Capítulo 59

375 40 2
                                    

Dallas

Abro los ojos lentamente y siento un peso en mi pecho, entonces, miro a Jessica. Por poco olvidé que se quedó dormida encima de mí. 

- Hey.- Pongo un mechón de su cabello detrás de su oreja – Preciosa, despierta.

Gruñe y levanta un poco la cabeza. Tomo mi celular de la mesa de noche y miro la hora. Siete en punto.

- Nena, tenemos que empacar.- Le susurro con una sonrisa.

- Sólo cinco minutos más.

- Jess.

– Bien. Buenos días, cariño.

Me clava un beso en los labios y de un solo movimiento la pongo debajo de mí.

- Cuidado.- Le advierto al sentir su dedo índice recorrerme desde el pecho hasta la V de mi abdomen.

- Upss, hay que hacer las maletas.- Se encoge de hombros y salta de la cama.

Me levanto también. Hacemos el desayuno y después de charlar un poco, empezamos a hacer las maletas.

- ¿Cuánto dices que nos quedaremos en Paris?- Pregunta y puedo notar la ilusión en sus ojos.

- Dos semanas, mi amor.- Tomo su cara entre mis manos y le doy un beso en la nariz – Te amo.

- Y yo a ti.- Me responde con un pico.

A las nueve estamos listos y salimos de la casa, subimos al auto y vamos camino al aeropuerto.

- ¿Cómo es que...?

- ¿Cómo es que planeé el viaje?- Termino su pregunta.

- Exacto.

- Es nuestra luna de miel, no fue tan difícil comprar un par de boletos.- Entrelazo mi mano con la suya y tomo la palanca.

- Es que esto es increíble. Dallas vamos a viajar y yo, yo nunca he viajado en un avión.- Admite avergonzada.

- Será el mejor viaje y las mejores dos semanas de tu vida.- Respondo.

Cuando llegamos al aeropuerto, nos toca ir de un lugar al otro por tanto papeleo, sin embargo, al final todo sale bien y en tan solo cuarenta minutos, estamos en el avión, camino a Paris.

- Primera clase, asiento A3 y A4. Siga, por favor.- Nos dice la encargada cuando nos revisa los tickets en la entrada y sonrío al ver la cara de Jessica. 

- ¿Primera clase? - pregunta atónita – por Dios, ¿cuánto pagaste por esto?

- Tú sólo disfruta.

Esperamos un poco más hasta que finalmente, despegamos.

- No puede ser, no puede ser.- El avión empieza a elevarse y Jessica se aferra al asiento como si su vida dependiera de ello. 

Me aprieta la mano sin dejar de mirar por la ventana. Empieza a reírse y las otras seis personas nos miran extrañados. La miro fijamente con una media sonrisa.

- ¿Qué? - Pregunta risueña una vez que el avión se estabiliza en el cielo. 

- Es que adoro cuando te ríes.- Respondo sin cambiar la expresión de mi rostro. 

Su sonrisa provoca en mí cosas que creí que ya no existían. La beso y luego empieza a lanzar las preguntas que nunca le hacen falta hacer. Un par de horas más tarde se queda dormida y no puedo dejar de mirarla. Sus labios entreabiertos, sus fruncidas cejas por las que paso mi pulgar para relajar su expresión y un mechón de su precioso cabello cruzando por la mitad de su rostro. Es la mujer más hermosa que he conocido. Le acaricio las mejillas con mis dedos y recorro un camino por cada una de las facciones de su cara, ¿cómo pude ser tan afortunado?

Una azafata se me queda mirando y me sonrojo enseguida, lo cual me incomoda mucho porque nunca me sonrojo. Empiezo a ver programas en la pantalla del asiento para pasar el tiempo y no tardo en aburrirme, no hay nada que hacer.




- Dallas - escucho la voz de mi chica – Dallas.

- Estoy durmiendo.

- ¡Oye! - insiste y abro un ojo – Llegamos.

- ¿Qué? - Levanto las cejas y me inclino para mirar por la ventana, ya es de noche y la vista desde aquí es fantástica.

- Es hermoso.- Menciona emocionada.

Anuncian por el altavoz que nos preparemos para el aterrizaje. Le abrocho el cinturón a Jessica y luego el mío. Minutos después, el avión empieza a descender.

- ¿Sentiste eso? - Dice Jess y me rio.

- ¿Las cosquillas en el estómago? - Ella asiente – Sí.

Por fin aterrizamos y esperamos cerca de diez minutos para que nos dejen salir. Después de un montón de revisiones más, por fin estamos afuera, listos para ser recibidos por la ciudad de Paris.

- ¿Sabes al menos hablar francés? - Me pregunta nerviosa y le tomo del mentón.

- Algo así.- La beso.

Buscamos un taxi y tomamos el primero que encontramos.

- Bonne nuit - Saludo educadamente y le doy la dirección del hotel en un papel al hombre que está al volante. Jess me mira sorprendida.

- ¿Qué otras cosas me ocultas? - Sonríe.

- Es un hotel lujoso, conozco unos más baratos y en el centro de la ciudad, vous etes sur?- Pregunta sorprendido.

- Sí, lléveme ahí, por favor.

Jess y yo miramos por la ventana durante todo el camino, mirando las luces de la ciudad, la cultura tan diferente, el estilo y diseño de la casa, la torre Eiffel y cada bonito detalle de esta maravillosa ciudad.

- Trente-cinq.- Me cobra el taxista al llegar y le pago. Aquí en vez de dólares, son los francos franceses. Diez francos son un dólar sesenta, más o menos.

- Merci.- Le agradezco al taxista y nos bajamos - ¿lista?

- No más sorpresas por favor.

- Este, esposa mía, es el hotel en el que nos hospedaremos estas dos semanas.- Le señalo el hotel frente a nosotros y se lleva las manos a la boca.

– Four Seasons, George V.

- Es un hotel cinco estrellas.- Me mira perpleja.

- Ambos lo merecemos. 

- Dallas.- Susurra al borde de las lágrimas.

-Tendrás una luna de miel perfecta, porque te mereces esto y más, nunca te faltará nada mientras estés conmigo.

- Mientras me ames, lo demás no me importa, ¿entiendes?- Me besa y la abrazo muy fuerte. 

Le tomo de la mano y entramos al hotel. Les explico que ya había hecho la reservación por internet y me piden algunos datos, me dan las llaves de la habitación y un hombre uniformado nos guía hasta nuestra habitación. Al llegar le doy su propina y entramos.

Jessica entra despacio, observando cada detalle, cada mínima cosa, sin decir ni una palabra. Yo meto las maletas y cierro la puerta detrás de mí. Seré realista, en las fotos no se veía tan bonito como en realidad es.

- Esto es - se detiene en seco - ¡esa es la torre Eiffel!

- Sabía que te encantaría.

- Te voy a matar.- Se da media vuelta y corre hacia a mí, salta y enrollo sus piernas en mi cadera, empieza a besarme y no puedo evitar sonreír.

La tiro en la cama y me quito la chaqueta. Ella se desabotona la blusa y la miro abriendo bien los ojos. 

- Es casi media noche y...

- Y quiero que me hagas el amor, Dallas.

Basta esa oración para que me quite todo lo que llevo puesto y haga lo mismo con ella, me lanzo a la cama y pego mis labios con los suyos. 

- Espero que quieras eso todas las noches que nos quedemos aquí.- Muerde su labio inferior.

- Definitivamente. - Susurra y un gemido sale disparado de su boca en cuanto entro en ella. 

Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora