando por esto, su pareja soba los hombros de mi progenitora y mi padre, que está en la esquina de uno de los asientos de atrás, sube sus pulgares dándome a entender o intentando transmitirme el sentimiento de que todo saldría bien. Mis dos hermanos por la parte de mi papá están con sus labios suprimidos el uno con el otro, ambos nerviosos. Sería juzgado mi destino.
Libertad o encierro.
No había más que eso.
Mis parpados caen simultáneamente, desean descansar, recuperar todas esas horas de sueño que perdieron en una cárcel de cuatro por cuatro posiblemente. Entra el fiscal con cara de pocos amigos, no entro en duda si él cree que soy culpable, su mirada de "te vas a pudrir en prisión", me lo dice todo.
Estaban todos.
Menos ella.
Necesitaba sentir ese pequeño apretón en mi mano que me hiciera notar que todo saldría bien, un abrazo para percibir una oleada de calma, un beso que significara que aún me seguía queriendo, pero de todo eso... No había nada, solo un montón de gente que estaba dispuesta a juzgarme sin mi consentimiento, sin saber quién realmente soy, todo esto me estaba matando, una tortura más grande que mi viable condena.
Pudimos soportar muchas cosas, o al menos para eso alcanzó nuestro amor, pasar las peleas, los celos, las miradas a otros lados, el capricho, mis malas formas de administrar el dinero, todo eso aguantó, pero se derrumba cuando soy llevado por dos policías al instante de allanar mi departamento, de ser manoseada para ser revisada por un chequeo de rutina, de pegar el grito en el cielo al ver que me alejo, de verla llorar por primera vez y que a la par yo sea el culpable. Eso y millones de recuerdos.
Un golpe de nudillos contra la madera de la puerta y tu vida da un giro de 180°.
Flashback:
Las cortinas danzaban a la mano de que el viento fluía, mis pies sobre la mesa de centro que hay en el living y un cuerpo acurrucado en mi pecho, las yemas de mis dedos tocando delicadamente su hombro mientras que mi otra mano era entrelazada con una de la muchacha de cabellos oscuros.
Respiraciones calmadas y una película de esas que de solo ver el título te da a entender que serás diabético al finalizar la mencionada.
Su pierna derecha estaba sobre las mías y nuestras manos descansaban en su muslo, uno que otro beso que le regalaba a su cabeza, la cual emanaba un aroma a fresas con menta. Inhalo por la nariz oliendo toda esa esa esencia, el pecho de la chica subía y baja con gran calma, sus labios estaban entreabiertos, lo que la hacía ver jodidamente adorable.
Fin flashback.
Mi defensora llega con sonrisa en el rostro, diciéndome que puedo estar tranquilo, que tenía todo de mi lado para obtener mi ansiada libertad, soy sincero y solo asiento, no presto mucha atención, El juicio comienza y me debo poner de pie para recibir al juez, dictan el motivo por el cual me imputan, completamente falso, en mi vida podría estafar a las personas, menos recobrar de ello arriba de 26.900,00 de euros.
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❛Locked Away❜ 🦋 [Rubén Doblas]
Short Story❝Solo quería una chica que estuviera conmigo en las buenas y en las malas.❞ [🌱] Logro: 10.05.2018 // Puesto #8 en la categoría Encerrado. ✿publicada: 06 de marzo del 2016.✿