Dallas
Abro los ojos lentamente y siento un peso en mi pecho, entonces, miro a Jessica. Por poco olvidé que se quedó dormida encima de mí.
- Hey.- Pongo un mechón de su cabello detrás de su oreja – Preciosa, despierta.
Gruñe y levanta un poco la cabeza. Tomo mi celular de la mesa de noche y miro la hora. Siete en punto.
- Nena, tenemos que empacar.- Le susurro con una sonrisa.
- Sólo cinco minutos más.
- Jess.
– Bien. Buenos días, cariño.
Me clava un beso en los labios y de un solo movimiento la pongo debajo de mí.
- Cuidado.- Le advierto al sentir su dedo índice recorrerme desde el pecho hasta la V de mi abdomen.
- Upss, hay que hacer las maletas.- Se encoge de hombros y salta de la cama.
Me levanto también. Hacemos el desayuno y después de charlar un poco, empezamos a hacer las maletas.
- ¿Cuánto dices que nos quedaremos en Paris?- Pregunta y puedo notar la ilusión en sus ojos.
- Dos semanas, mi amor.- Tomo su cara entre mis manos y le doy un beso en la nariz – Te amo.
- Y yo a ti.- Me responde con un pico.
A las nueve estamos listos y salimos de la casa, subimos al auto y vamos camino al aeropuerto.
- ¿Cómo es que...?
- ¿Cómo es que planeé el viaje?- Termino su pregunta.
- Exacto.
- Es nuestra luna de miel, no fue tan difícil comprar un par de boletos.- Entrelazo mi mano con la suya y tomo la palanca.
- Es que esto es increíble. Dallas vamos a viajar y yo, yo nunca he viajado en un avión.- Admite avergonzada.
- Será el mejor viaje y las mejores dos semanas de tu vida.- Respondo.
Cuando llegamos al aeropuerto, nos toca ir de un lugar al otro por tanto papeleo, sin embargo, al final todo sale bien y en tan solo cuarenta minutos, estamos en el avión, camino a Paris.
- Primera clase, asiento A3 y A4. Siga, por favor.- Nos dice la encargada cuando nos revisa los tickets en la entrada y sonrío al ver la cara de Jessica.
- ¿Primera clase? - pregunta atónita – por Dios, ¿cuánto pagaste por esto?
- Tú sólo disfruta.
Esperamos un poco más hasta que finalmente, despegamos.
- No puede ser, no puede ser.- El avión empieza a elevarse y Jessica se aferra al asiento como si su vida dependiera de ello.
Me aprieta la mano sin dejar de mirar por la ventana. Empieza a reírse y las otras seis personas nos miran extrañados. La miro fijamente con una media sonrisa.
- ¿Qué? - Pregunta risueña una vez que el avión se estabiliza en el cielo.
- Es que adoro cuando te ríes.- Respondo sin cambiar la expresión de mi rostro.
Su sonrisa provoca en mí cosas que creí que ya no existían. La beso y luego empieza a lanzar las preguntas que nunca le hacen falta hacer. Un par de horas más tarde se queda dormida y no puedo dejar de mirarla. Sus labios entreabiertos, sus fruncidas cejas por las que paso mi pulgar para relajar su expresión y un mechón de su precioso cabello cruzando por la mitad de su rostro. Es la mujer más hermosa que he conocido. Le acaricio las mejillas con mis dedos y recorro un camino por cada una de las facciones de su cara, ¿cómo pude ser tan afortunado?
Una azafata se me queda mirando y me sonrojo enseguida, lo cual me incomoda mucho porque nunca me sonrojo. Empiezo a ver programas en la pantalla del asiento para pasar el tiempo y no tardo en aburrirme, no hay nada que hacer.
- Dallas - escucho la voz de mi chica – Dallas.
- Estoy durmiendo.
- ¡Oye! - insiste y abro un ojo – Llegamos.
- ¿Qué? - Levanto las cejas y me inclino para mirar por la ventana, ya es de noche y la vista desde aquí es fantástica.
- Es hermoso.- Menciona emocionada.
Anuncian por el altavoz que nos preparemos para el aterrizaje. Le abrocho el cinturón a Jessica y luego el mío. Minutos después, el avión empieza a descender.
- ¿Sentiste eso? - Dice Jess y me rio.
- ¿Las cosquillas en el estómago? - Ella asiente – Sí.
Por fin aterrizamos y esperamos cerca de diez minutos para que nos dejen salir. Después de un montón de revisiones más, por fin estamos afuera, listos para ser recibidos por la ciudad de Paris.
- ¿Sabes al menos hablar francés? - Me pregunta nerviosa y le tomo del mentón.
- Algo así.- La beso.
Buscamos un taxi y tomamos el primero que encontramos.
- Bonne nuit - Saludo educadamente y le doy la dirección del hotel en un papel al hombre que está al volante. Jess me mira sorprendida.
- ¿Qué otras cosas me ocultas? - Sonríe.
- Es un hotel lujoso, conozco unos más baratos y en el centro de la ciudad, vous etes sur?- Pregunta sorprendido.
- Sí, lléveme ahí, por favor.
Jess y yo miramos por la ventana durante todo el camino, mirando las luces de la ciudad, la cultura tan diferente, el estilo y diseño de la casa, la torre Eiffel y cada bonito detalle de esta maravillosa ciudad.
- Trente-cinq.- Me cobra el taxista al llegar y le pago. Aquí en vez de dólares, son los francos franceses. Diez francos son un dólar sesenta, más o menos.
- Merci.- Le agradezco al taxista y nos bajamos - ¿lista?
- No más sorpresas por favor.
- Este, esposa mía, es el hotel en el que nos hospedaremos estas dos semanas.- Le señalo el hotel frente a nosotros y se lleva las manos a la boca.
– Four Seasons, George V.
- Es un hotel cinco estrellas.- Me mira perpleja.
- Ambos lo merecemos.
- Dallas.- Susurra al borde de las lágrimas.
-Tendrás una luna de miel perfecta, porque te mereces esto y más, nunca te faltará nada mientras estés conmigo.
- Mientras me ames, lo demás no me importa, ¿entiendes?- Me besa y la abrazo muy fuerte.
Le tomo de la mano y entramos al hotel. Les explico que ya había hecho la reservación por internet y me piden algunos datos, me dan las llaves de la habitación y un hombre uniformado nos guía hasta nuestra habitación. Al llegar le doy su propina y entramos.
Jessica entra despacio, observando cada detalle, cada mínima cosa, sin decir ni una palabra. Yo meto las maletas y cierro la puerta detrás de mí. Seré realista, en las fotos no se veía tan bonito como en realidad es.
- Esto es - se detiene en seco - ¡esa es la torre Eiffel!
- Sabía que te encantaría.
- Te voy a matar.- Se da media vuelta y corre hacia a mí, salta y enrollo sus piernas en mi cadera, empieza a besarme y no puedo evitar sonreír.
La tiro en la cama y me quito la chaqueta. Ella se desabotona la blusa y la miro abriendo bien los ojos.
- Es casi media noche y...
- Y quiero que me hagas el amor, Dallas.
Basta esa oración para que me quite todo lo que llevo puesto y haga lo mismo con ella, me lanzo a la cama y pego mis labios con los suyos.
- Espero que quieras eso todas las noches que nos quedemos aquí.- Muerde su labio inferior.
- Definitivamente. - Susurra y un gemido sale disparado de su boca en cuanto entro en ella.
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Inesperadamente Enamorados
Fiksi RemajaNos equivocamos al decir que nos odiábamos, porque nos amábamos y no lo sabíamos... Dos personas completamente diferentes, Dos caminos distintos que seguir, Dos vidas complicadas que vivir. Destinados a enamorarse, juntos experimentarán cosas que n...