Una historia más

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Había una vez...

Una jóven que era muy diferente a todas las que la rodeaban, ella poseía un poco de todo refiriendome en todos los aspectos. Era una jóven dulce y tierna pero muy apasionada y con gran actitud, generosa y tolerante pero sin que le tomaran el pelo, positiva pero siempre en territorio donde la realidad hacia justicia, creyente en las personas pero sabiendo perfectamente que no podia creer en todas, con muchas cualidades pero naturalmente con defectos, por supuesto.  

Ella era en exceso tímida hasta cierto punto, por lo cual no poseia una gran amistad con todos en el pueblo donde vivía llamado Guarin en Londres. El pueblo era pequeño y con mucha gente noble y trabajadora pero también con muchos ladrones y traicioneros, las mujeres siempre peleaban y competian entre ellas por el cariño de un hombre que tuviera infinidad de riqueza por todas partes, la forma en la que eran aconsejadas por sus nanas y madres era muy anticuada y el hombre siempre sería quien debía trabajar, pero que diferentes eran las cosas.  

La joven que ya ha sido mencionada tenia como nombre de cuna, Maxine Castilla y al no tener la dicha de conocer a su madre ella fue criada por sus nanas y su padre hasta que cumplió 10 años en la cual su padre ya mayor sufrió un horrible enfrentamiento con los ladrones del pueblo que intentaban arrebatarle a su pequeña hija, él terminó dando la vida por ella tal y como se lo prometió.  

Claramente Maxine sufrió mucho al quedarse sola, pero afortunadamente su padre le había dejado tantos aprendizajes inclusive para ser una niña tan pequeña y sin desarrollar aún. A maxine le encantaba leer historias fantásticas llenas de fantasía y era muy creyente en ellas ya que su padre le dejó esa costumbre, ella tomaba algunas partes de sus cuentos favoritos e intentaba crear con ellos una historia que se asimilara a su vida y ahi fue cuando descubrió que quería escribir novelas... 

Por desgracia, las mujeres no tenían más remedio que encontrar esposos fieles y con dinero ya que no se les permitía hacer ningun tipo de trabajo, a menos claro que fuera una sirvienta y eso no estaba en los planes de Maxine, ella realmente quería demostrar de lo que era capaz, que tan buenas novelas podía crear.

Maxine era muy criticada ya que al no tener a nadie como familia ella tenía que vender frutas en el mercado, intentar sobrevivir con sus nanas que por cariño y aprecio desde pequeña la aceptaron pero ellas eran muy humildes y no tenían realmente las monedas para mantener a Maxine como a ellas les gustaría. Maxine intentó acercarse a muchas personas que tuvieran algún contacto con la única mujer exitosa que escribía en esa época pero no había tenido éxito ya que no era alguien "importante" o al menos así la clasificaban lo que pocos sabían es que eso estaba a punto de cambiar... 

Poco después de intentar contactar a Susanna De Landa esa gran escritora de novelas, Maxine se dio cuenta que lo mejor era que trabajara como todos los demás a tiempo completo como lo que fuera, realmente no le importaba y juntar todo el dinero que pudiera y asi viajar hacia donde se encontraba Susanna, constantemente esta escritora a pesar de haber salido de el pueblo Guarin ella viajaba mucho pues eso le apasionaba mucho y la inspiraba... 

Maxine fue a trabajar con la nobleza y juntó mucho dinero pero aún así no le alcanzaba, se dedicó a vender flores, frutas, pinturas, cosas que tuviera que no le servían, la ropa más cuidada que tenia también la vendió a excepción de un vestido que su padre le había dado diciéndole que le perteneció a su madre.

Un día en el castillo, Maxine estaba descansado en la cocina (Ya que no la dejaban salir a pasearse en el castillo, claro está)y empezó a recitar uno de sus primeros poemas que realizó cuando era pequeña, aún no realizaba novelas y ella al hacerlo se imaginaba en su propio lugar de escritura, tan elegante y la tinta más fina del lugar, firmando con una pluma de aquellas que poseen oro en algunas partes, y todos conociendo su trabajo exclamarian su nombre en los teatros más importantes en el mundo. De pronto, ella escuchó un ruido muy peculiar la espantó, claro pero le dio muchísima curiosidad saber que había sido, ese sonido no sonaba como un gato o lechuga mensajera así que salio a ver que era, asustada pero con un gran espíritu de aventura en ese momento pasaban muchas cosas por su cabeza, se imaginaba en un cuento como los que le encantaban cuando de pronto... ¡BAAAAMMMM! era el príncipe intentando escapar del castillo, era un joven muy apuesto pero grosero y arrogante, muy caballeroso pero parecía ser gran molestia para él, ya que solo lo era cuando se lo exigian, un jóven muy inquieto y extrovertido. Se había escuchado que los reyes tenían muchos problemas con él y que inclusive no era digno de la corona por tal comportamiento, este jóven príncipe iluso llamado Eric deseaba ser como los demás jóvenes, que enamoraban muchachitas sin las obligaciones con las que él nació pero la verdad es que él no conocía el mundo real. Al toparse con Maxine ella muy indignada se refirió al él y le dijo: -¿Qué cree que hace príncipe? ¿Acaso debo asumir que intenta escapar de su debido puesto? ¿Usted no logra captar la seriedad de este asunto? por lo que el le contestó -Por favor no digas nada, le pagaré por su silencio dama, solo no te metas en los asuntos donde no has sido nombrada. ella se ofendió mucho más y le contestó -Señor, con todo respeto es usted un arrogante egoísta que solo piensa en usted, el pueblo lleva meses escuchando quejas de usted y su comportamiendo, usted no hace nada más que pensar en si mismo y su diversión pero ¿Sabe que? Usted NO puede divertirse de la manera en la que todos los demás lo hacen y se retiró. El príncipe sorprendido por el valor que tuvo ella al decirle este tipo de cosas fue increíble, se quedo callado y se tragó hasta la última gota de la saliva en su garganta y regresó a su cuarto.

Pasado eso, el aniversario de los reyes se acercaba y ahi tendría Maxine la oportunidad de conseguir las monedas que le faltaban y poder conseguir alguna carrosa para viajar a ver a su inspiración. La fiesta de los reyes se acercaba y el príncipe considerando lo que aquella campesina le dijo quiso dar la autorización de que todos en el pueblo podían asistir y asi fue. 

Minutos después de haber hablado eso con sus padres, los reyes, Eric fue llamado por el Rey Carlos para hablar seriamente respecto a su futuro. Tema que Eric odiaba con todo su corazón, El rey le dijo que no estaba siendo del todo consiente y necesitaba tomar decisiones por si solo si quería poder recuperar el honor y derecho a la corona real, él respondió de mala manera y logró contestar -Padre, es que no logras entender?, No soy como tú y no quiero serlo más adelante, sin faltarle al respeto, realmente creo que el hecho de llevar sangre por mis venas es un castigo, una maldición tal vez...El rey dolido y furioso le contesta -Eric, jamás pensé que mi propio hijo pudiera romperme el corazón con palabras de este tipo, pero me harté de tu comportamiento, me harás caso o irás al manicomio o a la cárcel con aquellos sirvientes que roban a sus amos. Intervino -Pero padre... -¡PERO NADA!, CAMBIARAS TU ACTITUD Y ENCONTRARÁS UNA ESPOSA EN DOS SEMANAS POR TI SOLO SI NO QUIERES CASARTE CON LA PRINCESA QUE YO ELIGA ¿TE QUEDÓ CLARO? -Si señor.

En ese momento el rumor ya había corrido por el pueblo Guarin, al ser tan pequeño todos se enteraban de todo muy rápidamente y aquellas mujeres se volvieron locas y sabían que solo tenían la oportunidad de conquistar al príncipe en la ceremonia de los reyes, ya que ahí se aceptaba a todo tipo de gente por la misma orden del príncipe.

Maxine al conocer al príncipe le parecía ridículo el hecho de que todas murieran por él sin conocerlo tan solo, ella estaba enfocada en que ese día trabajaría y ganaría lo que le hacía falta para viajar.  

*El gran día llegó*

Por la mañana todos estaban agitadisimos por los preparativos de dicha ceremonia cuando al rey se le ocurrió preguntar por su hijo a los encargados de la comida y decoración (Entre ellos estaba Maxine) todos bajaron la mirada y nadie quiso hablar ya que todos sabían que pasaba, cuando Maxine con voz muy tenor dijo: - Se escapó a altas horas de la noche y no ha vuelto, Señor le mentiría si le dijera que sé dónde se encuentra el príncipe.

El rey sorprendido le responde

Señorita, ¿Qué es lo que acaba de decirme? ¿Cómo sabe usted dicha información?

Señor, con el debido respeto yo pude observarlo mientras escapaba de su cuarto, resulta que yo estaba haciendo unas cosas personales que prefiero no comertarle y desde el lugar donde me encontraba pude ver que el príncipe con sábanas, las sábanas que lavé esa mañana había hecho un tipo de soga para escapar por la ventana. 

Señorita, ¡DIOS MIO! ¿Por qué no lo menciono antes? ¡LA CEREMONIA SE ACERCA Y EL NI SEÑALES DE HUMO! 

Maxime preocupada y con culpa le respondió con cabeza abajo- "No quería causar ningún interveninente, además ¿Quién le creería a una siriventa del castillo?" 

El rey le dio las gracias y se retiró, le preguntó su nombre y rápidamente mandó a varios hombres a buscar a su hijo, si el príncipe no anunciaba su compromiso con alguna dama en la ceremonia ese día, el rey y la reina serían quienes elegirían quien sería la que acompañaría a su hijo y su corona para toda la vida. 

Durante esa época los reyes tenían costumbres muy raras, como hacer publico todo lo relacionado a su vida por ser los máximos en el pueblo, las fiestas eran muy comúnes y se daban por cualquier motivo, solían ser en grande y no acudían personas de otro tipo de nivel social y económico que ellos, o tal vez si pero sin tanta variación. 

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2019 ⏰

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